30 CONCENTRACION (I) La experiencia óptima.

(El contenido de esta newsletter son extractos del libro CONÓCETE-ACTÚA-CRECE que a su vez es la base de mis mentorías)

Mihaly Csikszentmihalyi, psicólogo y antropólogo nos habla de algo parecido a la felicidad:

“Un científico entra por la mañana a trabajar en su estudio y de pronto se da cuenta de que ya es de noche y que ha pasado todo el día inmerso en sus tareas. Una alpinista escala las arriesgadas cumbres de una montaña absolutamente concentrado, mientras siente que su cuerpo se funde con la roca, a un aficionado a las flores se le pasa la tarde en un momento cuidando su jardín”

Todos fluyen en una “experiencia óptima” y durante un cierto tiempo han logrado poner orden en el caos reinante de sus mentes.

Esa profunda sensación de orden y paz mental no ha llegado a ellos por casualidad. El esfuerzo constante de sus mentes y de sus cuerpos, es lo que ha propiciado una experiencia que va más allá del placer instantáneo de los sentidos.

Hace ya muchos siglos, Aristóteles decía que lo que más buscan los hombres y las mujeres es la felicidad. A pesar de los maravillosos avances tecnológicos y científicos que hemos logrado desde entonces, no parece que hayamos progresado mucho sobre el conocimiento de la felicidad, ni parece que hayamos obtenido las herramientas adecuadas para alcanzarla.

La experiencia óptima, ese momento en el que las personas están tan involucradas en una actividad intrínsecamente gratificante y nada más parece importarles, puede ser quizás lo más parecido a la felicidad.

Sabemos que todos nuestros sistemas están diseñados para permanecer en un estado de alerta que nos proteja de posibles cambios y peligros, y que no acaban nunca.

Lo que hace que el inconformismo constante sea el estado natural del ser humano.

Intentamos remediarlo intentando satisfacer nuestras necesidades de todo tipo con la esperanza de sentirnos colmados, pero sabemos que es imposible, porque tan pronto se solucionan unas necesidades básicas surgen otras.

Nos equivocamos absolutamente porque el motivo de nuestra ansiedad está dentro de nosotros y no afuera.

Y por eso el inagotable listado de inventos y conquistas con las que hemos multiplicado colectivamente nuestros poderes materiales, no ha reportado una mejora en el contenido de la experiencia humana. La sensación continua de que existen otras cosas para hacer la vida mejor dificulta el disfrute de lo que se tiene en el presente.

Cuando conseguimos encontrar un empleo, enseguida pensamos en otro. Soñamos siempre estar en un lugar diferente del que estamos. Deseamos otros amigos, otra casa, otra ciudad, tal vez otra familia. Como se dice popularmente: “El césped siempre es más verde en el patio del vecino”

Una mente dispersa es una mente infeliz 

Este hecho propicia el desorden mental conocido como “entropía” en el que la energía psíquica se dispersa sin un rumbo claro, tratando de atender las múltiples amenazas que se le presentan a la mente, pero sin trabajar en nada concreto.

Ante los miles de señales potenciales que están al alcance de una persona en cada instante, quien controla su atención, controla su conciencia, pues puede evitar las distracciones y concentrarse todo el tiempo que desee en alcanzar sus objetivos, y así, la forma y el contenido de la vida dependen de la manera en que se utilice la atención.

Si somos capaces de concentrarnos y maximizar las situaciones de flujo, nuestra calidad de vida mejorará invariablemente, porque incluso los asuntos rutinarios del trabajo o el hogar podrán adquirir un propósito y volverse fuentes de disfrute.

✨CONÓCETE • ACTÚA • CRECE

Miquel Segura

Mentor y formador de inteligencia relacional y autoliderazgo emocional.

www.miquelseguraxarto.com

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