30 de septiembre. Ha valido la pena

Se lo he dicho a los periodistas al salir del Congreso. Ha valido la pena. Claro que sí. Ha valido la pena pasar un verano de desvelos, de soledades, de dudas, de incomprensión. Ha valido la pena intentar convencer a los líderes de otros partidos para que apoyen mi proyecto. Ha valido la pena conocer la realidad de tantos españoles en los últimos meses para entender mejor este gran país que es España. Ha valido la pena hacer todo lo posible para no defraudar la confianza de quienes nos dieron su voto. Ha valido la pena defender los derechos y la libertad de los millones de españoles que votaron a mi partido y a los partidos que me apoyan. Ha valido la pena abanderar la España plural y con matices pero sin discriminaciones ni privilegios en la que creemos millones de personas. Ha valido la pena poder expresarme sin cortapisas ni los límites de tiempo que tuve que sufrir la legislatura pasada en el Senado. Ha valido la vena poder debatir con los grupos que han querido hacerlo. Ha valido la pena porque nos hemos retratado todos, con las palabras y con los silencios. Ha valido la pena dejar patente quien respeta a los españoles y a sus legítimos representantes y quien los desprecia sin rubor alguno. Ha valido la pena constatar cómo algunos valoramos las instituciones y las formas en democracia, lo son todo, mientras que otros únicamente las entienden como un instrumento para satisfacer sus caprichos. Ha valido la pena poder denunciar en la sede de la soberanía nacional que Sánchez y sus socios quieren subvertir el resultado de las elecciones del pasado 23 de julio. Ha valido la pena porque hemos demostrado que existe una mayoría social, menos ruidosa y menos exaltada que las minorías, que defiende una España en convivencia, volver a los consensos básicos, acabar con la crispación, derrocar al gobierno de la mentira, volver a poner los intereses de todos en el foco, y no sólo los de unos pocos; en suma, recuperar el espíritu de la Transición. Estoy convencido de que más pronto que tarde esa España, que tan bien encarna y representa Su Majestad el Rey, triunfará y volverá al lugar que se merece. Espero haber puesto mi granito de arena para ello. Porque España y los españoles merecen la pena. Lo merecen todo.

FIN.

Nota del autor. “Españoles, os debo una explicación, y esa explicación que os debo, os lo voy a dar”. Pues bien, aquí va. Siento haberos dejado huérfanos de este diario casi desde principios de septiembre. La vuelta a la rutina laboral, escolar, vital, me ha desbordado. Y me ha impedido ir publicando en tiempo y forma los últimos capítulos de la serie. Algunos me los habéis reclamado. Otros ni siquiera os habríais dado cuenta de que no los había publicado. Me comprometo a que pronto podéis leerlos. Será en forma de libro, que me parece la manera natural de recopilar y dar sentido a los capítulos que he ido publicando casi cada día desde finales de agosto. Ando a la búsqueda de editorial que quiera publicarlo (ACEPTO PROPUESTAS), así que os os mantendré informados en cuanto tenga noticias. Aprovecho por último para daros las GRACIAS, GRACIAS y GRACIAS a todos los que habéis dedicado un rato de vuestro tiempo a leer este diario que nació como una diversión veraniega y me ha dado tantas satisfacciones personales y profesionales. Especialmente a quienes habéis dejado vuestras impresiones y críticas en los comentarios, y más aún a las casi 300 personas que se han suscrito a la newsletter.

Un abrazo enorme. Nos leemos pronto.