Ser emocionalmente profesionales
¿Oxímoron?
¿Viste la serie ‘Severance’? Es una serie de ¿ciencia ficción? en la que los empleados de una compañía se implantan un chip en el cerebro, que suprime la memoria de su jornada laboral y su vida personal. Los divide en dos personas diferentes. ¿suena familiar?
“Los problemas de la vida personal quedan en la puerta del trabajo.”
¿Alguna vez escuchaste o te dijeron esto? A mí sí.
Hay una creencia impresa en nuestra cultura referido a que ser ‘profesionales’ en nuestro trabajo implica ser ‘fuertes’ y que expresar nuestras emociones - especialmente las negativas - es señal de debilidad.
A pesar de la creciente evidencia de cómo las emociones moldean el rendimiento de las personas en el trabajo, la mayoría de las organizaciones no gestionan su cultura emocional de manera tan intencional como su contraparte intelectual.
Incluso, durante muchos años la opinión dominante fue que la emoción es lo opuesto de la razón. Razón vs emoción. Hard skills vs Soft Skills.
Las habilidades blandas - o mejor ducho humanas - como las emociones, las habilidades sociales e interpersonales son el el lubricante de la razón.
Son las habilidades humanas las que permiten que nuestras capacidades técnicas brillen.
Estas viejas narrativas - y digo viejas no porque no existan sino porque necesitan actualización - realmente pueden ser muy perjudiciales tanto para nuestra salud como para nuestro desempeño laboral. Especialmente cuando últimamente la mayoría de nosotros esta sintiendo emociones de ansiedad, cansancio, preocupación, incertidumbre y miedo.
Aunque intentemos (y puf, ¡cómo intentamos!) no es posible disociarnos emocionalmente entre nuestra vida personal y nuestro trabajo. Y menos que menos de las emociones que emergen como consecuencia de nuestro trabajo.
Al menos no sin consecuencias.
Es emocional y profesionalmente irresponsable fingir o esconder consistentemente lo que sentimos. Y por supuesto no digo que lo hagamos apropósito.
Pero por más de que intentemos reprimirlas, las emociones son muy hábiles para lograr filtrarse por algún lado, generalmente de manera totalmente improductiva y disfuncional.
Entonces, ¿no es hora de ser emocionalmente profesionales?
Para algunos puede ser un oxímoron (palabras opuestas). Para mí es una necesidad urgente.
Y para esto es indispensable aceptar la vulnerabilidad que requiere abrirnos a reconocer cómo nuestras emociones influyen en nuestro trabajo.
No hablo de desbordar emociones sin filtro, vomitar indiscriminadamente todo lo que siento con un compañero. Ni sentarme en una reunión con los brazos cruzados porque estoy enojada o tuve un mal día. Vulnerabilidad sin límites no es vulnerabilidad.
No es usar lo que sentimos como una justificación, sino como información.
Ser emocionalmente profesionales implica:
Buen sí, pero ¿por dónde empiezo?
Te cuento cómo empece yo:
1. Aprendí sobre mis emociones: me empecé a observar sin juicio. Uso muchas veces el medidor emocional que te compartí en un newsletter pasado.
2. Expandí mi vocabulario emocional: más allá de "triste, feliz, enojada, y, la estrella de mi vida: estresada". Dar nombre a lo que sentimos ya nos da más claridad y poder de acción.
3. Cree espacio para expresarme. Un ‘check-in’ emocional al principio de las reuniones o conversaciones difíciles compartiendo 1 o 2 palabras fue un buen comienzo.
4. Me hago autopreguntas: cuando aparece una emoción que no entiendo bien, me pregunto: What the func? → ¿Cuál es la función de esta emoción? ¿Qué me esta queriendo decir? (a veces no lo sé hasta días o meses después, no importa)
5. ¡Pedí ayuda! - contrariamente a lo que aprendimos, pedir ayuda es un signo de profunda valentía y autoconfianza.
Ya sé lo que estas pensando, y a eso te respondo:
Aunque no estes liderando equipos, no tengas ‘poder de decisión’ en las políticas de tu organización, no seas CEO, siempre tenemos la oportunidad aplicar estas prácticas en nuestra esfera de influencia, en nuestro metro cuadrado.
Podes empezar con el equipo con el que trabajas, con tu dulpa, con tu jefe directo, y/o con vos mismo/a.
Como dice una frase que me encanta:
Cuando un sistema está lejos del equilibrio pequeñas islas de coherencia en un mar de caos tienen la capacidad de elevar todo el sistema a un orden superior.
Seamos esas pequeñas islas de coherencia. 🏝️