20 vacas dan más leche que 5
Hacer un presupuesto es algo tan natural como respirar. De hecho hacemos tantos presupuestos a lo largo del día, que ni nos damos cuenta. Hasta para la actividad más peregrina nuestra cabeza trata de anticipar su coste (ya sea monetario, temporal, energético o cualquier otro recurso limitado).
Tienes claro que ante un viaje preparas un presupuesto (monetario y temporal), pero es que también realizas un presupuesto cuando a las 4 de la mañana calculas si te quedará suficiente dinero para el taxi si te pides una copa más (aunque debo reconocer que la desaparición del "cash" en favor de las "inagotables" tarjetas, nos está haciendo perder esta bonita costumbre).
Intentar prever los costes de una actividad para comprobar si podemos acometerla y evitar imprevistos es algo sano e inteligente. Los métodos de cálculo pueden ser más o menos ajustados, reales, novedosos o complicados, pero está claro que cuando presupuestas no buscas maximizar el montante a provisionar, buscas la cantidad necesaria para cubrir todos los gastos que tienes planificados.
Queda claro que tanto tú, como tu familia, como tu comunidad de vecinos, como tu empresa hacen presupuestos. ¿Y qué pasa con tu país? ¿También hace presupuestos? Pues obviamente sí. Se denominan Presupuestos Generales del Estado, su elaboración corresponde al Gobierno, tienen carácter anual y determinarán enormemente las políticas que se desarrollarán y la vida de todos sus ciudadanos.
Realizar los Presupuestos Generales del Estado no es algo opcional, es de obligado cumplimiento y deben presentarse 3 meses antes de que finalice el del año anterior. En caso contrario, el primer día del nuevo ejercicio, se prorroga de forma automática el presupuesto del anterior.
Que unos presupuestos se prorroguen tiene sus pros y sus contras. Se supone que vivimos en una economía creciente, por lo que cada año tus ingresos serán mayores, así que reutilizar los presupuestos de un ejercicio anterior generará superávit (sí, has leído "generar superávit". No sólo es posible, sino que hay países que lo consiguen de forma sistemática).
"¡Pues problema resuelto! ¡Prorroguemos cada año los presupuestos y todos contentos!"
En cierta manera sí, pero unos presupuestos ambiciosos son la base del crecimiento y eso en un país es muy importante porque se traduce en mejor calidad de vida para todos. Los buenos políticos se devanarían los sesos hasta dar con la fórmula que nos permitiese a todos crecer cada año un poquito más, pero esto es España.
Actualmente estamos viviendo el típico sainete anual: cada partido agarra la sábana de un lado y tira con todas las fuerzas que su egoísmo y odio les proporciona. En lugar de debatir ideas y negociar pactos, en lugar de buscar planes a largo tiempo, cada uno intenta acometer un chantaje más histriónico, novedoso y cruel que su vecino de escaño. Esto es España amigos.
Dejando esta mezquindad a un lado, el Gobierno de turno tiene un interés enorme en cerrar los presupuestos. Unas cuentas aprobadas fijan los ingresos y los gastos y estas dos partidas marcan de forma ineludible las políticas que se desarrollarán, es decir, permite al Gobierno poner en práctica todas sus medidas.
Sin presupuestos el Gobierno se ve maniatado y obligado a convocar elecciones anticipadas.
Tras este primer punto (que es el único que interesa a los partidos políticos) existe un segundo igual o más importante: generar confianza. Que un país tenga unos presupuestos aprobados aporta buena imagen hacia el exterior, estabilidad y capacidad de negociación.
Ya sé que te presentas a las masas como la reencarnación de Lenin, pero no te queda más remedio que asumir que un país necesita de inversión externa para poder crecer. Sin presupuestos no hay confianza y sin confianza no hay inversores. No investors, no party.
Ahora entiendes el interés de la Unión Europea en que cerremos unos presupuestos, ¿verdad? No van a soltar ni un euro hasta que no tengan bien claro que hemos sido buenos y hemos pactado en qué gastarnos la propina que nos van a dar.
Ya hemos dicho que presupuestar no quiere decir maximizar, quiere decir tener lo suficiente para afrontar todas tus acciones. Un país no es una empresa, no tiene porqué buscar beneficios, puede dejar sus cuentas a 0 cada año. Sin embargo, si gastas más de lo planificado (como siempre hacemos) incurrirás en deuda. Si ingresas más de lo previsto, generarás superávit.
Normalmente la deuda no es una sorpresa que aparece con el final del año al cerrar caja. Desgraciadamente muchos presupuestos nacen muertos, ya sea al sobrestimar tu capacidad recaudatoria o porque directamente decides gastar más de lo que vas a ingresar.
¡Ojo que yo no estoy diciendo que endeudarse sea malo! No aprovechar tu capacidad de deuda es un fallo tremendo. De hecho el ratio de endeudamiento de una empresa sana está entre el 40-60%. La deuda permite acelerar tu capacidad de crecimiento. El problema viene cuando la forma de devolver esa deuda te preocupa bastante menos que la pensión vitalicia que te queda o las dietas que te embolsarás al mes siguiente.
¿En qué gastamos?
Os invito a visitar un genial artículo de elDiario.es donde publican una serie de gráficas y tablas interactivas la mar de explicativas.
