3 factores de éxito de mi propia reinvención profesional
Para mucha gente la reinvención profesional implica romper con el pasado, desandar el camino y empezar desde el principio en una nueva actividad o profesión, desde cero.
Pero, para mí la reinvención profesional tiene una dimensión adicional.
Implica continuar creciendo e incorporar todo tu bagaje anterior para construir algo mejor en el futuro.
Se trata de cambiar la perspectiva. Mirar desde otro ángulo
Y de no tirar por la borda todo lo que hemos sido y hecho.
Incluso, creo que no es recomendable dar un portazo y comenzar una nueva vida profesional (a no ser que tu situación sea insostenible)
Sobretodo, implica comenzar un proceso de autoconocimiento, explorar tu interior, tus inquietudes, tus necesidades y darte cuanta de qué es lo que quieres o necesitas para ser feliz.
Y esto tiene que estar acorde a tu pasión, aquello que te encanta hacer, a tus habilidades, es decir aquello en lo que destacas o que sabes hacer muy bien. Y también acorde a tus valores, aquellos principios que rigen tu vida y actúan como tu brújula personal.
Te diré un secreto, nunca serás feliz en tu profesión si lo que haces no esta alineado con tus valores, aquello que te hace vibrar y sentir especial.
Pero ¡ojo!, y esto es importante:
No te obsesiones con descubrir tu pasión, a veces la pasión surge de hacer algo muy bien. Es decir, de trabajar duro y aprender día a día, hasta que te conviertes en alguien muy bueno en lo tuyo.
Existen estudios que afirman que los empleados más felices y apasionados no son los que persiguieron sus sueños hasta que consiguieron un empleo, sino aquellos que habían dedicado suficiente tiempo para conseguir ser muy competentes en aquello que hacían.
Todo esto nos lleva a un punto: la clave es el aprendizaje.
Si estás leyendo esto, estoy seguro de que quieres aprender más y mejorar constantemente.
Para ello, lo que sueles hacer es buscar información por internet para conseguir un nivel máximo de excelencia en tu profesión.
Puede que estés leyendo multitud de libros, artículos o podcast en internet.
En algún caso, puede que hayas conseguido establecer rutinas poderosas, hacer meditación y estés en el camino de lograr la excelencia para convertirte en tu mejor versión.
Y todo es esta muy bien.
Convertirte en una persona más culta y preparada esta genial. Además te dará muchísimas satisfacciones.
Pero quiero hacerte una pregunta:
¿Qué estás haciendo con toda esa información?
Porque seguramente no estés haciendo nada con ello. Y la consecuencia es que, a pesar de estar dedicando tiempo a tu desarrollo personal, no estés consiguiendo resultados.
Si estás en esta situación, lo sabrás porque notas que te falta algo, existe una brecha entre aquello que esperas lograr y los resultados reales. Y mientras mayor sea esa brecha mayor es la sensación de frustración.
Y te lo digo por experiencia. A mi me ha pasado
Por eso, te voy a decir algo que tú ya sabes, de sobra.
Pero te lo repito:
No se producen cambios ni transformación si no aplicas el conocimiento y pasas a la acción
Las 3F´s que te llevarán al éxito
A lo largo de mi propio proceso de transformación y reinvención profesional, yo mismo he descubierto lo que denomino las 3F´s para lograr el éxito:
F1: Fe o confianza
F2: Frecuencia o constancia
F3: Foco
La primera F es la de FE, en el sentido de sentir confianza en lo que vas a hacer.
La fe o confianza en uno mismo es la premisa para lograr resultados extraordinarios. Si no tienes autoconfianza, es muy probable que no cambie nada a tu alrededor.
Pero esto de la confianza tiene un secreto.
Normalmente la gente cree que necesitan sentirse primero, confiados para hacer cosas, pero esto no funciona así. No puedes esperar sentado de brazos cruzados para llegar a tener la suficiente confianza para hacer cosas, porque nunca la vas a tener.
Y el secreto (obvio) del que te hablaba consiste en que, para tener confianza, primero tienes que atreverte a hacer cosas, aunque tengas miedo.
Una vez que has realizado estas acciones empezarás a tener confianza y veras que puedes atreverte a emprender acciones cada vez mayores y más atrevidas.
Por tanto, mi consejo es que pases a la acción y empieces a hacer cosas que actualmente no haces, porque te dará muchísima confianza respecto a lo que puedes lograr en la vida.
La segunda F es la de FRECUENCIA, es decir, consiste en realizar una serie de acciones que, en la mayoría de los casos, son bastante simples y ordinarias pero que producen resultados extraordinarios si lo haces frecuentemente.
Si te comprometes a realizar determinadas acciones durante el suficiente tiempo y con la confianza necesaria, te aseguro que conseguirás lo que te propongas.
