Las Soluciones Locales son las Únicas ante Problemas Ambientales
El 16 de febrero del presente año comentaba aquí brevemente por qué una institución como las Naciones Unidas y el IPCC no deberían ser entes que debieran velar por “arreglar” la situación climática. La raíz de mi argumentación se basó fuertemente en el concepto que los “problemas” que devienen de interacciones con el ambiente siempre encuentran soluciones reales y “sostenibles” en el tiempo de forma local.
La razón de ser de esto radica en algo que típicamente el público general da por sentado, e inclusive argumentaría que no tiene relación directa alguna. Los derechos de propiedad. Comprender esto es relativamente simple pero genéricamente obviado por muchos. Lo que es de nadie, nadie lo cuida, y nadie puede velar por su mejora o preservación. De igual forma, lo que es de uno, uno lo cuida, preserva y mejora si está en sus posibilidades.
Argumentar que el mundo tiene problemas ambientales de características globales es una falacia. Precisamente porque requiere que exista una persona detrás ejerciendo propiedad sobre algo, para que esto sea considerado como un problema o una externalidad. Veámoslo con ejemplos puntuales:
Ejemplo 1: La problemática del clima
Se suele argumentar que el planeta tierra experimentará cambios “dramáticos” de climas locales. Esto a consecuencia del efecto de los gases de efecto invernadero. Obviando mucho del lado de si esto es cierto o no, o su razón de ser, el hecho es que el clima global ha experimentado muchos cambios a lo largo y ancho de la historia y el globo. (Aprovecho este breve espacio para compartir este enlace, que lo deja a uno en qué pensar ciertamente)
No, siendo objetivos de lo que trata la problemática del clima es que en lugares particulares se experimentarán efectos particulares a consecuencia de la variabilidad climática. La razón de la variabilidad para este efecto es irrelevante. El hecho es que personas particulares en lugares particulares recibirán estos efectos. De hecho, en algunos puntos se han estimado cosas como periodos secos más prolongados, o lluvias más copiosas. En otros sitios del planeta habrá deshielos o cambios en los afluentes de agua.
En el lado del amarillismo, argumentan que habrá tormentas tropicales y huracanes con consecuencias, frecuencia e intensidad cada vez mayor, sin embargo, el contra argumento a estas cosas es que cada vez ha habido menos muertos, desplazados y afectados por efecto de variabilidad climática, y esto está fuertemente documentado a lo largo del siglo pasado y el presente. Y esto me devuelve a mi punto, personas puntuales, con propiedades puntuales, en lugares puntuales enfrentan a estos eventos de origen natural y se las ingenian. Es decir, conforme las personas tienen mayor acceso a riqueza para poder mitigar estos efectos, cada vez menor serán las consecuencias de esto, tal y como es el caso de EE.UU. Un huracán de Categoría V en Miami no tiene las mismas consecuencias que el mismo huracán en Haití por la sencilla razón que Miami tiene mayor acceso a riqueza.
De tal cuenta, conforme mejor establecida esté la propiedad del entorno de una persona, mejor podrá adaptarse a los efectos de la variabilidad climática. Y esto es un hecho llano y duro. No habrá intervención extranjera que pueda tener efectos positivos en un punto determinado sin claros derechos de propiedad. Por tal razón, depende de cada circunstancia de particulares el poder encontrar soluciones o aprovechar la variabilidad. Por ejemplo, el granjero que verá su época de cosecha extendida por la reducción del nivel de hielo/nieve.
Ejemplo 2: Especies en peligro de extinción
Ciertamente es lamentable perder especies, sin embargo, la evidencia documental es que no hemos perdido especies a las tasas “alarmantes” que se suelen mencionar. Ciertamente si hablamos de especies es probable que el lector esté más al tanto de un rinoceronte, osos panda, elefantes y otros mamíferos que de un escarabajo o insecto.
Aunque los humanos ciertamente hemos creado situaciones excepcionales para algunas especies hasta llevarlas a su extinción, ciertamente esto ha sido en mayor o menor medida consecuencia de una tragedia de los comunes, es decir, la ausencia de derechos de propiedad. Los humanos en plena capacidad de ejercer derechos de propiedad sean estos individuales o comunales como los ejemplificados por Ostrom, somos capaces de comprender el valor de los animales, aun cuando estos causan “problemas” de convivencia. Por ejemplo, el león o el lobo que come el ganado de las personas.
El ejemplo clásico, es que los elefantes están en mayor riesgo de extinción que las vacas, por la sencilla razón que las vacas por lo general se tienen en propiedad privada y los elefantes carecen de propiedad. De hecho, existen ejemplos en los que los elefantes y leones salen de riesgos y hasta se incrementan sus poblaciones cuando existen derechos de propiedad sobre estos. Hoy en día existen programas africanos de preservación cuyo enfoque es precisamente el de establecer fuertes derechos de propiedad sobre los animales, e incluso, por existir propiedad de estos existe cacería y hasta exportación de los animales.
