3 puntos que tienen en común la agilidad y la creatividad
Quienes conocen la Filosofía Ágil entienden su estrecha relación con el desarrollo de software, pero la agilidad se está aplicando en muchas otras áreas. En este artículo, te comparto los 3 puntos que tienen en común la agilidad y la creatividad.
La agilidad y la creatividad tienen mucho en común
La agilidad es un estado mental que se basa en principios y valores y que se puede manifestar a través de muchas prácticas diferentes. En los últimos años la agilidad ha sido bien aceptada en aquellas organizaciones que son conscientes de que el mundo está cambiando y que requieren una guía para adaptarse y prosperar en este cambio.
Quiero remarcar el hecho de que la agilidad es un estado mental, es una filosofía, una forma de ver el mundo. Más allá de las herramientas y marcos de trabajo que existan alrededor de la agilidad, lo que debemos tener claro es que primero debemos adoptar una mentalidad ágil.
Al adoptar una mentalidad ágil esta nos servirá, no solo para temas de desarrollo de software, que es el área donde fue concebida esta mentalidad, sino que me atrevo a decir que pude ser aplicada en cualquier aspecto de la vida, incluida la creatividad.
La agilidad y la creatividad prosperan en entornos donde se valora la experimentación, ambas requieren de una colaboración dinámica donde las personas sean valoradas y en donde la retroalimentación les ayude a mejorar. Estos son algunos de los puntos que tienen en común y que detallo a continuación.
1- La experimentación es esencial
Las mentalidad ágil nos invita a probar, fallar y aprender rápidamente. Esta experimentación también es necesaria en la creatividad, nos da el permiso de crear sin el peso de la perfección inicial.
En entornos de trabajo ágiles y creativos, debemos poner atención a la seguridad psicológica. Esto se refiere a generar un ambiente de trabajo en donde todas las personas se sientan libres de expresar sus ideas. Esto puede liberar a los creativos del miedo a equivocarse y, en cambio, motivarlos a probar nuevas ideas.
En un entorno de trabajo que carece de seguridad psicológica las personas sienten miedo a expresar sus ideas, pues saben que en caso de algún error van a buscar culpables. En un ambiente así, el miedo a fallar frena la experimentación, la agilidad y la creatividad.
2- Colaboración dinámica donde las personas sean valoradas
Ed Catmull, cofundador de Pixar, menciona lo siguiente en su libro Creativity, Inc.: “Encontrar a la gente adecuada y la química que hace falta es más importante que tener una buena idea”.
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Aunque esta afirmación puede parecer obvia, Ed Catmull hizo la siguiente pregunta durante dos años en todas las conferencias a las que asistía: ¿qué vale más, las buenas ideas o la gente brillante? Independientemente de si su audiencia estaba compuesta por directivos jubilados, estudiantes, decanos o artistas, la respuesta siempre dividía al público en dos partes iguales.
Dicha pregunta le surgió a partir de platicar con el presidente de otro estudio cinematográfico, quien le comentó lo siguiente: “Mi mayor problema no es encontrar gente brillante, sino buenas ideas”.
Las ideas surgen de las personas, aunque puede parecer obvio, ya vimos que para un 50% no lo es. Y por eso es importante hacer énfasis en la necesidad de valorar a las personas y sus interacciones, uno de los valores del pensamiento ágil que bien aplican para los entornos creativos.
3- Retroalimentación para mejorar
De la agilidad podemos aprender su enfoque en iteraciones. Al finalizar cada iteración se lleva a cabo la ceremonia de demostración, un espacio donde el equipo presenta el trabajo realizado a los clientes y otros interesados. Esta sesión no es solo una presentación de avances, su verdadero valor reside en la retroalimentación inmediata que ofrece.
Esta retroalimentación no solo permite al equipo identificar y corregir errores rápidamente, sino también ajustarse a las necesidades cambiantes del cliente y del mercado.
Este enfoque de recibir una retroalimentación frecuente puede aplicarse a la creatividad, permitiendo a los creadores refinar sus ideas de manera continua. En un proceso creativo, igual que en una iteración ágil, cada avance puede ser revisado y comentado por un grupo de personas que representan a nuestra audiencia o clientes potenciales.
Al recibir comentarios tempranos y constantes, podemos adaptar nuestro trabajo a las expectativas y necesidades de quienes lo consumen, incrementando la probabilidad de crear algo con valor genuino y resonancia para nuestra audiencia.
Conclusiones
Soy una persona que lleva ya casi una década estudiando y aplicando la agilidad, es una filosofía que me gusta y que la he llevado a la práctica en un equipo de ventas, en marketing, en un equipo directivo, en la creación de productos y por supuesto en el desarrollo de software, y ahora veo cómo su alcance también favorece a la creatividad.
La experimentación, la colaboración dinámica y la retroalimentación, son tan solo algunos de los puntos en común que tienen la agilidad y la creatividad. Y en la práctica, ambas se benefician una de la otra.
Autor: Omar García (omarzgarcia)