Aquí es donde probablemente fallan el 95 % de las personas, que son capaces de realizar enormes esfuerzos de forma puntual, pero no son capaces de mantener una frecuencia en le tiempo realizando pequeñas acciones.
Y esto nos lleva a la tercera F, que es la de FOCO.
El hecho de no contar con un plan o estrategia que te guíe profesionalmente hace que sientas que no tienes el control de tu vida.
Puede que percibas que no eres dueño de tu tiempo y que, en la práctica, tu destino no esté en tus manos, sino que fluctúe en función de las circunstancias o de los deseos y necesidades de otras personas.
Este contexto implica que pierdas el foco y no te concentres en aquello verdaderamente importante para ti y tu negocio, que son aquellas actividades en las que eres verdaderamente bueno, realizas de forma brillante y, además, te producen resultados extraordinarios.
Es más, piensa que son precisamente esas actividades las que te proporcionan la energía y el estado emocional que te hace sentir realizado y disfrutar de tu trabajo.
Y esa es la clave para que tu vida profesional vaya bien.
No puedes seguir desperdiciando tu tiempo y dedicándolo a apagar incendios constantemente haciendo cosas que no te llevan directamente hacia los resultados que quieres conseguir.
Las 3F´s en mi experiencia personal
En mi caso, visto con perspectiva (uniendo los puntos de adelante hacia atrás como decía Steve Jobs), puedo contarte cómo apliqué las 3 F´s a mi proceso de reinvención profesional.
Mi transformación personal y profesional ocurrió allá por en el año 2012.
La crisis económica del 2008 que sacudió y afectó especialmente, y de forma brutal, a los arquitectos se convirtió en la gran oportunidad de mi vida.
En ese año, 2012, fue el momento en el que yo me planteé mi futuro y una de las razones fue que prácticamente me quedé sin trabajo.
Esta situación me dio tiempo para pensar y reflexionar en mi futuro y en lo que realmente quería lograr en la vida.
La chispa que encendió este cambio fue una conferencia de coaching, a la que asistí de casualidad, que me despertó gran inquietud, y a la larga, me cambió literalmente la vida.
Puedo decir que, ese mismo día, empezó mi proceso de transformación personal.
Hago un paréntesis: es curioso como el azar, en ocasiones, influye decisivamente en tus planes. Eso si, debes estar preparado y ser flexible para aceptarlo.
A lo que iba. Después de asistir a esta charla, seguí mi intuición y tomé la decisión de realizar un Master de Coaching.
Tomar esta decisión no fue sencillo, implicaba desplazarme periódicamente de mi ciudad, estudiar y hacer cosas que a mi edad ya (46 años por entonces), no me resultaban cómodas de hacer.
Pero estaba decidido.
Como suele decirse, salí de mi zona de confort.
Me comprometí con mi decisión, y no te voy a mentir, no tenia ni idea de para que me iba a servir ni lo que quería lograr.
Y, por supuesto, no me veía cambiando mi profesión y ejerciendo como Coach, pero seguí mi instinto.
Desde siempre me había apasionado el campo del desarrollo personal y aunque en ese momento estaba algo perdido, ya que no sabía si realmente lo que quería era conseguir más clientes para mi estudio de arquitectura o entender las claves para mejorar profesionalmente, inicié el camino y me puse en acción.
Aquí es donde entra en juego la primera F (Fe o confianza): decidí convertirme en aquella persona que había soñado ser, en mi mejor versión, aquella persona en la que quería convertirme.
Esto, evidentemente, no se logra de la noche a la mañana. Yo, por entonces y a pesar de mi edad, no tenia la confianza suficiente para atreverme a ciertas cosas.
Sencillamente, no tenia la capacidad de ayudar y liderar a otras personas, pero adquirí esa habilidad con el tiempo y, sobretodo, atreviéndome a pasar a la acción.
Es la magia de tomar decisiones y comprometerse con ellas.
Como te decía, la confianza no se logra de la noche a la mañana, es más bien un proceso y se va adquiriendo sobre la marcha y con esfuerzo. Mucho esfuerzo.
Avanzamos en mi historia para explicarte el poder de la segunda F, frecuencia o constancia.
2013, he terminado mi master de coaching y he adquirido nuevas habilidades y conocimientos.
Instantáneamente, me sentí deslumbrado por lo que podía hacer el coaching por las personas y empecé a buscar clientes.
Realmente pensé que iba a triunfar con aquello tan maravilloso que había aprendido y que, además, me apasionaba.
Pero ¿sabes lo que sucedió?
Que durante 2 o 3 años no conseguí apenas clientes, podríamos decir que empecé a colecciones fracasos importantes.
Pensarás que ya siendo Coach y con una gran confianza en mi, no me afectarían esos fracasos, pero te equivocas, por supuesto que me afectaron.
Ya sabes…empiezas a dudar de ti, de tus posibilidades, piensas que has sido un ingenuo por perseguir tus sueños. En fin, toda una serie de pensamientos y emociones, cuando menos, paralizantes.
