1,2,3...ya!
No se me ha ocurrido mejor idea que compartir con vosotros una historia corta, que facilite la temida "vuelta al trabajo":
Ramón, trabajaba como analista financiero en una Compañía y estaba disfrutando su tercera semana de vacaciones de verano, cuando la mente le trajo un pensamiento rápido: "solo me quedan cuatro días, para volver al trabajo...". En solo 2', este pensamiento, le produjo varias sensaciones físicas:primero nerviosismo, después sintió un nudo en el estómago y la respiración se le aceleró. Sin darse cuenta le cambió la expresión de la cara y de ahí pasó a invadirle una mezcla de emociones entre la desgana y la pereza, que le hacía recordar los to do's que dejó escritos antes de irse.
Y en ese momento, Ramón se miró al espejo y al ver que ya no tenía la sonrisa y la expresión de tranquilidad en la cara, dijo: "1,2,3, ya...voy a cortar este pensamiento, que me va a fastidiar el día de hoy y no me ayuda para tener una vuelta al trabajo feliz, sí, feliz".
Así que, en su lugar y en otros 2', hizo un sencillo ritual: cerró los ojos, esbozó una sonrisa y prestando atención a su respiración, empezó a visualizar cómo quería ser él durante ese próximo cuatrimestre, se reconectó con sus motivaciones y pensó en las personas con las que le apetecía reencontrarse. Se dio cuenta de que se sentía mejor y la expresión de su cara estaba relajada y sonriente.
Este ritual, lo hizo los siguientes días y en cuanto le asaltaba el pensamiento más negativo, lo cortaba y se decía: "1,2,3...ya" y visualizaba de nuevo el ritual, que os he contado. Así que, cuando Ramón entró por la puerta de la oficina, estaba tranquilo, lucía una gran sonrisa y su actitud era abierta y también consciente de que iría cogiendo el ritmo poco a poco.
En resumen, os invito a que cada uno busquéis la mejor manera que os ayude a reconectar con las responsabilidades laborales.
¡Feliz vuelta al trabajo y ya sabes:"1,2,3...ya" :)