Encontré un defecto crítico, pero no lo puedo reproducir… ¿y ahora?

Encontré un defecto crítico, pero no lo puedo reproducir… ¿y ahora?


English version below.


Como QAs, todos hemos enfrentado el complicado momento en el que encontramos un defecto importante pero que misteriosamente no hemos podido volver a reproducir. Hablo de ese error que surge una vez, afecta todo y luego desaparece como si nunca hubiera existido. A veces, incluso nos deja preguntándonos si realmente lo vimos o si nos lo imaginamos. Estos casos pueden ser increíblemente frustrantes, pero también representan una de las mejores oportunidades para mejorar nuestros procesos y nuestras prácticas de testing.

En mi experiencia, los defectos que no se pueden reproducir suelen ser los más enfadosos en términos de tiempo y esfuerzo. Las razones pueden variar: datos inconsistentes, ambientes mal configurados, problemas de concurrencia o incluso errores humanos. Muchas veces, lo primero que escuchamos cuando reportamos uno de estos problemas es: "¿Estás seguro de que existe? Yo no puedo replicarlo", o peor aún: "Si no puedes reproducirlo, seguro ya se arregló." Y aunque esas reacciones pueden ser frustrantes, la clave está en no dejar que eso nos detenga. Como QAs, lo menos que debemos hacer es creer en la magia: un defecto no desaparece por sí solo y mucho menos se arreglará con un acto de fe del equipo de desarrollo. Lo cierto es que, si un defecto no lo hemos vuelto a ver, solo hay dos escenarios posibles: se arregló por un fix indirecto o sigue ahí, pero no hemos vuelto a generar las condiciones para verlo.

Generalmente, estos defectos aparecen justo cuando no estamos buscando y desaparecen en cuanto intentamos atraparlos. Pero aquí es donde el rol del QA se vuelve más crítico. No se trata solo de validar que algo no funcione; se trata de descubrir por qué hubo una vez en que algo no funcionó y cómo podemos evitar que ocurra nuevamente.

¿Qué hacer ante un defecto difícil de reproducir?

  1. Registrar todo lo importante: Los logs y traces son tus mejores aliados. Si el sistema no genera suficientes logs, es momento de mejorar esa parte del proceso. Muchos eventos, con solo quedar registrados, pueden ayudarte a determinar la causa sin necesidad de reproducir el escenario completo.
  2. Buscar patrones: Un defecto puede parecer aleatorio, pero rara vez lo es. ¿Ocurrió después de un despliegue? ¿A una hora específica? ¿Con un usuario en particular? Encontrar patrones es clave para entender el problema.
  3. Revisar los datos y ambientes: Muchas veces, el problema no está en el código, sino en los datos o en el ambiente de pruebas. Verifica si las configuraciones, datos o versiones de los servicios externos están alineados.
  4. Colaborar con el equipo: Nadie puede resolver un defecto difícil solo. Trabaja con los desarrolladores, DevOps o cualquier otro equipo involucrado. Ellos pueden aportar perspectivas y soluciones que quizás no habías considerado.
  5. Intentar aislar el problema: La clave a menudo está en probar con datos atípicos o condiciones límite que el sistema no estaba preparado para manejar. Esto es más sencillo si puedes aislar el problema al escenario más simple que pueda presentarlo.
  6. Aceptar cuando no hay suficiente información: No todos los defectos se pueden resolver de inmediato. Si después de investigar todo lo posible no puedes reproducirlo, documenta claramente lo que ocurrió y lo que intentaste. Así estarás preparado si vuelve a aparecer.

Cambiando la perspectiva

Es fácil frustrarse cuando nos enfrentamos a un defecto así, pero en lugar de verlo como un obstáculo, debemos verlo como una oportunidad. Estos defectos suelen señalar debilidades en nuestros procesos o en el diseño del sistema. Mejorar la generación de logs, fortalecer los ambientes de pruebas, revisar nuestra estrategia de administración de datos de prueba y fomentar la colaboración entre equipos son pasos que no solo ayudan a resolver estos casos, sino que también fortalecen todo el ciclo de desarrollo. Incluso si el defecto efectivamente se arregló como efecto de otro fix, deberíamos poder determinarlo fácilmente. Quizás esta sea una oportunidad para mejorar el control de versiones, las pruebas de regresión o incluso los canales de comunicación.

