Ya es hora de ponernos serios con las redes sociales
El titular de la noticia señalaba que el Expresidente Obama pide regular redes sociales por amplificar “los peores instintos de la humanidad”.
Algunos respingaron la nariz tomando en cuenta que la declaración viene de un político que reconoció la importancia de las redes sociales y las TICs en el proceso eleccionario que lo llevó a ser elegido como Presidente de los Estados Unidos.
Para otros (dentro de los que me incluyo) se celebra como una declaración tardía. Ya era hora que nuestros líderes pusieran en alerta este fenómeno que puede llegar a destruir la convivencia social tal y como la conocemos. Más cuando han pasado ya años desde la ocurrencia de hechos tan ridículamente graves como la campaña sucia contra Hillary Clinton, el Pizzagate, el surgimiento del movimiento QAnon o el ataque de radicales al Capitolio de enero de 2021 (claramente Estados Unidos es de los países más afectados por este fenómeno).
Razones para esta debacle hay muchas, pero podemos destacar dos:
Primero porque estamos viviendo en una sociedad infantilizada, que reduce la interpretación de la realidad a niveles básicos y que privilegia las justificaciones rápidas (popularizando las teorías del complot) por encima del ejercicio más sesudo y trabajoso del entendimiento o, como lo señala Enrique López en el Diario La Razón, “este fenómeno se enmarca en el seno de una sociedad (…) que extiende el periodo de la inmadurez hasta las puertas de la senectud, convirtiendo la irresponsabilidad en la constante vital (…) en este contexto, el discurso político se simplifica y se dogmatiza, agotándose en sí mismo, puesto que queda limitado a meras consignas y sencillas imágenes”.
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Y en segundo lugar porque el poder del algoritmo digital es infinito en esta sociedad desprotegida de la capacidad de filtrar, contener o poner en duda la veracidad de la información. Este mecanismo de personalización y segmentación que tanto alabamos cuando en internet queremos encontrar información “para mi”, se ha transformado en el asesino de la convivencia puesto que crea realidades diferentes para cada comunidad, grupo o individuo y nos despoja de los espacios comunes y los lugares de encuentro necesarios para reconocernos como miembros de un colectivo más allá de la mera sintonía ideológica, cultural, geográfica o etaria.
Según Cristián Huepe, físico teórico chileno experto en redes complejas, antes existía una base construida con los medios tradicionales. Esto permitía la existencia de distintas opiniones, pero un sentido común de la información y, por consiguiente, de la realidad.
Hoy, en cambio, la oferta de información es tan amplia que cada individuo puede elegir y validar los medios y las noticias que más se acomoden a su postura o ideología (lo que de paso implica antagonizar con la información y con las personas que no sintonizan con esa particular visión). Así es como en este escenario la verdad pierde importancia, transformando a la red en tierra fértil para todos los rumores y noticias falsas que calcen y exacerban mi set específico de creencias.
Por eso es que es ya era necesario tomar medidas que regulen la difusión de información en medios digitales. Por eso es que se debe celebrar el llamado del exPresidente Obama, al cuál también se sumó la Unión Europea y por eso es tan importante también que los usuarios maduremos, nos pongamos pantalones largos y asumamos también nuestra responsabilidad en el cambio de nuestra manera de comunicarnos e informarnos.