CLIENTE AL QUE VAS CON HAMBRE DE PEDIDO, ES UN CLIENTE PERDIDO
Justo paseaba tranquilamente por el centro comercial, disfrutando de la tarde. Al girar una esquina, se detuvo frente a un escaparate lleno de televisores enormes y brillantes. Los colores vivos y las imágenes nítidas le hicieron recordar su propio televisor, un viejo aparato que ya mostraba las imágenes algo borrosas y apagadas. Sin pensarlo demasiado, decidió entrar a la tienda para echar un vistazo.
Se movía con calma entre las filas de pantallas, admirando las diferentes opciones, cuando una vendedora, rápida y sonriente, se le acercó.
"¡Buenas tardes! ¿Le interesa un televisor nuevo? ¡Tenemos ofertas espectaculares hoy!" dijo con entusiasmo.
Justo, sin querer parecer grosero, asintió brevemente. "Solo estaba mirando...", murmuró. Pero la vendedora, ajena a su tímido comentario, ya había tomado las riendas de la conversación.
"¡Este modelo es el mejor que tenemos! Pantalla 4K UHD con tecnología HDR, diseño ultradelgado de solo 1,5 cm de grosor, y sonido envolvente Dolby Atmos. Además, cuenta con un procesador de imagen de última generación. ¡Le va a encantar!" le dijo señalando un televisor tan grande que Justo apenas podía imaginarlo en su salón. "Este no me cabe en la pared" pensó.
"El que mucho aprieta, poco vende."
No necesitaba nada tan sofisticado, solo un televisor que se viera mejor que el suyo. Antes de que pudiera expresar esta idea, la vendedora ya estaba enumerando más características.
"¡Y tiene control por voz! No tendrá que tocar ni un botón para cambiar de canal o buscar su serie favorita. ¡Todo lo hace este televisor por usted!" dijo, orgullosa del aparato.
Justo sonrió incómodo, pensando que prefería su mando a distancia de siempre, pero la vendedora no parecía estar interesada en saber lo que él pensaba.
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"A cliente asustado, oferta exagerada sobra."
"Además, si lo compra hoy, ¡le hacemos un descuento especial y se lo instalamos gratis!" agregó, como si eso fuera a disipar cualquier duda que pudiera tener.
"Creo que lo voy a pensar...", murmuró Justo, mientras daba un paso hacia atrás, buscando una salida.
"¡Pero si lo piensa mucho, podría perder la oferta!", insistió la vendedora, pero Justo ya había decidido que era mejor salir. "Sí, lo pensaré", repitió, alejándose con un gesto educado y un suspiro de alivio.
"Quien corre tras la venta, tropieza con el cliente."
Mientras caminaba de vuelta a casa, Justo reflexionó sobre su viejo televisor. Tal vez no estaba tan mal, pensó. Después de todo, le daba justo lo que necesitaba: silencio y la tranquilidad de no tener prisa por cambiarlo.
Tips para evitar el hambre de pedido:
Estos simples pasos te ayudarán a evitar el "hambre de pedido" y a construir una relación de confianza con tus clientes, haciendo que las ventas fluyan de manera natural y efectiva.
"Venta que presionas, cliente que te abandona."