Abrir las puertas del templo...
Los 4 pilares de un templo: el marketing emocional
“Sentimiento muy intenso de alegría o tristeza producido por un hecho, una idea, un recuerdo, etc.” Es una de las definiciones que podemos encontrar sobre la palabra “emoción”
Un elevado número de nuestros clientes, nos solicitan apelar de modo incisivo sobre la idea de la emoción a la hora de presentar su campaña. Sin embargo hemos de manejar con mucha atención esta técnica ya que, al igual que podemos crear fuertes vínculos con el consumidor, puede aparecer un sector de nuestro público, objetivo y potencial, al que causemos rechazo.
Bajo este templo que son las emociones, existen cuatro pilares fundamentales que sujetan el marketing emocional.
Vínculo afectivo marca – consumidor y recíproco. No sólo de la persona hacia nosotros, sino que también el público pueda ser nuestro interlocutor y expresar sus inquietudes. Para ello debemos de facilitar las vías de comunicación.
Las sensaciones, experiencias es otro de los pilares que nos ayudan. Debemos de lanzar las ideas claras para crear grandes expectativas en nuestros clientes que les aporten vivencias y contenidos atractivos. Una frase que recoge perfectamente esa idea es “No vendemos un producto, vendemos ilusión”
El Lovemark o fidelidad a prueba de fuego. Nuestro cliente ha de ser un incondicional de nuestro producto o marca. Ha de defenderlo frente a nuestra competencia, incluso promocionarlo a través de las experiencias únicas que ha disfrutado con él. Podríamos decir que es un fan; más que un cliente, un “supporter”.
Finalmente, el marketing de contenidos nos ha de descubrir qué interesa a nuestro cliente potencial y de qué modo actúa. Esto es la clave que nos abrirá las puertas para diseñar y elaborar una estrategia de marketing de acuerdo a nuestras expectativas y necesidades.
Grupo LMC os abre las puertas de la emoción.
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