El fracaso de la lluvia de ideas para fomentar la creatividad
Seguramente, todos hemos participado o incluso liderado una sesión de lluvia de ideas. Esta técnica que seguro nació con las mejores intenciones, con el paso de los años y de acuerdo con especialistas, es un fracaso para fomentar la creatividad.
Te invito a que sigas leyendo si estás interesado en saber por qué la lluvia de ideas es una mala idea para fomentar la creatividad y cuáles son las 3 principales razones.
¿Qué es la lluvia de ideas o brainstorming?
La lluvia de ideas o “brainstorming” es una técnica de creatividad grupal que pretende generar ideas de manera espontánea, sin juicios ni críticas, con el fin de encontrar soluciones innovadoras a un problema o desafío.
El creador de esta técnica es Alex Osborn, quien detectó que hacía falta una dosis creativa entre sus colaboradores.
Es relevante señalar que el señor Osborn promovía la creatividad en su equipo precisamente porque trabajaban en BBDO, una agencia publicitaria que él ayudó a fundar y que, hasta la fecha, con casi 100 años de historia, sigue siendo una de las más reconocidas internacionalmente.
De acuerdo con Alex Osborn, el problema no era que sus colaboradores no tuvieran buenas ideas, sino que no las querían compartir por miedo a ser juzgados.
Las 4 reglas de la lluvia de ideas
De acuerdo con el libro Quiet, de Susan Cain, Alex Osborn tenía la hipótesis de que la solución para evitar el temor a ser juzgado consistía en eliminar de las sesiones de trabajo en grupo el peligro a ser criticado. Por eso inventó el concepto de lluvia de ideas (brainstorming) que debe seguir las siguientes cuatro reglas:
1. No juzgues ni critiques ninguna idea.
2. Sé espontáneo: cuanto más disparatada sea la ocurrencia, mejor.
3. La cantidad importa, y mucho: cuantas más ideas, mejor.
4. Inspírate en las ideas de los demás.
No sé ustedes, pero de la gran cantidad de sesiones de lluvias de ideas en las que he participado, únicamente recuerdo una donde se establecieron estas 4 reglas. Aun así, las críticas se hicieron presentes.
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El fracaso de la lluvia de ideas para fomentar la creatividad
Hasta la fecha, la técnica de lluvia de ideas es muy utilizada en equipos de trabajo. Sin embargo, hay múltiples estudios que revelan que esta técnica en realidad no funciona.
Uno de los primeros estudios que lo demuestran se llevó a cabo en 1963 por el profesor de psicología Marvin Dunnete, quien reunió a científicos y ejecutivos publicitarios de la empresa 3M, y les pidió que participaran en sesiones de lluvia de ideas en solitario y en grupo. Los resultados fueron claros, la cantidad y calidad de ideas era mejor cuando se trabajaba en soledad.
Este experimento se detalla en el libro Quiet, del cual extraigo el siguiente texto: “Desde entonces, cuarenta años de investigaciones no han hecho sino confirmar aquella conclusión inesperada. Los estudios han demostrado que los resultados empeoran a medida que se incrementa el tamaño del grupo, y así, los de nueve personas dan lugar a ideas menos numerosas y más pobres que los de seis, y estos que los de cuatro.”
El libro continua con una cita del psicólogo empresarial Adrian Furnham: “Más le vale a quien disponga de personas capaces y motivadas alentarlas a trabajar en solitario cuando hay que dar prioridad a la creatividad o la eficiencia”.
Por último, te quiero compartir de forma resumida, las tres explicaciones al fracaso de la lluvia de ideas que comúnmente ofrecen los psicólogos y que también puedes encontrar de forma detallada en el libro.
1- La falta de esfuerzo individual que suele darse en un grupo por parte de algunos integrantes, demasiado propensos a cruzarse de brazos mientras otros hacen todo el trabajo.
2- La inhibición que se produce por el simple hecho de que solo puede tomar la palabra una persona en cada momento, lo que obliga a los demás a guardar su turno de forma pasiva.
3- El miedo a parecer estúpido ante los colegas.
Conclusiones
Me parece que muchas ideas mueren antes de ver la luz por el miedo a ser juzgadas y ridiculizadas. Entre estas ideas que nunca vieron la luz, seguramente nos perdimos de grandes cosas, posiblemente de algo disruptivo que pudo haber beneficiado a la empresa o al mundo.
Ya en el artículo anterior veíamos cómo esas cosas que tenemos tan normalizadas, como los espacios abiertos y ahora la lluvia de ideas, y que parecieran que nos ayudan a fomentar la creatividad, realmente están produciendo un efecto contrario.
¿Qué otras cosas tendremos normalizadas y que están afectando a nuestra creatividad?
Referencias:
Cain, Susan. Quiet. El poder de los introvertidos en un mundo incapaz de callarse.
Autor: Omar García (omarzgarcia)