Se te pasa por la cabeza abandonar y dejarlo todo.
Sin embargo, creo sinceramente que ese parte de mi historia es la que más me ha ayudado a lograr el éxito.
¿Y por qué?
Porque me hizo descubrir mis límites, crecer por encima de lo que creía necesario para esforzarme cada vez más y aprender cada día nuevas cosas.
Hice de mi capacidad de aprendizaje una virtud y con una inquebrantable constancia y perseverancia, busqué soluciones a pesar de que los resultados no llegaban.
Este es el significado que quiero transmitirte con la segunda F
Para mí, no deja de ser curioso, porque yo siempre me he considerado una persona poco constante, pero lo que más me reconocen las personas cercanas es haber mantenido una constancia en mis propósitos, la insistencia.
Cada fracaso se convertía en una nueva oportunidad para aprender cómo funcionaban las cosas y adquirir nuevas habilidades.
Marketing digital, branding, ventas, negociación, comunicación, liderazgo, estrategia de negocio y todo lo que me ayudara a convertirme en mejor profesional.
Y así llegamos a la tercera F, la de foco.
A lo largo de todo este proceso de transformación y reinvención profesional, llega un momento en que tienes claro cuál es tu propósito y qué quieres lograr, es como una epifanía, aunque es cierto, que a veces tarda en llegar.
Pero cuando aparece y lo ves claro, debes poner todo el foco en esa actividad, porque es la que te va a permitir triunfar y lograr lo que te propongas.
Tu actividad debe convertirse en una obsesión. Debe gustarte, debes querer aprender más y más sobre ello.
Si no así, seguro que no merece la pena. Piénsalo.
Y debes saber medir tus progresos. No actúes en piloto automático.
Ya sabes que, ahí fuera, mucha gente actúa de forma inconsciente y no sabe por qué razón hace lo que hace. Todos los días del año. Todos los años.
Sencillamente lo hacen y punto. Hasta que llega un día que se plantean si todo el esfuerzo, tiempo y energía ha merecido la pena. Cuando es demasiado tarde.
Por eso,
pregúntate si lo que haces cada día te acerca al lugar donde quieres estar el día de mañana.
Pregúntate en quién quieres convertirte y si la actividad que realizas la mayor parte de tu tiempo te pueden llevar al lugar que has decidido que vas a ocupar.
Hazte estas preguntas poderosas y toma decisiones importantes en función de tus respuestas.
Continuando con mi historia, el foco en lo que hago hace que tenga que decir no a muchas otras cosas o incluso a otras personas, que decida cuales son mis prioridades.
En base a eso, diseño una estrategia y enfoco la mayor parte de mi tiempo y energía en ello. No hay más, es así de simple.
Las claves de la reinvención profesional
En determinados casos, puede que estés disfrutando con lo que haces y te guste tu profesión, pero seguramente incluso si estas en esa situación, te sea muy útil hacer algunos pequeños cambios.
Se trata de garantizar que estás viviendo acorde a tus valores como te decía antes.
Un simple matiz, un pequeño cambio puede obrar maravillas y causar resultados impredecibles.
Para ello, analiza detenidamente lo que estás haciendo y si aún no lo haces, empieza a trabajar y dedicar cada vez más tiempo a algo que realmente te entusiasme.
Puede que, en ocasiones, el problema no sea el trabajo en sí, sino el contexto o las personas.
Piensa que, en muchos casos, estamos viviendo la vida que decidió un adolescente, una versión tuya con 18 años.
¿No crees que sería interesante revisarlo con la madurez y experiencia con la que cuentas ahora y realizar algunos ajustes?
De estas reflexiones surgirán ideas que harán replantearte tu futuro para ser feliz con lo que haces.
Puede que llegues a la conclusión de que reinventarse profesionalmente puede ser la mejor opción para recuperar la motivación, el entusiasmo y la alegría por tu trabajo.
Reinventarse significa dar un giro de 180º a tu vida, pero sobretodo cambiar tu mentalidad.
Y esa vuelta de tuerca implica saber sacarle provecho a toda tu experiencia para aplicarla, o bien en otro sector, o bien de forma distinta a lo mismo que estás haciendo ahora.
La complejidad de la reinvención no es tanto lo que supone en sí misma, sino que surge de la necesidad de romper el vínculo que, durante años, te ha llevado a tener un determinado trabajo y una vida concreta.
Cuando decides dar un cambio tan importante en tu vida es imprescindible dar pasos firmes y lo más seguros posibles.
Reinventarte, por tanto, es convertirte en la persona capaz de tomar una serie de decisiones acerca de cómo quieres que sea tu futuro y ponerte en acción para llevarlas a la práctica.
Tómatelo como un juego…recupera la ilusión del niño que llevas dentro y diviértete durante el viaje.