Abrazando al cambio
¿Qué harías si un día perdieras tu empleo? ¿O si de la nada, tuvieras que irte de tu hogar actual? Probablemente dejarías que el temor llegara, y te doy la razón, porque ningún cambio es fácil de afrontar. Sin embargo, este constituye una parte inevitable de nuestras vidas, que de una forma u otra, nos ayuda a seguir creciendo. Y como es mejor llevarse bien con él en lugar de rechazarlo, en la publicación de hoy te cuento cómo puedes lograrlo.
¿Por qué nos asusta tanto el cambio?
En primer lugar, toca recordar que el miedo al cambio no es tan malo como parece. Gracias a él podemos afrontar situaciones inesperadas de forma segura y apropiada. El problema aparece cuando dejamos que esta fobia tome el mando, controlando nuestras acciones por completo.
No es nuevo que lo desconocido sea un reto para nosotros. De hecho, parece lo más lógico, pues la inseguridad que puede representar andar por un entorno no tan familiar, es todo un desafío; más aún, cuando nuestra imaginación no para de crear escenarios.
Otra cosa que nos juega en contra, es tener que adaptarnos a los efectos que vienen con situaciones como un cambio de amigos, de trabajo, o de ambiente. Se trata de una nueva rutina, nuevas personas y en algunos casos, un estilo de vida totalmente distinto a lo que estábamos acostumbradas.
En momentos como estos, podemos sentirnos como si camináramos a ciegas en la oscuridad, sin saber por dónde andamos, ni a dónde nos llevará el siguiente paso. Pero para disfrutar el viaje, basta con hacer una pequeña cosa…
Sólo debes encender la luz
En primer lugar, ten en consideración que ningún cambio llega sólo porque sí. Estas transformaciones aparecen para impulsarnos, para ayudarnos a crecer, y para sacarnos de dónde no pertenecemos y guiarnos hacia dónde debemos estar.
Aunque al inicio podemos verlo como una amenaza o una molestia, con el pasar del tiempo es cuando verdaderamente nos damos cuenta que en realidad, fue lo mejor.
Es por eso que al atravesar un cambio, toca buscar lo positivo y darle la vuelta a la situación. Porque si bien los comienzos son difíciles, ser capaces de vivirlos es lo que nos trae oportunidades que no habrían sido posibles de haber seguido en lo mismo.
Por otro lado, toma en cuenta que cambiar de rutina puede impulsar tu creatividad, despertar tu interés en cosas que antes eran una incógnita, y en general, brindarte la ocasión ideal para conocerte a ti misma y soltar un poco el control.
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Es cuestión de perspectiva
En lugar de cuestionar el camino que estás tomando, mira el panorama como una aventura que te llevará a nuevos aprendizajes, nuevas conexiones y nuevos triunfos. Aprovecha las circunstancias y diviértete en el camino.
Y como sé que decirlo es fácil, pero hacerlo, no tanto, te comparto algunos tips que te pueden ayudar a reconciliarte con las transformaciones.
Una recomendación que puedo darte es que partas por reconocer tu temor. Pregúntate: ¿qué es lo que te asusta? Luego que lo descubras, tendrás un panorama más claro para abordar la situación de la mejor manera posible.
Otra cosa que puede ayudarte en casos como este, es buscar el apoyo de tus seres queridos: trata de compartir cómo te sientes con tus amigos, familia o inclusive, con un profesional. Estoy segura que compartir tus preocupaciones con alguien de confianza te hará sentir mejor.
Luego de hacer todo esto, es cuando serás capaz de aceptar la incertidumbre y dar el primer paso para avanzar hacia estos cambios.
Un último recordatorio…
Finalmente, no olvides que todas vivimos nuestros procesos de forma distinta, a la hora de vivir una transformación grande, respeta tus necesidades y apégate a todo aquello que te haga bien, sin compararte con otras personas.
Ahora que ya sabes esto, sólo queda aceptar la situación y prepararte para vivir una aventura.
Cuéntame en los comentarios: ¿te sientes lista para lograrlo?
Nos amo 💖