Lo peor que podemos hacer ante uno de estos defectos es ceder ante el primer intento y aceptar que el defecto no se puede reproducir, sobre todo si el defecto era algo importante. Al hacerlo, probablemente estamos dejando ir la oportunidad de mejorar y, de paso, dejando vivo un defecto para que después alguien más se lleve la gloria de encontrarlo. :)

En el mundo del QA, no todos los problemas tienen una solución inmediata, pero todos son una oportunidad para aprender y crecer. Así que la próxima vez que te enfrentes a un defecto que parece imposible de reproducir, recuerda que estás ante una de las pruebas más significativas de tu capacidad como QA.


I found a critical defect, but I can't reproduce it… Now what?

As QAs, we’ve all faced the challenging moment of finding a critical defect that mysteriously couldn’t be reproduced. I’m talking about that error that appears once, wreaks havoc, and then vanishes as if it never existed. Sometimes, it even leaves us questioning whether we really saw it or just imagined it. These cases can be incredibly frustrating, but they also represent some of the best opportunities to improve our processes and testing practices.

In my experience, defects that can’t be reproduced are often the most annoying and time-consuming to address. The reasons behind them can vary: inconsistent data, misconfigured environments, concurrency issues, or even human error. Many times, the first reaction we hear when reporting one of these issues is: "Are you sure it exists? I can’t replicate it," or worse, "If you can’t reproduce it, it must already be fixed." While these responses can be disheartening, the key is not to let them stop you. As QAs, the last thing we should do is believe in magic: defects don’t just disappear on their own, and they certainly won’t get fixed by a leap of faith from the development team. The truth is, if a defect isn’t showing up again, there are only two possibilities: it was fixed indirectly or it’s still there, but the conditions to trigger it haven’t been met again.

These types of defects usually surface when we’re not actively looking for them and vanish as soon as we try to catch them. But this is where the QA role becomes most critical. It’s not just about validating that something doesn’t work; it’s about uncovering why it didn’t work once and ensuring it doesn’t happen again.

What to do when faced with a hard-to-reproduce defect

  1. Document everything: Logs and traces are your best allies. If the system isn’t generating enough logs, now is the time to improve that process. Many events can be resolved just by being properly logged, without requiring a full reproduction of the scenario.
  2. Look for patterns: A defect might seem random, but it rarely is. Did it happen after a deployment? At a specific time? With a particular user? Identifying patterns is key to understanding the issue.
  3. Check data and environments: Often, the issue isn’t in the code but in the data or testing environment. Verify that configurations, data, and versions of external services are aligned.
  4. Collaborate with the team: No one can resolve a difficult defect alone. Working with developers, DevOps, or any relevant team can provide perspectives and solutions you might not have considered.
  5. Try to isolate the problem: The key often lies in testing edge cases or uncommon conditions that the system wasn’t designed to handle. This is easier if you can isolate the problem to the simplest possible scenario that can reproduce it.
  6. Accept when there’s not enough information: Not every defect can be resolved immediately. If, after thorough investigation, you still can’t reproduce it, document what happened and what you tried. This way, you’re prepared if it resurfaces.

Changing the perspective

It’s easy to get frustrated when facing such a defect, but instead of seeing it as an obstacle, we should see it as an opportunity. These defects often highlight weaknesses in our processes or system design. Improving logging, strengthening test environments, revising data management strategies, and fostering team collaboration are steps that not only help resolve these issues but also improve the entire development lifecycle. Even if the defect was indeed fixed as an indirect result of another change, we should be able to verify that easily. Perhaps this is an opportunity to enhance version control, regression testing, or communication channels.

The worst thing we can do when encountering one of these defects is to give up after the first attempt and accept that the defect "cannot be reproduced"—especially if the defect is critical. By doing so, we risk missing an opportunity to improve and might even leave the defect alive for someone else to find later and take the credit. :)

In the world of QA, not every problem has an immediate solution, but every problem is an opportunity to learn and grow. So the next time you’re faced with a defect that seems impossible to reproduce, remember that you’re being tested in one of the most significant aspects of your capacity as a QA.


To view or add a comment, sign in

Insights from the community

Others also viewed

Explore topics