Aún se puede hacer algo

Aún se puede hacer algo

He pasado 56 de mis 70 años trabajando. En ese tiempo he visto a muchas personas abandonarse al sufrimiento en el trabajo por distintos motivos. Hoy comparto algunas píldoras esperando que se multipliquen en bienestar personal para la productividad organizacional, dos conceptos profundamente ligados.

El jefe inadecuado

Cuando se cree que el jefe es injusto y que incomoda con gestos o reacciones inadecuadas, aún se puede hacer algo.

No es probable que se cambie al jefe, pero es posible cambiar la estrategia del colaborador para relacionarse con la autoridad en el trabajo. No es tan difícil.

Es como jugar un juego con reglas implícitas. Si se analiza con detenimiento es probable descubrir las respuestas que le acomodan y los comentarios que le agradan al jefe. Se trata de jugar con sus reglas de juego, para mantener contenta a la jefatura logrando un ambiente laboral más confortable.

Cuando el jefe abusa de su poder, es probable que el colaborador juegue a ser impotente. Cuanto más impotente parece el colaborador más poderoso se vuelve el jefe.  El truco es que el títere despierte y desvíe los hilos sin que el titiritero se dé cuenta.

Si se trabaja con temor o enojo, esas emociones suelen impedir jugar con las reglas del jefe, el juego que al colaborador le conviene.

En todo lugar de trabajo con un jefe arbitrario, siempre hay un colaborador que aprende a jugar el juego que mejor le conviene siguiendo las reglas del jefe, mientras los otros la pasan mal y tarde o temprano se enferman de algo porque el cuerpo expresa en sus dolores los problemas que no se resuelven.

Se puede aprender del colaborador más astuto, despertando el propio ingenio, saliendo del estado de rencor que envenena el ánimo y contagia a todos alrededor.

El trabajo tonto

El trabajo repetitivo y sin valor amenaza la inteligencia del colaborador porque lo adormece, lo vuelve un zombi sin energía. Cuando el trabajo se mantiene tonto por mucho tiempo, aún se puede hacer algo.

Muchas veces no es posible mejorar un trabajo tonto porque los que están a cargo no quieren cambios, o les complica salir de su zona de confort o simplemente dicen que “no”.

Como el trabajo es donde las personas están más tiempo durante toda su vida, hacer un trabajo estúpido no es saludable porque la mente termina adaptándose a lo que se hace repetidamente.

Pero es posible agregarle creatividad a lo que se hace, para agregar mejoras bajo la condición de no modificar los estándares de procesos previos y posteriores al trabajo.

Es posible agregar valor, hacer algo mejor, sin que nadie se entere para no fastidiar a la burocracia.

 ¿Por qué hacerlo si nadie lo nota? Porque hacer el bien hace bien; porque mantiene la mente ágil; porque es muy satisfactorio sentirse orgulloso de lo que se hace; porque todo lo que se suelta al universo tarde o temprano retorna y es mejor que sean beneficios y no escupos.

Por eso es conveniente trabajar con la misma energía y entusiasmo que si se trabajara en la NASA, a veces es un desperdicio para la empresa, pero siempre es conveniente para el colaborador, para su autoestima y su satisfacción de hacer bien el trabajo.

El puesto que no llega

Cuando se desea ocupar un puesto laboral al que no se logra acceder, aún se puede hacer algo.

El acceso a un puesto laboral es un viaje de ida. Para que el viaje resulte placentero es importante conocer dos cosas: La primera es entender con certeza y sin suposiciones lo que los demás esperan formal e informalmente de ese puesto; la segunda es entender cuáles competencias laborales se deben desarrollar para acceder a esa posición.

Suponer que alguien está preparado para gestionar un puesto que nunca ha ocupado es una afirmación temeraria y poco sabia.

Si todas las personas conservan competencias (hard y soft) pendientes de desarrollo en los puestos que hoy ocupan, con más razón el puesto deseado requerirá competencias que hoy no están disponibles.

Desarrollar una competencia laboral, es similar a la situación de los artesanos o los deportistas cuando deben mejorar alguna técnica. No es complicado; solo se trata de aprender o mejorar movimientos que no se conocen o no se dominan bien.

Todo, todo se puede aprender con la técnica adecuada: Algunos aprendizajes serán más profundos y otros resultarán más superficiales, pero no hay materia en el universo que una persona común no logre aprender, si tiene el apoyo adecuado, ocupa el tiempo necesario y tolera la frustración de los ensayos sin abatirse.

Las relaciones tóxicas

Cuando alguien se encuentra atrapado en una relación tóxica sin remedio que le indigesta la existencia, aún se puede hacer algo.

