Zalacaín acoge a Castro y González y a Taittinger; dos clientes de lujo
Castro y González, Zalacaín y Taittinger
Acudí, junto a otros compañeros de prensa y televisión, a la presentación en Madrid del Jamón ibérico Fusión 100% de Castro y González, que se celebró en el resurgido Zalacaín y en las copas toda la serie de los champagnes Taittinger.
Castro González es una empresa de jamones y derivados del cerdo que nació en 1910. La tercera generación sigue con el legado empresarial innovando y en expansión permanente. Sus pilares son la cabaña propia, la dehesa, toda la alimentación inicial antes de la bellota de cereales es propia, como lo es la idea y la puesta en marcha de lo que yo permito llamar una “transhumancia” de los 1,500 jamones que han salido al mercado.
La estrella de la presentación fue precisamente la presentación en sociedad de este jamón ibérico 100% bellota fusión de Castilla y Andalucía. Los cerdos pasan los 15 primeros meses (excepto los tres primeros meses) en libertad en las dehesas de Tejeda y Montellano (Salamanca) comiendo bellota, pastos y cereales naturales.
El jamón pasa 12 meses de secado en Guijuelo y después se trasladan los jamones en camiones isotérmicos a la Sierra de Huelva donde permanecen 36 meses de curación. En total, cuatro años, en la que se combinan los sabores naturales y dulces salmantinos con los más intensos de la sierra de Huelva.
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El resultado es un extraordinario sabor, pero no uno, dependiendo de la parte que se corte podremos encontrar hasta siete diferentes.
Para Navidad han preparado un packaging realmente bonito, con un diseño de cajas en las que está reflejada toda la flora de la dehesa. Parece un diseño que encierra un perfume francés y lo que encierra es un perfume y un sabor de la dehesa salmantina y sierra de Huelva ¡imbatible!
Sentados en uno de los comedores de Zalacaín disfrutamos de un menú en el que el jamón, papada y solomillo de cerdo estaban presentes y que acompañamos con los indiscutibles champagnes Taittinger . No faltaron las patatas souflé y la teja, dos históricos del Zalacaín original de la familia Oyarbide y que los nuevos dueños y en palabras de Urrechu “han querido mantener porque forma parte esencial de Zalacaín”.