En el siguiente enlace, se encuentra múltiples ejemplos de cómo los mercados y derechos de propiedad nos llevan a soluciones locales sobre el cuidado de especies y hábitats.
Ejemplo 3: Recursos naturales móviles, tales como el aire, animales, agua, entre otros
La realidad es que para poder percibir estos recursos y las problemáticas que estos poseen, se requiere de cercanía con estos. A lo que me refiero, no es como argumentar que todos tenemos acceso al aire, y que por esto, inmediatamente se tenga una tragedia de comunes. Tampoco me refiero a que por ejemplo, bancos de peces en el atlántico se estén sobre pescando no tenga relación alguna conmigo. A lo que realmente me refiero, es que para poder encontrar soluciones a las “problemáticas” de este tipo de recursos, requiere de cierto nivel de interacción con éstos.
Por ejemplo, el consumo de pescados del atlántico en mi dieta es relativamente bajo, por lo que yo estoy muy lejos del efecto de una sobre pesca de éstos como para poder tomar decisiones informadas que influyan en estos. Sin embargo, el pescador y la industria que aprovechan el recurso, ciertamente lo están. La “problemática” recae más próximamente sobre ellos. Por lo tanto, sobre ellos debiera de recaer la solución a la misma. Esta, ciertamente requiere derechos de propiedad. Tomar el argumento de Pigou como una solución es imposible en el contexto que no se puede establecer un sistema gubernamental que lo pueda tomar a “solución”.
Por lo tanto la solución a problemas de magnitudes más grandes, tales como los ejemplos mencionados, recae sobre el poder establecer la relación entre el recurso natural y las personas que se benefician o se ven afectados directamente. Por ejemplo, las personas que viven en ciudades densamente contaminadas en el aire, no son capaces de establecer propiedad sobre el aire, pero son todas afectadas por el común. En ese contexto, y en la imposibilidad de poder establecer infinitas relaciones de emisiones con terceros, el encontrar soluciones recaerá sobre la valoración puntual de las personas en esos entornos. Si bien no es posible establecer un sistema de derecho de propiedad sobre un recurso en un grupo tan sumamente numeroso, si se puede establecer mercados de interacción sobre los que generan la externalidad, y esto pudiera servir como aliciente para evitar que estas personas, industrias o maquinarias generen la contaminación, o bien, el dinero que se pueda negociar en ese mercado pueda servir en la siembra de áreas verdes en la ciudad. Nuevamente, la solución a las problemáticas deberá ser local.
Ya lo decía Ostrom en casi todo su trabajo académico, los sistemas de derechos de propiedad llevan al cuidado, uso racional y disuasión de la generación de externalidades a terceros por el hecho de las penalizaciones. Esto es porque las soluciones aunque aplicadas a recursos móviles, están basados en sistemas de cooperación, que requieren fundamentalmente de la exclusión parcial o total para su funcionamiento funcional.
Ejemplos de esto lo vemos ya en Guatemala, donde grupos de fincas aprovechan el agua de los ríos en función de la disponibilidad del caudal, sin afectar a los que están aguas abajo. El monitoreo para evitar los abusos puede y es negociado por los beneficiarios del recurso, con dinero de su propia bolsa, en ausencia de un ente gubernamental, en ausencia de impuestos y con total raciocinio y beneficio comunal, no solo para las fincas sino para las comunidades inmediatas al cauce de los ríos. La solución a la problemática del agua en estas comunidades irónicamente pasa por derechos de propiedad que no recaen en la comunidad misma sino en el conglomerado de los usuarios del recurso y la penalización que pudieran recibir es un disuasor de la contaminación del recurso.
Conclusiones
Independientemente del argumento ambiental que pueda usted concebir, ciertamente existe un mecanismo por el cual el ejercicio de derechos de propiedad, lleva a la administración racional de los recursos “económicos” naturales, así usted no lo pueda percibir inmediatamente. Esto es porque nuestros procesos mentales son los del cálculo económico, el de homo economicus, y bajo ese argumento, es este mecanismo de pensamiento el que nos permite convertir problemáticas macro en soluciones locales. Esto es porque se requiere conocimiento inmediato de las circunstancias particulares de la interacción de la naturaleza con nuestras actividades para poder desarrollar soluciones. El establecimiento de falsas soluciones macroscópicas es inviable precisamente por las mismas razones que una economía centralmente planificada es no funcional. Por las mismas razones es necesario que exista el precedente de un derecho de propiedad para poder ejercer un rol de cálculo económico individual que permita la adaptabilidad a problemáticas ambientales.