10 motivos por qué contratar atletas de Alto Rendimiento

Querido lector, a continuación te escribiré un poco sobre lo que es el Alto Rendimiento (AR), la carrera de un atleta y por qué (es importante) contratar a un atleta de AR.

Empecemos con qué significa ser un atleta de este nivel:

Un atleta de Alto Rendimiento es aquel que compite a un nivel semi-profesional/profesional* en un deporte de exigencia física y mental demandante.

*Los atletas semi-profesionales son aquellos que, estando en el nivel del AR, necesitan un trabajo ya que el pago que pueden estar recibiendo de patrocinadores no es suficiente para cubrir sus gastos de entrenamiento, competencias, ropa, instrumentos, viáticos, exámenes médicos, alimentación, asesorías, terapias (físicas y psicológicas), mientras que el atleta profesional es el que vive totalmente de su deporte.

Ahora, teniendo este concepto es importante entender qué se requiere para llegar aquí:

• Estilo de vida saludable (y estricto) con asesoría nutricional.
• Años de entrenamiento <constantes>.
• Dar resultados en competencias a nivel estatal, nacional y/o internacional.
• Contar con entrenador especializado.
• Asesoría psicológica orientada al deporte.
• Manejo de marca personal deportiva para patrocinadores.

En estos factores es donde nace el valor invaluable de darle una oportunidad y tener a un atleta de alto rendimiento en tu equipo de trabajo.

Competir, competir, ¿y el retiro?

La duración de carrera de un atleta de AR puede variar, donde las más longevas duran entre 15 y 25 años dependiendo de diversos factores (deporte, historial de lesiones, cuidado físico). Una vez que termina, ¿qué sigue para nosotros? Aquí es donde distintas empresas y organizaciones pueden ayudarnos a seguir desarrollando nuestras vidas y propósitos de las mismas (actualmente el Comité Olímpico Internacional (COI) brinda varios apoyos a los atletas para que puedan tener un desarrollo profesional en alguna industria).

La transición de una carrera deportiva a profesional muchas veces (el 99.9%) lleva cierto dolor emocional; es todo lo que conocemos y hemos hecho por años. Un atleta responsable va preparándose toda su carrera para ese momento, y llegar al retiro con algo de experiencia profesional o técnica, pero es complicado ya que no es la misma experiencia que tienen otras personas de la misma edad que no dedicaron su vida al deporte.

¿Qué aportaría un atleta de AR a mi equipo/empresa?

1. Energía: "¿Y ahora qué sigue profe?" es lo que le suelo decir a mi entrenador cada que terminamos algún ejercicio por más demandante que sea. Esa misma mentalidad es la que abunda en el AR; listos para lo que sigue sin importar qué tan difícil sea.
2. Asistencia: Faltar [a entrenamientos, competencias o fisioterapias] en nuestra vocación como atletas significa llegar menos preparados a la competencia, lo que lleva a la posibilidad de obtener malos resultados, lo que conlleva mala imagen ante público y patrocinadores, lo que es menor o nula paga, etc.
3. Consistencia en resultados: Somos autocríticos y sabemos qué nos falta para alcanzar la excelencia en lo que nos propongamos; nos exigimos dar lo mejor de manera natural en lo que sea que nos propongamos.
4. Dispuestos a escuchar/aprender: El talento sin dirección es una tragedia, por lo que siempre estamos dispuestos a escuchar a nuestros mentores a la hora de recibir retroalimentación para alcanzar el mejor resultado posible.
5. Trabajo en equipo: Escuchamos atentamente a quienes nos rodean, motivamos, añadimos valor al diálogo mediante la empatía, pensamiento crítico y propuesta activa de soluciones.
6. Trabajo bajo presión: Después de llevar tu cuerpo al límite en la pista de atletismo, con tu entrenador gritando, el público ovacionando, otros dándote de codazos o cerrándote el paso, rendir bajo presión es algo rutinario (así como las maneras efectivas de sacar el estrés gracias al asistir a la psicología deportiva o general).
7. Sentido de pertenencia: Nos ponemos la camiseta [de la empresa/equipo de trabajo] y la representamos con mucho orgullo y corazón, así como representamos la de nuestros equipos estatales, nacionales en las competencias y entrenamientos (felices de la oportunidad que se nos ha dado).
8. Resiliencia: Las lesiones, desde una simple contractura, están casi siempre presente; esos obstáculos a los que ya estamos acostumbrados, cómo vencerlos y seguir adelante con nuestro objetivo. Sí o sí ¡lo vamos a conseguir!
9. Habilidad de venta/negociar: El trato con patrocinadores nos ayudó a forjar esta habilidad, empezando con que nosotros muchas veces tenemos que buscarlos a ellos, ¡y sabernos vender!
10. Hábitos saludables: Parte esencial de nuestras vidas, cosas como dormir temprano y despertar temprano, comer bien, estar hidratado, cuidar nuestros niveles químicos nutricionales en el organismo es algo que hacemos diario.

Conclusión

Por todas estas razones, es imperativo que tomemos en cuenta a los atletas que alguna vez representaron nuestro estado, país, que dieron una gran parte de su vida por llevarlos a grandes eventos y representarlos con mucho honor. Aparte, todos los beneficios que podrías tener con alguien así en tu equipo y que al mismo tiempo, estarías ayudando a alguien a cambiar su vida, darle un nuevo propósito de vida o llevarlo a cumplir el suyo (e incluso quizá promocionar tu empresa en estos eventos deportivos de prestigio).