Existe un gráfico de área donde se puede ver la evolución del gasto desde 2002:
Además añaden una tabla detallada con los gastos para los presupuestos de 2021:
Comentar los gastos necesitaría tanto espacio que no cabe en este artículo, pero no me resisto a compartir los dos siguientes apuntes:
Bajando un 7,5% la partida de las Pensiones podría doblarse la inversión en Sanidad y Educación.
¿Es normal que en todos los indicadores respecto a la OCDE estemos a la cola y que sin embargo en la tasa de reemplazo (porcentaje del último salario que cubre la pensión), que en España supera el 80%, nos encontremos entre los líderes?
¿Debemos abandonarnos a la quimera de que el Estado nos proporcionará nuestros ingresos futuros o debemos apostar por un sistema de ahorro individual fuertemente incentivados?
¿Es sostenible que una persona pueda llegar a cobrar más de 2.500€ al mes durante 30 años (900.000€)?
Disminuyendo el Desempleo a la mitad podría doblarse la partida de Investigación, desarrollo e innovación
¿Cómo podemos gastar 25.000 millones de € en Desempleo? ¿Cómo puede ser que nos permitamos tener a 1 de cada 5 personas activas sin producir?
Uno de los objetivos prioritarios del Gobierno debería ser implantar los mecanismos necesarios para que el mercado sea capaz de dar trabajo a la mayor cantidad de población activa posible. ¿Qué otra medida existe más integradora que esa?
¿Cómo ingresamos?
Una vez visto lo que nos va a costar la fiesta, tenemos que ver cómo la pagamos. Los principales ingresos son:
- Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas: el famoso IRPF, lo que te quitan de la nómina, aporta 86.892 millones €.
- Impuesto sobre el Valor Añadido: los ingresos por el IVA fueron de 71.538 millones €.
- Impuestos sobre Sociedades: las empresas contribuyeron con 23.733 millones €.
- Impuestos Especiales: gravan el consumo de ciertos productos (hidrocarburos, electricidad, alcohol, tabaco, carbón, etc.) y suman 21.380 millones €.
Estos datos corresponden a 2019 y están disponibles en la web de la Agencia Tributaria.
Parece bastante claro que si queremos recaudar más, subimos todos los impuestos y listo. Esta es la conclusión que suelen sacar algunos de nuestros brillantes y muy preparados políticos. El problema viene cuando te enteras de que la recaudación no sigue una distribución lineal, la realidad es que se asemeja más a una logarítmica, donde los ingresos pueden llegar a disminuir a medida que se incrementa el impuesto.
Una vez presentados todos los datos, ahora que ya podemos cerrar la boca a nuestro cuñado en la cena de Navidad, voy a contar una parábola ("Narración de un suceso fingido del que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral." Fuente: RAE).
La granja de Andrés
En un pueblo de las Tierras de la Reina (León) vive el pequeño Andrés en una modesta granja con sus abuelos. La granja no produce casi excedentes, pero les da para vivir, que no es poco.
Hay gallinas, patos y cerdos, pero las preferidas de Andrés son las 5 vacas Tudancas que tiene su abuelo. No dan mucha leche, pero son muy trabajadoras y cariñosas. Andrés las cepilla cada día mientras su abuelo rellena los pesebres y observa entusiasmado cómo las ordeña su abuela. Nunca han tenido crías, su abuelo dice que un ternero gastaría toda la leche de la vaca y la necesitan para sacar los pocos ingresos que tienen.
Pasan los años y Andrés va creciendo. Ayuda en la granja con las fuerzas inagotables de un adolescente y la pasión del que ha crecido en un entorno rural. Tiene claro que de mayor será Ingeniero Agrónomo y su curiosidad le lleva a devorar toda la información que está a su alcance.
Pero los años pasan para todos y Andrés se da cuenta que sus abuelos no tienen la energía de antes. Tiene que ingeniar algo para ayudar. Se pasa las noches leyendo y pensando, hasta que da con la tecla: ¡Hay que revolucionar la granja!
Años más tarde Andrés mira hacia atrás y recuerda orgulloso con sus abuelos todo lo que han conseguido. El camino no fue fácil, los resultados no fueron inmediatos y hubo que asumir riesgos, pero el trabajo duro e inteligente mereció la pena.
¿Qué hizo Andrés?
- Buscó financiación externa para comprar vacas Holstein, reacondicionar los establos, mejorar la alimentación y automatizar el proceso de ordeño.
- Contactó con un ganadero de toros Charolais para producir terneros con una buena calidad de carne.
- Aumentó el número de gallinas y empezó a vender sus huevos en mercados ecológicos.
Andrés generó nuevo tejido empresarial de alto valor añadido (vacas Holstein), mejoró las condiciones a las empresas existentes (vacas Tudancas), invirtió en tecnología (automatizar ordeño) y diversificó su negocio (venta de carne y huevos).
En definitiva, Andrés se dio cuenta que en lugar de exprimir a sus 5 viejas vacas había que ampliar y mejorar la base de recaudación todo lo posible.
Andrés se dio cuenta que 20 vacas dan más leche que 5.
Senior Software Engineer
4 añosBuena publicación, de lo que podrían ser unos PGE en condiciones y no son.