YO MANDO VERSUS YO TE SIRVO: EL VALOR DE LA GENEROSIDAD

"Lo que damos nos define mucho más que lo que obtenemos." – Winston Churchill.

La generosidad no es un acto ocasional; es una mentalidad que transforma la forma en que lideramos, amamos y vivimos. No se trata solo de dar cosas materiales, sino de ofrecer apoyo, tiempo, paciencia y oportunidades a los demás. En el liderazgo, en la familia y en la vida diaria, ser generoso crea un impacto duradero.

Un jefe autoritario podría decir: "Esto tiene que estar listo mañana; no quiero excusas." En cambio, un líder generoso podría optar por: "Sé que este proyecto tiene un plazo ajustado. Si necesitas ayuda o recursos adicionales, hablemos para asegurarnos de que tengas lo necesario para lograrlo."

La generosidad en el trabajo no solo motiva, sino que fomenta un ambiente donde todos se sienten valorados. Por ejemplo:

• Asignar tiempo para mentorizar a un empleado con menos experiencia.
• Compartir oportunidades de crecimiento profesional con tu equipo en lugar de reservarlas solo para ti.
• Ofrecer reconocimiento genuino por un trabajo bien hecho, incluso en las pequeñas tareas.

Estas acciones demuestran que el éxito del equipo está por encima del ego personal.

La generosidad en la relación entre padres e hijos va más allá de satisfacer necesidades materiales. Se trata de dedicar tiempo, mostrar interés genuino y brindar oportunidades que fomenten su crecimiento personal.  Aquí te incluyo tres ejemplos.

• Un padre observa que su hijo tiene dificultades con una tarea escolar. En lugar de reprenderlo diciendo: "Deberías saber hacer esto por ti mismo," opta por ser generoso con su tiempo y dice: "¿Quieres que lo repasemos juntos? Estoy aquí para ayudarte."
• Cuando un adolescente quiere compartir una idea o sueño, un padre generoso no lo descarta diciendo: "Eso no tiene sentido." En su lugar, dice: "Cuéntame más. Me encantaría saber cómo puedo ayudarte a hacerlo realidad."
• Un niño pequeño rompe algo importante en casa. En lugar de reaccionar con enojo inmediato diciendo: "¡Siempre estás rompiendo todo!" un padre generoso aprovecha el momento para enseñar responsabilidad con empatía: "Sé que fue un accidente. Vamos a arreglarlo juntos y hablemos de cómo podemos evitarlo en el futuro."

Estos gestos no solo fortalecen la confianza entre padres e hijos, sino que también enseñan a los niños el valor de la generosidad como una forma de construir relaciones sanas.

Más allá del trabajo y el hogar, la generosidad puede brillar en cualquier lugar donde estemos:

• Ofreciendo palabras de aliento a alguien que atraviesa un mal momento.
• Compartiendo conocimientos o recursos que puedan beneficiar a otros sin esperar nada a cambio.

La generosidad no es cuestión de recursos; es cuestión de voluntad. En el trabajo, en casa o incluso con desconocidos, un acto generoso puede transformar el día de alguien más, e incluso, el nuestro. Cuando elegimos liderar y vivir con generosidad, no solo creamos mejores relaciones, sino que dejamos una huella positiva donde quiera que estemos.

Hoy pregúntate: ¿cómo puedo ser más generoso con mi tiempo, mis palabras y mis acciones? Como una antigua enseñanza de Jesús lo expresa sabiamente: "Da, y recibirás a cambio. Lo que ofrezcas a los demás regresará a ti multiplicado: lleno, apretado y rebosante. Con la medida que uses para dar, así se te devolverá."  Este principio no solo nos recuerda la belleza de dar, sino también el impacto transformador que tiene en nuestra mentalidad si tomamos la decisión de dar más.

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I COMMAND VERSUS I SERVE YOU: THE VALUE OF GENEROSITY.

“What we give defines us far more than what we get.” - Winston Churchill.

Generosity is not an occasional act; it is a mindset that transforms the way we lead, love and live. It's not just about giving material things, but about offering support, time, patience and opportunities to others. In leadership, in family and in daily life, being generous creates a lasting impact.

An authoritarian boss might say, “This has to be ready tomorrow; I don't want excuses.” In contrast, a generous leader might opt for, “I know this project is on a tight deadline.

If you need additional help or resources, let's talk to make sure you have what you need to get it done.”

Not only does generosity at work motivate, it fosters an environment where everyone feels valued. For example:

- Allocating time to mentor a less experienced employee.

- Sharing professional growth opportunities with your team instead of reserving them just for yourself.

- Offering genuine recognition for a job well done, even on small tasks.

These actions demonstrate that team success is above personal ego.

Generosity in the parent-child relationship goes beyond meeting material needs. It's about making time, showing genuine interest and providing opportunities that foster personal growth.  Here are three examples.

- A parent notices that his child is struggling with a school assignment. Instead of reprimanding him by saying, “You should know how to do this on your own,” he chooses to be generous with his time and says, “Do you want to go over it together? I'm here to help you.”

- When a teen wants to share an idea or dream, a generous parent doesn't dismiss it by saying, “That doesn't make sense.” Instead, he says, “Tell me more. I'd love to know how I can help you make it happen.”

- A young child breaks something important at home. Instead of reacting with immediate anger by saying, “You're always breaking everything!” a generous parent seizes the moment to teach responsibility with empathy: “I know it was an accident. Let's fix it together and talk about how we can avoid it in the future.”

These gestures not only strengthen trust between parents and children, but also teach children the value of generosity as a way to build healthy relationships.

Beyond work and home, generosity can shine through wherever we are:

- Offering words of encouragement to someone going through a rough patch.

- Sharing knowledge or resources that can benefit others without expecting anything in return.

Generosity is not a matter of resources; it's a matter of willingness. At work, at home or even with strangers, a generous act can transform someone else's day, and even our own. When we choose to lead and live generously, we not only create better relationships, but we leave a positive footprint wherever we are.

Today ask yourself: how can I be more generous with my time, my words and my actions? As an ancient teaching of Jesus wisely puts it:

“Give, and you will receive in return. What you offer to others will come back to you multiplied: full, pressed down, and overflowing. With the measure you use to give, so shall it be returned to you.”  This principle not only reminds us of the beauty of giving, but also the transformative impact it has on our mindset if we make the decision to give more.

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