Activación Conductual: La técnica psicológica que ha mostrado mayor eficacia para el tratamiento de la depresión
En una persona que padece depresión, los pensamientos, las emociones y las conductas que lleva a cabo no son meros signos que no merezcan atención. En muchos casos, son los “mantenedores” del estado de ánimo depresivo y nutren, inconscientemente o no tan inconscientemente, el problema.
Es por eso que es necesario tratar la depresión teniendo en cuenta las conductas y el contexto, ya que puede que algo no esté funcionando bien en la interacción del individuo con su entorno.
Cuando hablamos de Activación Conductual no nos referimos, solamente, al aumento de la actividad. Trabajamos en la identificación de distintas variables, teniendo en cuenta las necesidades vitales de la persona, sus valores, el contexto y el nivel de esfuerzo que implicaría llevar a cabo las conductas.
Lo que se busca es lograr una mayor introspección, es decir, una observación de su propia consciencia, y de sus estados de ánimo, más profundo y amplio. Esto le va a permitir identificar, cómo las acciones que lleva a cabo, influyen en su vida. De esta manera, las personas lograrán estar más atentas y conscientes de cuáles conductas y/o estrategias necesitan cambiar, cuáles pueden mantener, o incluso, cuáles podría incrementar.
Primero, acción y segundo, motivación.
Es necesario comprender que la motivación no viene de la nada. Es necesario anticiparnos a las sensaciones iniciales de desgano, a los pensamientos y las emociones que suelen aparecer antes del inicio de las actividades. Inclusive, realizar las actividades sin tanta energía o sin tantas ganas es necesario al comienzo del tratamiento.
La evitación es parte del problema.
Algunos de los pensamientos, emociones y conductas que presentan las personas con depresión, los alejan de aquello que desean. Por lo que es necesario trabajar en los objetivos a largo plazo, entendiendo la evitación y la satisfacción “momentánea“, como parte del problema.
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Con la agenda de activación conductual se incorporan actividades o rutinas que habían sido interrumpidas por el estado depresivo de la persona. Se rediseñan nuevas rutinas, incorporando actividades diarias y actividades placenteras.
La rutina es esencial para brindar estabilidad a la vida de cualquier individuo. La activación conductual concibe al afrontamiento pasivo como enemigo de la mejoría.
“Cambiar lo que hacemos para cambiar lo que pensamos y sentimos”
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