Fomento la claridad mental y la vitalidad en mujeres líderes, permitiéndoles gestionar desafíos empresariales con confianza, a través de mi método especifico RYMe ¿Quieres ver tu mente en acción desde la calma?
Silencio para conectar Hay personas a las que los ruidos, las voces o cualquier sonido externo les impide concentrarse. También hay quien desarrolla esa capacidad de evasión, que ni una mascletá les impide meterse en sus pensamientos, o incluso en su sueño. El silencio es muchas veces deseado, sobre todo, cuando resulta más difícil alcanzarlo. Cuando hay demasiado ruido, que no siempre es externo, y que nos impide conectar con nuestro interior. En otras ocasiones, el silencio nos abruma, nos molesta, nos perturba, si es impuesto y no deseado. Pero creo que al silencio le ocurre lo mismo que al tiempo; le damos un valor diferente, según nuestras necesidades, según el momento que estemos viviendo, según nos sintamos. Por eso, un segundo se convierte en un siglo, cuando esperas. Y un siglo se convierte en un segundo, cuando no quieres que algo termine. El tiempo, como el silencio, es el mismo, únicamente somos nosotros quienes le cambiamos su importancia o su valor. Después de unos días en las que no he podido hablar A que juntas reflexiones sobre ello. Sobre la necesidad de callar en algunos momentos, y la necesidad de no hacerlo en otros. ¿Qué valor le das tú al silencio? ¿Cuándo te has visto en la obligación de convivir con él? ¿Cómo lo has aprovechado? Si alguna vez has callado tu voz, ¿por qué lo has hecho? ¿Ha sido tu elección? A veces, podemos evitar decir algo, sacarlo fuera, pero con ello no conseguimos callar esa voz que se queda en nuestro interior, ¿verdad? A veces, el silencio interno es más molesto que el que proviene del exterior. Y no siempre está de nuestra mano apagar el externo, pero sí podemos conseguir herramientas que nos permitan silenciar el ruido interno. ¿Qué ruido te molesta más a ti? ¿Qué silencio agradeces más? Me encantará leerte ;-). Feliz día, Feliz vida.
