Publicación de Francesc Caballero

INNOVACIÓN O RUIDO Hay palabras de moda y que están en boca de todo el mundo.  Las empleamos a menudo porque simplemente llaman la atención y quedan bien en los eslóganes corporativos, en nuestros posts, webs, campañas publicitarias y materiales promocionales, pero ¿realmente las empleamos de forma correcta? y ¿qué consecuencias acarrea no hacerlo? Una de ellas es la palabra “innovación” que sin duda encarna la imagen de la prosperidad y de la capacidad de proyección de futuro, sin embargo, banalizarla, llamar a cualquier cosa innovación puede crearnos confusión a nosotros y a nuestros colaboradores, impidiendo sentar bases para la verdadera innovación, impidiendo generar hábitos, valores y una cultura real de innovación. Innovar requiere esfuerzo, requiere trabajo constante, requiere iterar mucho y equivocarse más hasta hallar algo con valor. El camino de la innovación no es ni fácil ni sencillo, más bien es arduo y desagradecido. Requiere de una cultura que no supedite la urgencia de lo inmediato, del corto plazo, a las necesidades del largo recorrido. Requiere saber leer bien los matices, las señales, incluso en ocasiones andar pasos hacia atrás para poder avanzar mejor y más certeramente. Me recuerda a la música que también requiere de una cultura musical, de esfuerzo, de rendir la inmediatez y el resultado fácil a la constancia, a la perseverancia y a la incertidumbre. Innovar de verdad no es fácil, pocos son los que lo consiguen, incluso aquello a lo que llamamos innovación incremental cuesta. Hacer música de verdad también. Cuando a cualquier novedad, cuando al mimetismo, cuando a la mera creatividad, cuando al cambio decorativo, al “rebranding”, al ornamento le llamamos "innovación", la estamos apartando del camino verdadero, nos autoengañamos, abandonamos la cultura de la innovación, promoviendo y perpetuando la cultura del cortoplacismo, de la inmediatez, del “hype”, de la superficialidad y en definitiva de la carencia del valor verdadero y auténtico. Cuando no innovamos de verdad, aunque llenemos páginas de artículos, posts y material multimedia insistiendo en la palabra “innovación”, en realidad deberíamos leer la palabra anti-prosperidad, parálisis, obsolescencia y decadencia. De igual modo que si al ruido le llamáramos música, estaríamos sembrando la semilla de la vulgaridad, de la simplicidad, de la dejadez, de la indolencia, de la incultura y seríamos incapaces de alcanzar y vislumbrar el valor de la belleza y de la emoción que entraña el arte musical. #innovación #culturadelainnovación #liderazgo #empresa #liderazgoyorganizaciones Libro: “Reflejos y Reflexiones. Espejos de organizaciones liderazgo y personas  (SETŪRIA by Edicions Salòria)  

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