5 principios que llevarán a tu equipo hacia la mejora continua

La coyuntura actual ha llevado a diversas organizaciones a buscar nuevas formas de seguir mejorando sus servicios y procesos. Pues, si algo nos ha quedado claro luego de la pandemia es que las empresas que no se adapten a los cambios corren el riesgo de no sobrevivir.

Es por eso que hoy quiero hablarte sobre la mejora continua, como esa capacidad que tiene una empresa para adaptarse a las necesidades del entorno con propuestas innovadoras, respuestas rápidas y/o procesos flexibles. Esta tendencia es tan potente que se está instaurando prácticamente como un nuevo valor en el mundo empresarial.

Sin embargo, muchas veces su aplicación es todo un desafío. No solo por los cambios que esto implica en la estructura, políticas o procedimiento, sino también por que implica un cambio de valores y de identidad cultural, que es el motivo por el cual se crean la mayoría de barreras.

Aquí te comparto 5 puntos que te ayudarán a derribar estas barreras y a construir una filosofía empresarial enfocada en la mejora continua:

1.      Dejar de temerle a la imperfección:

La búsqueda de la perfección frena la evolución, la creatividad y el vínculo afectivo del equipo.

• Un ejemplo claro de ello es la evolución del hombre, el tener este espacio entre lo perfecto y la mejora es lo que ha funcionado para que el cuerpo evolucione.
• De igual manera sucede con la creatividad, el saber que hay un espacio para mejorar te abre la posibilidad de innovar. Es así, que la imperfección puede ser una fuente de inspiración para tu equipo a que siga dando lo mejor, pues sabrán que siempre habrá más que aprender y hacer (seguirán evolucionando). Esto puede ser más provechoso a que busquen la perfección, pues si lo logran ¿qué más aprenderán? Y si no lo hacen sentirán que están fracasando por ende se desmotivarán.
• Además, esto permite que el equipo genere los vínculos sólidos, pues se crean puentes de comunicación que le permite a las personas mostrarse como son, de una manera más genuina y sin miedos.
• Finalmente recordarte, que la imperfección no es sinónimo de hacer mal las cosas, sino simplemente de que algo no es perfecto, así puedes apostar por la calidad y fomentar una cultura de mejora sin miedos.

2.      Valorar la agilidad mental sobre la prisa:

Hago esta diferencia porque la prisa hoy es un hábito generalizado en todo el mundo. La prisa es básicamente actuar rápidamente (moverte rápido, responder rápido, contestar rápido, etc.) De hecho, hoy se considera un estilo de vida que transmite "mientras más ocupado estás, mejor profesional pareces". Sin embargo, la prisa solo se centra en el hacer, por lo que no resolverá los problemas de manera efectiva cuando hablamos de hacer mejoras continuas. Por otro lado, la agilidad mental se centra en resolver de manera ágil cualquier inconveniente, es decir, se desarrolla una habilidad mental para de manera eficiente sacar los aprendizajes del pasado, crear, adaptarse al entorno. 

3.      Forma líderes no seguidores

Las mejoras se logran con diferentes puntos de vista, por eso es importante que promuevas la comunicación bidireccional con franqueza y claridad dentro del equipo; es decir, que este pueda hablar con su jefe sin miedo y que el jefe a su vez tenga la mente abierta para escuchar. Muchas veces este proceso que puede ser tan potente se ve frenado por miedo a resentimientos o que te vean como “tonto”. Por eso es realmente importante que el jefe se convierta en líder y abra estos canales de comunicación. Lo cierto es que si hoy no estás teniendo personas que cuestionen cómo se hacen las cosas, que propongan soluciones o que quieran hacer cambios es muy probable que tengan un equipo de seguidores, no de líderes. 

4.      El propósito ante todo:

El propósito une esfuerzos y genera compromiso. Muchas veces creemos que los trabajadores ya deben estar comprometidos con la empresa solo porque trabajan ahí y se les paga un sueldo, lo que nos lleva a subestimar la importancia de establecer estos propósitos; sobre todo, cuando hablamos de hacer cambios. Pero recuerda, ¿el acto de que una pareja se case genera el compromiso suficiente para asegurar que nunca se separarán? Pues no. Lo que genera el compromiso es el propósito que los impulsa a seguir juntos, si eso se pierde la relación puede culminar. De igual manera pasa en los equipos, al final de cuenta hablamos de relaciones humanas, hay una gran diferencia entre tener un equipo lleno de pasión a un equipo que solo cumple con lo mínimo e indispensable de sus funciones.

 5.      La integridad

Este valor va más allá de la ética, pues nos habla de lo que realmente sucede en el día a día: DEL EJEMPLO. La integridad es uno de los valores más difíciles de consolidar, pues cuando hablamos de principios y valores, la integridad es lo que evidencia si los aplicas o no. Y, como sabemos, las personas se rigen más por la cultura informal que por lo que dice el papel. Por eso es sumamente importante estar de acuerdo con los valores y principios que como empresa se desean transmitir y comprometerse con ellos. 

Aplicar estos conceptos pueden cambiar los comportamientos de toda una organización y hacer mejoras en todos los ámbitos. Pero para que funcione, lo realmente importante es el compromiso detrás, pues el éxito de un proyecto no solo dependerá del tamaño de la inversión sino también del equipo que hay detrás.

Si deseas poner estos conceptos en marcha, solo recuerda que desarollar esta filosofía requiere de un trabajo profundo, pues deberás cambiar creencias, patrones y valores; así como, desarrollar nuevas habilidades de toda una organizaicón.