#16. Las 7 causas de la mediocridad

Hace tiempo leí un libro que me impactó: Mañanas Milagrosas de Hal Elrod.

Te cuenta cómo establecer 6 hábitos para madrugar y hacer de tus mañanas algo extraordinario. Pero, algo que leí me llamó la atención de forma especial. Es lo que Elrod describe como las 7 causas de la mediocridad.

No es ningún secreto que la mayoría de la gente está viviendo muy por debajo de su potencial.

Una vez reconocido este hecho, veamos las causas por las que la mayoría de las personas lleva una vida mediocre y, además, se conforma con ello.

1. El síndrome del espejo retrovisor.

Todas las personas llevamos como equipamiento de serie un “espejo retrovisor”, a través del cual revivimos y recreamos continuamente nuestro pasado.

Creemos, erróneamente, que somos la persona que éramos, lo cual limita nuestro potencial actual, a causa de las experiencias del pasado.

En consecuencia, filtramos cada decisión que tomamos (desde a qué hora nos despertamos, hasta los objetivos que nos marcamos o los éxitos que consideramos factibles en nuestras vidas) a través de las limitaciones de nuestra propia experiencia.

Queremos crear una vida mejor, pero no sabemos imaginarla de otra forma que no sea como la hemos visto siempre.

Nos llevamos el estrés, el miedo y las preocupaciones del pasado al presente. 

Cuando se nos presenta alguna oportunidad, miramos nuestro espejo retrovisor para valorar nuestra capacidad en el pasado: ...“No, nunca he hecho nada parecido, nunca he alcanzado nada a ese nivel. De hecho, he fracasado una y otra vez. No es para mí”

Si quieres dejar atrás el pasado, y superar tus limitaciones, tienes que dejar de vivir mirando tu espejo retrovisor y empezar a imaginar una vida de posibilidades ilimitadas.

Acepta este hecho: tu pasado no determina tu futuro

2. Falta de objetivos.

Si le preguntas a alguien cuál es el objetivo de su vida, te mirará de forma rara antes de responder algo así como:

“…Pues yo qué sé, la verdad es que no me lo he planteado”

La mayoría de las personas no posee un gran “por qué” convincente que los lleve a despertarse cada mañana y hacer que su vida tenga sentido y significado.

La gente vive la vida día a día y no tiene otra meta más allá de la mera supervivencia. 

Pues bien...

El secreto para superar la mediocridad consiste en marcarse objetivos que impacten en tu vida.

Por ejemplo, ahora mismo te desafío para que te marques objetivos para los próximos 12 meses. 

Metas que permitan convertirte en el tipo de persona que necesitas ser para lograr el éxito.

Conforme crezcas y evoluciones, también lo hará tu propósito. Lo importante es que elijas un objetivo, cualquiera, y dejes que te guíe en tu vida a partir de ahora.

3. Aislar incidentes

Esto lo que sucede cuando suponemos, de forma errónea, que cada decisión que tomamos, y cada cosa que hacemos, solo afecta a ese momento o circunstancia en particular.

Por ejemplo, puede que pienses que no es tan grave saltarse un entrenamiento, dejar un proyecto para más tarde o tomar comida basura, porque mañanas tendrás la oportunidad de remediarlo.

Grave error.

Tienes que ser consciente que el impacto y las consecuencias reales de cada una de tus decisiones y acciones, e incluso de tus pensamientos, son significativas. 

Porque cada pensamiento, decisión y acción determina en qué persona te estás convirtiendo y esto es lo que, al fin y al cabo, impacta en tu calidad de vida.

Cada vez que eliges hacer lo fácil en lugar de lo correcto, le estás dando forma a tu identidad, convirtiéndose en el tipo de persona que obtienen unos determinados resultados. 

Deja de aislar los incidentes, mira la foto grande: todo lo que haces, afecta a la persona en la que te conviertes, lo que a su vez determina la vida que acabas viviendo.

4. Falta de corresponsabilidad

Existe una relación directa entre el éxito y la corresponsabilidad.

Prácticamente, todas las personas que han alcanzado el éxito cuentan con un alto grado de responsabilidad. Esto les da la fuerza necesaria para actuar y lograr resultados aún cuando no les apetece.

Si no fuera por eso, muchos atletas se saltarían sus entrenamientos y los directivos pasarían horas enteras jugando con sus móviles.

