Una elegante protesta
Gracias por el feedback, Patricia Zelaya.

Una elegante protesta

No recuerdo otro comentario que me haya gustado tanto sobre mi libro Qué quieres decir. Una guía diferente para escribir bien (Garamond, 2020).

Lo recibí hace unos días por WhatsApp y guardé la captura de la pantalla. “Es una elegante protesta”, decía.

Una elegante protesta. Me gusta.

Hace 27 años me convertí en editora periodística: organizar la información para comunicarla es lo que hago. Casi al mismo tiempo empecé a dar clases, y desde entonces tengo claro que las asignaturas convencionales de redacción, orientadas a la redacción académica, no enseñan a escribir porque su propósito es otro: es enseñar a redactar textos académicos. Centradas en los aspectos formales de la escritura, no incitan a pensar en el lector, no invitan a leer lo que uno mismo escribe, no impulsan explícitamente la conexión de ideas; a lo más presentan tipos de asociación entre dos ideas. Más bien, estas asignaturas dejan pasar la generalidad, la redundancia, el circunloquio y el lugar común.

El estudiante ve desenfocados sus textos y disminuida su productividad académica. Y el futuro laboral no pinta más alentador. Pues la escritura artificiosa e imprecisa retarda los procesos, resta fluidez a las operaciones, debilita el liderazgo, bloquea la confianza, entorpece la argumentación y enturbia el clima organizacional. El profesional también se desengaña. Rápido comprende que la comunicación asertiva es una de las habilidades blandas más demandadas en los entornos innovadores. Desde 2006 —ese año di mis primeras clases in-house a empresas—, mi mensaje para ese profesional preocupado es: nunca más la frustración ante la incapacidad de expresarte por escrito.

Porque nunca más escribirás por escribir.

A partir de los aportes de la neurociencia a la educación, tengo claro además que solo la curiosidad estimula la emoción y que solo la emoción estimula el aprendizaje. Estoy convencida de que enseñar a escribir es animar el discurso propio y contagiar una certeza: que las palabras significan, que escribimos para decir algo, que todos tenemos algo que decir.

Todos necesitamos comunicar nuestras ideas, pero hemos olvidado cómo hacerlo. Volvamos a lo básico: qué queremos decir. Hay que concentrarnos en el ser humano, no en el tipo de texto que escribimos, no en la tecnología que empleamos para escribir. Hay que enseñar a conectar con alguien. Y hay que hacerlo a partir de historias.

La metodología Design Thinking y el storytelling son mis aliados en mi libro y también en mi curso. Se llama Escribir Bien y es otra elegante protesta. El cerebro humano recibe hechos y datos, pero participa en las historias, y es así como estas favorecen la innovación: son una forma eficaz de buscar ideas.

Buscar ideas: eso es lo que enseño. Buscar y conectar ideas. Ahora mis aliados son Steve Jobs, Jeff Bezos, Elon Musk, Ricardo Arjona —sí, Arjona, por un motivo que no imaginas— y Gustavo Cerati. Ellos me ayudan a enseñar a escribir.

 

Texto adaptado de Volvamos a lo básico, que forma parte de mi libro Qué quieres decir. Una guía diferente para escribir bien (Garamond, 2020).

Claudia Izaguirre Godoy

Periodista y comunicadora. Asesora en proyectos de comunicación y editoriales

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Me haces recordar algo. Por lo general escribo de manera fluida y directa, sin mayores “adornos”. El año pasado trabajé para una institución del Estado. En una ocasión redacté una respuesta a una carta y alguien la cambió. Cuando vi la versión final, con giros verbales y frases muy usadas, me dijeron que esa era la forma correcta. Pensé cuántas veces se pierde el mensaje principal y la claridad en comunicaciones que deberían ser lo más limpias y directas.

Logras que al leer tus textos pueda escucharte una vez más y recordar qué es lo que quiero decir. Gracias por tener más formas de decir que debemos ser auténticos. Por demostrarnos con cada uno de tus textos y videos que ser al asertivos agilizaremos los procesos, fluirán las operaciones, fortaleceremos nuestro liderazgo, generaremos confianza, y dará fuerza a cada uno de nuestros argumentos. Una pasión que trasciende.

Cristina García Calderón Orbe

Te enseño a escribir bien. Pero no hablemos de corrección ortográfica y gramatical. Estoy convencida de que escribir bien es diseñar una narrativa que conecte con la emoción y encarne un propósito. Ese es mi trabajo.

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Gracias por el feedback, Patricia Zelaya Icaza.

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Gabriela Garcia Calderon Orbe

Editora de Lingua Spanish en Global Voices | Traductora freelance y correctora de textos | Abogada y árbitra

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Hacen que escribir sea tan difícil que mucha gente le tiene terror a juntar ideas y ponerlas en blanco y negro.

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