Las circunstancias
Hoy, al despertarme, he estornudado y me ha dado un tirón en la espalda.
Me ha parecido un buen ejemplo para empezar...
Más de una vez habréis oído decir eso de que somos nosotr@s y nuestras circunstancias. Es un tema que llevo dándole vueltas últimamente.
Los últimos años están siendo de mucho ritmo en casa. Ya he ido contando en artículos anteriores la realidad que tenemos y eso, unido a la vida en general, hace que llevemos muchas cosas en la mochila.
Las últimas semanas me noto como más estresado y, curiosamente, cuando más “tranquilos” estamos en casa. Es como si las sensaciones o emociones me llegaran con un “delay”, como una mala conexión en una llamada de Teams, o como si mi cuerpo reaccionara más tarde.
Eso hace que, por ejemplo, trabajando sea yo y mis circunstancias. A veces, me cuesta mucho transitar entre la vida familiar y laboral; me cuesta cambiar el chip, cambiar el traje o mono de trabajo, y activar en mi cabeza las distintas palancas que necesito para responder y ser resolutivo. Y esto me produce ansiedad.
Por suerte, mis circunstancias hacen que sea más productivo y eficaz. Me permiten priorizar preocupaciones y no darles tanta importancia a algunas cosas del día a día. Pero aún así, me afectan a mi dedicación, energía, disponibilidad…
Yendo más allá, mi reflexión es la siguiente. ¿Estamos las organizaciones preparadas para tener en cuenta las circunstancias que rodean a un trabajador/a?
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Si se supone que estamos en una “guerra por el talento”, si se supone que van a faltar perfiles en según qué puestos y sectores, tenemos que abrir la mente y ver a las personas como un todo; es decir, la persona y sus circunstancias.
No podemos querer tener los mejores profesionales, los más preparados… y esperar que sus circunstancias no cambien, mejoren o empeoren, y que eso afecte al desempeño y su realidad. Pueden ser temas de hijos, de padres… puede ser un tema de salud mental, puede ser un momento de cambios importantes en la vida… o simplemente de nuevas inquietudes o ambiciones.
Por ejemplo, cuando atraemos profesionales internacionales (ahora especialmente de Latinoamérica), supone un esfuerzo y trastorno personal muy grande en la persona y la familia. Esto puede perdurar meses por temas burocráticos, de vivienda, de encaje social y cultural… y si las piezas no acaban encajando, esas circunstancias hacen que la persona se vaya.
Otro ejemplo: las miles de circunstancias que se estarán dando por las consecuencias de la DANA en Valencia y alrededores.
Yo lo veo como la siguiente fórmula:
T = (P x S/C) E
El Talento es igual a la Persona multiplicado por sus Skills y dividido por las Circunstancias, pero todo ello exponencial por su Entorno. El entorno y la seguridad de este influye y puede ser positivo o negativo.
Iñigo.
Project Manager | Scrum Product Owner Certificate | Scrum Fundamentals Certified | Gestión producto | Fintech and Payments | Transformación Digital | Medios de pago | Innovación | I+D+i
1 mesMuy buen artículo Iñigo Ochandiano Aranegui !! Es un tema que a veces creemos que no es importante,pero con el tiempo se ve reflejado en nuestra salud y capacidad de analisis. Como líderes debemos estar atentos al estado de ánimo y salud mental de nuestros equipos multiculturales.
CEO & co-founder at hapiick / Intelligent Delivery
1 mesOndo adierazita gaur egungo mundu zoro hau Iñigo Ochandiano Aranegui! ez al zuen Victor Kuppers ek horrelako formula bat?
Key Account Manager de Soluciones de Impresión WFS/DPS en Selzur
1 mesMe ha encantado la reflexión y que razón Iñigo . !!!Al final las personas somos uno mismo y entorno personal , que hay que entender y cuidar.
Técnico de Organización de Estrategia Digital en BFA/DFB
1 mesMuy bien sacada la fórmula 😊
Ser Humano | Gestión de Proyectos | Consultoría y Mentoría | Relaciones Públicas | Metafísica General Aplicada | Modelos Matemáticos | Alianzas Estratégicas | Investigación Cualitativa | Mecánica Cuántica
1 mesLa presión intelectual influye directamente en la capacidad emocional, y cuando digo intelectual, estoy refiriéndome estrictamente a la velocidad del pensamiento. Un cerebro humano gestiona alrededor de 60.000 pensamientos diarios, la mayoría de ellos son recurrentes, y la calidad del mismo, consciente o inconsciente, genera mayor o menor incidencia en los ciclos por segundo. No es aconsejable ponerse a controlar este proceso, pero es uno de los principales causantes del estrés o ansiedad, puesto que el individuo tiende a identificarse con ello, lo que alimenta el estrés y retroalimenta el proceso intelectual. Creo que fue Gasset el que dijo "Yo soy yo y mi circunstancia", pero no puedo compartirlo, con todo mi respeto a tan admirable precursor, pues uno es uno y las circunstancias cambian. Tú eres tú, Iñigo Ochandiano, pero no las circunstancias. Conocer esto modifica el entorno y puede ser interesante agregarlo como valor en esa ecuación que propones. Un placer leerte.