10 Errores que he cometido con el Talento
No crean que sé de qué hablo cuando hablo de talento. Intuyo de qué va, aunque de un modo difuso e indeterminado. Pero voy a ello a sabiendas de que el 100% de las personas escribimos, incluso, de lo que no sabemos.
Hay tantas definiciones de Talento como personas en el mundo, y de todas ellas destaco una que me compartió una compañera: una persona con talento es aquella a la que miras a los ojos y ves el futuro de la empresa. Me gustó. Admito su falta de rigor científico, y su petulancia, pero lo cierto es que, al aplicarla, me ha funcionado bastante bien.
Les recomiendo que la pongan a prueba y, si no funciona, deséchenla. No pasa nada por probar. Les aseguro, además, que resulta una manera muy barata y muy rápida y que, por si fuera poco, consigue los mismos resultados, o mejores, que otros programas caros, lentos y de sospechoso resultado.
Y ahora, diez errores que se cometen con el talento. O mejor dicho, diez errores que alguna vez YO he cometido:
- Confundir talento con valía.
- Dejar la gestión del talento en manos de profesionales sin talento.
- Mantener el talento lejos de las decisiones.
- Llamar talento a cualquier cosa.
- Dejarlo escapar.
- Creer que el talento es sólo generador de ideas, y no de decisiones.
- Creer que el talento se tiene que parecer a nosotros/as en algo.
- Abusar de esta palabra.
- Creer que existe talento dócil.
- No merecerlo.