"Y a ti, ¿quién te inspira?"

¿No te has quedado “helado/a” cuando te has sorprendido a ti mismo reaccionando con gestos, expresiones o movimientos “calcaditos” a alguien que te ha marcado? “Dios mío, ¿he dicho yo eso?” (Y has visto el vivo retrato de tu madre negociando en la frutería o a un amigo del alma con los brazos “en jarras”, por ejemplo…)

De alguna manera, contamos en nuestra mochila vital y experiencial con nombres, personas que de una u otra forma ha influido en nosotros…A una parte de ellos, a la “gente sugerente” que te inspira para bien, va dedicado este post…Ponte cómodo, trae tu taza de té o café, que empezamos.

A MI, ¿QUÉ ME INSPIRA?

Antes de bucear en mi mochila experiencial, reflexiono sobre qué me inspira. A estas alturas de la película, con 42 años y algunos espolones –algunossss solo-, me inspiran:

1.     la sencillez;

2.     la congruencia (que suena como a “ogro”, “greguería”, “grosero”…venga, que me disperso)

3.     la cercanía;

4.     la alegría –que me define- y por la que doy gracias a Dios;

5.     también me inspira, cada vez más, el respeto auténtico.

6.     Y el cupón Premium inspirador va para: “la consciencia”. Ojú, que dirían mis amores andaluces…ahí es nada. Eso ya es nivel “pro”. Cuando metes entre tus amigas de verdad a la consciencia…La cosa cambia, y de qué manera. Pero eso es tema para otro día.

Con estos ingredientes saludables, el radar para encontrar a mi gente especial, la que me ha inspirado o me inspira, se activa que da gusto…Y se alegra porque encuentra una lista más nutrida de lo que podría haber imaginado.

¡Haz tú mismo este ejercicio, y verás qué pasa!

MI GENTE SUGERENTE

De mal maestro, no sale discípulo diestro

Para mí es una gran verdad. Recuerdo con mucho cariño y admiración la huella que un buen puñado de profesores han dejado en mí. Recuerdo a la profesora de Literatura en las Jesuitinas en Salamanca (no diré el nombre, por eso de la temible “Ley de Protección de Datos”), cómo nos “metía por los ojos”, nunca mejor dicho, las lecciones…Dibujaba en la pizarra un refrán relacionado con el tema, con tizas de colores, volutas, arte por los cuatro costados…No se me olvida uno de ellos, que bien de veces repito:

“A buen hambre, no hay pan duro”.

Mucho, y bien, me han inspirado mis profesores. A casi todos ellos les rindo desde aquí un cariñoso homenaje, recordando una canción dedicada al maestro:

“Te han robado el corazón los muchachos de la escuela,

ellos pasan, tú te quedas,

algo de ti llevarán,

te han robado el corazón los muchachos de la escuela,

ellos pasan, tú te quedas,

tú me enseñaste a volar”

UNO MÁS UNO SON SIE-TE-EEE

No solo de anécdotas estudiantiles vive nuestra mochila inspiradora. Saltando en el tiempo, me detengo gustosa en mis amistades. Personas muy diferentes en edad, personalidad y experiencias.

Una de ellas hace prácticas de hermana mayor conmigo, y las supera con nota. Me inspira su sencillez arrolladora y su liderazgo auténticamente humanizador. Es esa amiga con la que podrías ir a la Casa Blanca a mediar con el Presidente de turno, o dejarte arrastrar por ella y sus taconazos a Lavapiés para que se zampe un bocata de entresijos o gallinejas.

Otra, jovenzuela, nació al otro lado del charco; me ilumina con su candor, su solidaridad y su interés por cultivar la justicia en un mundo lleno de dientes.

Otro amigo, y van tres, me inspira por su esfuerzo en ser bueno. Hombre bueno, buen hombre. Y lo consigue, luchando contra molinos de viento, primero con los internos que soplan mucho, y luego con los de fuera. ¡Bravo!

SAN CAMILO Y SU SENDA

A mí me encantaría haber entrevistado a Camilo de Lelis, posteriormente San Camilo. Cuando acojo a los grupos de visitas en el Centro San Camilo, les relato que era un hombre especial, de estos que merecerían una película por la vida que llevó antes y tras colgarse el hábito. Si tuviera una máquina del tiempo me lo traería aquí y ahora…

Para que revisara con sus ojos y sus propias inspiraciones, no las mías, el percal actual. Daría mucho juego. Fue un revolucionario, las “lio pardas” e hizo mucho bien en formato práctico.

Me inspira.

Como las personas mayores que residen en el Centro San Camilo. Daría lo que fuera por disfrutar más de su compañía. Son inestimables maestros de vida que premian tu cercanía, tu sonrisa, tu saludo sincero, con una luz especial y única en cada uno de ellos…Como las de los niños chicos cuando se te agarran a las piernas riéndose a carcajadas cristalinas.

No me quiero ir sin compartir con vosotros el creativo “medicamento humanizador” de La Botica de San Camilo, relacionado con lo que hoy os cuento…

INSPIRINA

“Comprimidos para degustar con gente sugerente”

Os viene a la mente la pastilla de toda la vida, en cajita verde abeto –verde oscuro, chicos-, que está en casi todas las casas. En principio la recuerdo para el dolor de cabeza, pero me consta que había gente que se tomaba una al día…Ni sé para qué.

Basándome en ella he ideado, junto a Manuel Barreda, la Inspirina, que decora la contraportada de la Revista HUMANIZAR de noviembre-diciembre, editada por el Centro de Humanización de la Salud

¿Qué te proporciona la Inspirina?

·       Sanea tu círculo de “prójimos”

·       Te nutre con compañías serenas, coherentes e inteligentes (emocionales)

·       Facilita tu búsqueda de referentes y eleva tu nivel de observación

Nos indica el prospecto de la Inspirina, que se debe tomar a diario, con un gran vaso de agua “clarificadora”. Y que no se tome con la cartera de valores vacía o con el ánimo revuelto (como decía San Ignacio: “en tiempos de desolación, no hay que hacer mudanzas”).

Además, advertimos de efectos secundarios: podremos sufrir sensibilidad a flor de piel los primeros días de tomarla. No hay que alarmarse, porque es el fruto de que se están eliminando eficazmente las capas superficiales de apariencias. Ahí es nada.

¿Y a ti, quién te inspira? ;-)

Diana Sánchez Simón

http://revistadigital.humanizar.es/autocuidado/y-a-ti-quien-te-inspira/