Encontré un defecto crítico, pero no lo puedo reproducir… ¿y ahora?
English version below.
Como QAs, todos hemos enfrentado el complicado momento en el que encontramos un defecto importante pero que misteriosamente no hemos podido volver a reproducir. Hablo de ese error que surge una vez, afecta todo y luego desaparece como si nunca hubiera existido. A veces, incluso nos deja preguntándonos si realmente lo vimos o si nos lo imaginamos. Estos casos pueden ser increíblemente frustrantes, pero también representan una de las mejores oportunidades para mejorar nuestros procesos y nuestras prácticas de testing.
En mi experiencia, los defectos que no se pueden reproducir suelen ser los más enfadosos en términos de tiempo y esfuerzo. Las razones pueden variar: datos inconsistentes, ambientes mal configurados, problemas de concurrencia o incluso errores humanos. Muchas veces, lo primero que escuchamos cuando reportamos uno de estos problemas es: "¿Estás seguro de que existe? Yo no puedo replicarlo", o peor aún: "Si no puedes reproducirlo, seguro ya se arregló." Y aunque esas reacciones pueden ser frustrantes, la clave está en no dejar que eso nos detenga. Como QAs, lo menos que debemos hacer es creer en la magia: un defecto no desaparece por sí solo y mucho menos se arreglará con un acto de fe del equipo de desarrollo. Lo cierto es que, si un defecto no lo hemos vuelto a ver, solo hay dos escenarios posibles: se arregló por un fix indirecto o sigue ahí, pero no hemos vuelto a generar las condiciones para verlo.
Generalmente, estos defectos aparecen justo cuando no estamos buscando y desaparecen en cuanto intentamos atraparlos. Pero aquí es donde el rol del QA se vuelve más crítico. No se trata solo de validar que algo no funcione; se trata de descubrir por qué hubo una vez en que algo no funcionó y cómo podemos evitar que ocurra nuevamente.
¿Qué hacer ante un defecto difícil de reproducir?
Cambiando la perspectiva
Es fácil frustrarse cuando nos enfrentamos a un defecto así, pero en lugar de verlo como un obstáculo, debemos verlo como una oportunidad. Estos defectos suelen señalar debilidades en nuestros procesos o en el diseño del sistema. Mejorar la generación de logs, fortalecer los ambientes de pruebas, revisar nuestra estrategia de administración de datos de prueba y fomentar la colaboración entre equipos son pasos que no solo ayudan a resolver estos casos, sino que también fortalecen todo el ciclo de desarrollo. Incluso si el defecto efectivamente se arregló como efecto de otro fix, deberíamos poder determinarlo fácilmente. Quizás esta sea una oportunidad para mejorar el control de versiones, las pruebas de regresión o incluso los canales de comunicación.
Lo peor que podemos hacer ante uno de estos defectos es ceder ante el primer intento y aceptar que el defecto no se puede reproducir, sobre todo si el defecto era algo importante. Al hacerlo, probablemente estamos dejando ir la oportunidad de mejorar y, de paso, dejando vivo un defecto para que después alguien más se lleve la gloria de encontrarlo. :)
En el mundo del QA, no todos los problemas tienen una solución inmediata, pero todos son una oportunidad para aprender y crecer. Así que la próxima vez que te enfrentes a un defecto que parece imposible de reproducir, recuerda que estás ante una de las pruebas más significativas de tu capacidad como QA.
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I found a critical defect, but I can't reproduce it… Now what?
As QAs, we’ve all faced the challenging moment of finding a critical defect that mysteriously couldn’t be reproduced. I’m talking about that error that appears once, wreaks havoc, and then vanishes as if it never existed. Sometimes, it even leaves us questioning whether we really saw it or just imagined it. These cases can be incredibly frustrating, but they also represent some of the best opportunities to improve our processes and testing practices.
In my experience, defects that can’t be reproduced are often the most annoying and time-consuming to address. The reasons behind them can vary: inconsistent data, misconfigured environments, concurrency issues, or even human error. Many times, the first reaction we hear when reporting one of these issues is: "Are you sure it exists? I can’t replicate it," or worse, "If you can’t reproduce it, it must already be fixed." While these responses can be disheartening, the key is not to let them stop you. As QAs, the last thing we should do is believe in magic: defects don’t just disappear on their own, and they certainly won’t get fixed by a leap of faith from the development team. The truth is, if a defect isn’t showing up again, there are only two possibilities: it was fixed indirectly or it’s still there, but the conditions to trigger it haven’t been met again.
These types of defects usually surface when we’re not actively looking for them and vanish as soon as we try to catch them. But this is where the QA role becomes most critical. It’s not just about validating that something doesn’t work; it’s about uncovering why it didn’t work once and ensuring it doesn’t happen again.
What to do when faced with a hard-to-reproduce defect
Changing the perspective
It’s easy to get frustrated when facing such a defect, but instead of seeing it as an obstacle, we should see it as an opportunity. These defects often highlight weaknesses in our processes or system design. Improving logging, strengthening test environments, revising data management strategies, and fostering team collaboration are steps that not only help resolve these issues but also improve the entire development lifecycle. Even if the defect was indeed fixed as an indirect result of another change, we should be able to verify that easily. Perhaps this is an opportunity to enhance version control, regression testing, or communication channels.
The worst thing we can do when encountering one of these defects is to give up after the first attempt and accept that the defect "cannot be reproduced"—especially if the defect is critical. By doing so, we risk missing an opportunity to improve and might even leave the defect alive for someone else to find later and take the credit. :)
In the world of QA, not every problem has an immediate solution, but every problem is an opportunity to learn and grow. So the next time you’re faced with a defect that seems impossible to reproduce, remember that you’re being tested in one of the most significant aspects of your capacity as a QA.