La corresponsabilidad es la responsabilidad compartida para lograr una acción o un resultado. Pocas cosas suceden en la vida si no existe algún tipo de corresponsabilidad.

Fíjate, todos los hábitos y resultados positivos que has logrado, desde que naciste hasta los 18 años, han sido posibles gracias a la responsabilidad inculcada por otros adultos: tus padres, familiares o profesores.

Por esta razón, comiste verduras, hiciste deberes cuando no te apetecía, te lavaste los dientes cada día, te fuiste a la cama temprano y madrugaste al día siguiente para ir al colegio y también aprendiste a compartir y ser generoso.

La corresponsabilidad ha dado orden a tu vida y te ha permitido avanzar, mejorar y alcanzar resultados que no hubieras conseguido de ninguna otra forma.

Y esto, no es algo que tú y yo pidiéramos, sino algo que nos fue impuesto cuando éramos niños y adolescentes.

Ahora, que hemos crecido y somos adultos responsables que queremos alcanzar altos niveles de éxito y satisfacción, tenemos que empezar a tener nuestro propio sistema de corresponsabilidad.

Puede tratarse de un Coach profesional, un mentor o incluso tu pareja o un buen amigo.

5. Un círculo de influencia mediocre

Seguro que has oído esta frase alguna vez: te conviertes en la media de las cinco personas con las que pasas más tiempo.

Las personas con las que te relacionas puede resultar el factor más decisivo para la persona en la quién te conviertes y, por consecuencia, para tu calidad de vida.

Si estás rodeado de gente perezosa, sin carácter, gente que pone excusas, te convertirás inexorablemente en una de ellas.

Si pasas tiempo con personas alegres y positivas, su actitud y sus hábitos acabarán reflejándose en ti. Cada vez te parecerás más a ellos.

Esto es cierto en todas las áreas de la vida: éxito, salud, felicidad, ejercicio e ingresos.

Si tus amigos no se esfuerzan para mejorar su vida no te inspirarán para que tú mejores la tuya. Y esto es especialmente cierto cuando estas personas son de tu familia.

Asegúrate de pasar menos tiempo con gente que ni te anima, ni te desafía para convertirte en tu mejor versión. 

No dejes que los miedos, la inseguridad y las creencias que limitan a otros, determinen lo que es posible para ti.

Busca gente que crea en ti, te aporte valor y que te ayude a lograr lo que quieres en la vida. Busca a estas personas de forma activa. Y, por supuesto, conviértete en este tipo de persona para los demás.

6. Falta de desarrollo personal

“El nivel de éxito de una persona rara vez excede a su nivel de desarrollo personal, porque el éxito es algo que atraes gracias a la persona en la que te conviertes”

Escríbela y tenla siempre cerca de ti. Es una de las mejores frases del gurú Jim Rohn.

Tu nivel de éxito, en cualquier aspecto de tu vida, pocas veces será superior a tu nivel de desarrollo personal. Esto es válido para tus conocimientos, habilidades, creencias, relaciones, hábitos, etc…

Tienes a tu alcance disfrutar de una vida extraordinaria, independientemente de lo que te haya ocurrido en el pasado. 

El problema es que la mayoría de las personas no dedican tiempo suficiente a convertirse en ese tipo de persona y atraer eso que dicen querer.

7. Falta de urgencia

Puede que esta sea la causa más importante de la mediocridad de las personas, aquello que les impide crear la vida que quieren vivir.

La mayoría de la gente no se siente apremiada para mejorar.

Es algo propio del ser humano. Vivir con la mentalidad de “algún día lo haré”.

Esta mentalidad de “algún día” lleva a una vida de postergación, potencial inalcanzado y arrepentimiento.

De repente, te despiertas un día y te preguntas qué demonios ha pasado. ¿Cómo he llegado a este punto en mi vida?

Una de las cosas más tristes consiste en vivir con arrepentimiento, sabiendo que podrías haber sido, tenido y hecho muchísimo más.

Recuerda, el ahora importa mucho más que cualquier otro momento de tu vida.

Lo que haces hoy, determina en quién te estás convirtiendo y esto implica cómo será tu nivel de felicidad y bienestar en el futuro.

Un fuerte abrazo, te deseo lo mejor

Emilio

P.D. Me gustaría conocer tu opinión. Te leo en comentarios