Acabar con Hamás una misión muy imposible

Acabar con Hamás una misión muy imposible

Desde que diera inicio a la operación militar israelí sobre la franja de gaza. Las cosas se veían muy, difíciles, ya que el objetivo de su operación militar en Gaza es derrotar a Hamás. Sin embargo, ha matado a casi 24.000 civiles, más del 50% de las casas de la Franja están destruidas y la organización permanece activa, e incluidos casi todos sus altos mandos y sus redes de financiación. Sigan estando activos, pero como se explica que Hamás aún siga activo, pese a. los daños que ha sufrido aún continué estando activa


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Hamás sigue en pie

Israel asegura haber matado a 8.000 combatientes de Hamás, pero también ha sufrido bajas. Las 121 que reportaba a mediados de diciembre eran ya el doble que en la última gran ofensiva sobre Gaza, en 2014. No obstante, hay medios que hablan de 5.000 heridos y más de quinientos muertos. El grupo islamista se ha beneficiado del conocimiento del terreno y de su red de túneles en la Franja. De hecho, el Ejército israelí ahora cree que hay más de los que pensaba. Hamás también cuenta con arsenal acumulado, como las armas antitanques con las que ha destruido vehículos de combate israelíes.  Israel aseguró haberse hecho con el control de Ciudad de Gaza y avanzar hacia Jan Yunis, en el sur. Pero a pesar de los civiles muertos y el grado de destrucción, todavía quedan combatientes en la zona. Incluso Hamás y otras milicias se han vuelto a infiltrar en partes del norte que Israel había ocupado. De los treinta batallones que se estima que tiene el grupo, con unos 45.000 militantes, solo tres han sido destruidos por completo. El resto tiene potencial para reconstituirse y lucha de forma cohesionada.  Por otro lado, la cúpula militar de Hamás sigue casi intacta. Israel no ha encontrado al cerebro de los atentados de octubre, Yahya Sinwar. Tampoco a su líder, Mohamed Deif, que se habría desplazado al sur de Gaza, o al portavoz militar, Abu Obeida, cuya popularidad se ha disparado. Entretanto, los dirigentes políticos de la organización están en el extranjero. Su líder, Ismail Haniya, estaba en Turquía en el momento del ataque terrorista. A principios de enero, Israel mató en Beirut al número dos del grupo, Salé al Arouri, pero llevar a cabo estas acciones en Turquía o Catar sería un riesgo mayor. El presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, ya le ha advertido a Netanyahu de que pagaría un precio muy elevado

 

Hamás una organización bien financiada 


Israel tampoco logrará avances militares contra las fuentes de ingresos de Hamás. Desde hace años, el grupo ha creado redes de financiación sólidas, incluyendo empresas e inmuebles en Turquía, Sudán o Argelia. La empresa turca Trend GYO, por ejemplo, ha sido acusada por Estados Unidos de desviar dividendos a la organización. Algunos empresarios tendrían vínculos con el partido AKP de Erdoğan, y las casas de cambio turcas han servido para financiar al grupo. Los tentáculos llegarían hasta empresas de construcción en España. En 2022, Washington estimó la red de activos en quinientos millones de dólares. A este tejido empresarial se unen las donaciones de particulares, que desde octubre habrían incrementado en un 70%, según estima Israel. Estas se canalizan a través de asociaciones caritativas que cambian de nombre y de registro para dificultar su seguimiento. El sistema de la hawala también es importante en el mundo árabe, donde el dinero se entrega a un agente que a su vez tiene asociados en el país al que se desea enviarlo. De esta forma, el dinero fluye sin haber realizado transferencias internacionales. En cuanto a los aliados, Irán ha sido uno de los principales apoyos económicos de Hamás. Estados Unidos cuantifica en cien millones de dólares anuales la ayuda iraní. Desde 2020 las criptomonedas han sido una vía fácil, primero ligadas a donaciones más pequeñas, pero su rastreo les ha quitado relevancia en los últimos meses. No obstante, la organización ha intentado lograr una mayor independencia, como cuando apoyó la rebelión en Siria contra el régimen de Bashar al Asad, aliado de Teherán.  Ahora bien, los ingresos que Hamás obtenía de la población de Gaza sí se verán afectados a raíz de la invasión de 2023. Como partido en el Gobierno, tasaba la importación de productos a través de los pasos fronterizos y las actividades comerciales. Importar una tonelada de papel higiénico, por ejemplo, se tasaba a 580 dólares hace dos años. Hamás también se lucraba con la ayuda humanitaria, en especial de bienes de doble uso como medicinas o purificadores de agua.    Todo ese músculo económico le permitió a Hamás perpetrar los atentados de octubre. El propio Netanyahu sabía de este emporio, pero en 2016 disolvió la unidad que rastreaba sus actividades económicas de la organización. Pensaba que apoyarla debilitaría la causa palestina y rebajaría la presión internacional para negociar con sus vecinos, además de comprar la estabilidad para mantenerse en el cargo. De hecho, Netanyahu autorizó a Catar para que hiciera pagos al grupo. Según el New York Times, las fuerzas de seguridad israelíes incluso escoltaron a agentes cataríes para que entregaran millones de dólares en efectivo, y el Gobierno israelí llegó a hacer lobby en Washington para que no se sancionara al grupo. 



La resistencia palestina y regional

Aunque Israel lograra acabar con Hamás, no haría desaparecer sus ideas. La resistencia palestina se remonta a principios del siglo XX, con la creación de los primeros asentamientos judíos, y ha repuntado con cada exceso israelí. Hamás se fundó en 1987, en el contexto de la primera intifada, que tuvo como detonante la muerte de cuatro refugiados en el campamento de Jabalia. La ofensiva actual, que ha dejado 24.000 muertos según las autoridades palestinas, sienta las bases para décadas de lucha armada.  Según las encuestas, Hamás ha ganado popularidad entre los palestinos y en Oriente Próximo. Además, los países de Oriente Próximo parecen volver a estar dispuestos a priorizar la cuestión palestina por encima de la normalización con Israel. Jordania y Turquía respaldan la acusación de genocidio en la Corte Internacional de Justicia, así como la Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica. Irán y sus aliados también están mostrando firmeza a través del Eje de la Resistencia. En particular, los hutíes siguen presionando en el mar Rojo pese a enfrentarse a una intervención británica y estadounidense.   A nivel internacional, figuras políticas de todos los signos, desde el papa Francisco hasta el rey de España, advierten que solo la creación de un Estado palestino acabará con la espiral de violencia en Oriente Próximo. Mientras tanto, Netanyahu presume de haber saboteado los Acuerdos de Oslo, y cuesta imaginar una vuelta atrás de Israel mientras más de 700.000 colonos residan ilegalmente en Cisjordania. 


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