La relación malsana puede ser con una persona, con un ambiente como el trabajo, con un concepto como el poder o con una sustancia como la droga/alcohol. Consiste en un vínculo real o imaginario que provoca sufrimiento a la vez que impide alejarse.

Este tipo de relación, como los hongos venenosos, comienza infectando una zona, pero si se la deja avanzar puede inundar toda la existencia.

El colaborador de la empresa que sufre una relación tóxica en su vida privada, es muy probable que tarde o temprano traslade su sufrimiento al trabajo y aunque nadie lo note perderá valor en sus iniciativas, trabajará en “piloto automático”, continuará lo rutinario pero difícilmente agregue mejoras innovadoras.

Las relaciones tóxicas de los colaboradores son un problema para la empresa, por la pérdida de productividad, aunque sobre todo por un elemental sentido de solidaridad social: No está bien dejar solo al que está mal.

El gran secreto de las relaciones tóxicas es que se construyen como un escenario para representar, exponer o manifestar, emociones profundas que como la lava subterránea en cierto momento pujan por salir a la superficie.

La relación es el síntoma, entender la emoción es el problema, aprender sobre uno mismo es la llave para salir sin retorno y un testigo, tutor o maestro cercano es el recurso oportuno para asegurar la salida.

Conclusiones

El bienestar de los colaboradores (físico, anímico y espiritual) es un asunto de tremenda importancia para las organizaciones públicas y privadas, entendiendo que nos dirigimos a un ciclo de la historia de la humanidad donde el trabajo repetitivo será automatizado y el trabajo humano será aquel que resulte más consciente, creativo, desafiante e innovador.

La distancia entre la vida personal y la vida laboral se ha reconfigurado en el siglo XXI por el teletrabajo y también porque se ha entendido que las personas son únicas e indivisibles aunque ocupen diferentes roles.

Las buenas prácticas de gestión de colaboradores confirman sistemáticamente que un buen colaborador -no perfecto, pero bueno-, es a la vez un buen padre o madre, buen compañero, buen líder, buen ciudadano y buen amigo, porque la transparencia ha inundado todos los ambientes de la vida social y corporativa. Hoy nadie logra cercar sus secretos mucho tiempo.

Frente a las situaciones tortuosas en el trabajo, siempre se puede hacer algo, no importa el tiempo que haya pasado, aún se puede hacer algo. Vale la pena intentarlo. ©

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Más artículos de Sergio Slipczuk

  • La mentira en el trabajo del siglo XXI

    La mentira en el trabajo del siglo XXI

    La mentira o el engaño es una capacidad exclusivamente humana que refleja la independencia de las personas para decidir…

  • ¡Gracias por 20 años fascinantes!

    ¡Gracias por 20 años fascinantes!

    El 2025 cumpliré 21 años de vivir en Chile, a donde llegué pidiendo trabajo desde mi lastimada Buenos Aires secuestrada…

    2 comentarios
  • Lo divino, lo humano y lo artificial

    Lo divino, lo humano y lo artificial

    La IA (g) ha llegado al mundo laboral provocando un menjunje conceptual por el que se adopta el Waze como algo natural,…

  • La década que viviremos en peligro

    La década que viviremos en peligro

    La década que viene no será tranquila. Entre los problemas geopolíticos pateados para adelante, las dificultades de…

  • Teoría y práctica

    Teoría y práctica

    Hace pocos días el Caputo de la Economía, le lanzó varias frases tan incorrectas como innecesariamente hirientes al…

  • APRENDER DUELE

    APRENDER DUELE

    ¿Has visto cuántas opiniones hay sobre “conocimiento”? Están llenas las redes sociales de personas con ganas de opinar…

  • Productividad: Desafío colectivo

    Productividad: Desafío colectivo

    Aunque hoy se acepta que la productividad es un tema colectivo, todo el diseño de medición de metas, desempeños y…

  • Robot= hacer. Humano = sentir, pensar, decidir.

    Robot= hacer. Humano = sentir, pensar, decidir.

    En los ambientes educativos y empresariales latinoamericanos se está acusando recibo del impacto de la tecnología por…

  • Cultura de transparencia

    Cultura de transparencia

    La transparencia operacional en los ambientes laborales hoy es cuidadosamente monitoreada por los accionistas que…

  • La batalla cultural por la productividad

    La batalla cultural por la productividad

    Los problemas transversales que no puede atender una única gerencia porque tienen múltiples facetas, casi siempre son…

    3 comentarios

Otros usuarios han visto

Ver temas