Actuación técnico preventiva frente al COVID-19. Toque personal.
Este periodo excepcional que nos está tocando vivir ha puesto aún más en evidencia el exceso de información que sufrimos, a veces una información acertada, otras veces poco acertada, e incluso algún bulo. Esto lo que está provocando es un lío generalizado en la sociedad, y por ende, en el mundo laboral.
Como técnicos de prevención, nuestra misión es la de dar cordura a todo este enjambre de documentos que se han elaborado para la ocasión y facilitar a nuestras empresas una información clara y de utilidad en su aplicación frente al contagio por COVID-19. Como decía un entrenador de fútbol que tuve "bajemos el balón para jugar".
No voy a entrar en sí estamos ante una situación de salud publica y me afecta o no me afecta porque yo debo controlar la salud laboral, ni tampoco en si me aplica o no me aplica el RD 664/1997 de protección de los trabajadores frente al riesgo biológico, incluso ni si hay que hacer o no hacer un anexo al plan de seguridad y salud de una obra según el RD 1627/1997. Creo que lo importante no es la forma de lo que tenga que hacer sino el contenido de lo que se debe de hacer en mi centro de trabajo.
El Ministerio de Sanidad en su publicación de "Procedimiento de Actuación para los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales frente a la Exposición al SARS-CoV-2" viene a decirnos que "estamos llamados a cooperar con las autoridades sanitarias", luego ¿qué más da si a tu documento lo llamas protocolo o lo llamas anexo al plan de seguridad? Lo importante reside en que se dispongan aquellas medidas técnicas para limitar el contagio en el centro de trabajo.
Bien, una vez nos hemos situado, debemos de empezar a templar y a analizar la situación. La sensación actual es si, en la sociedad, si en el centro de trabajo, hay suficientes mascarillas. Sinceramente, creo que entrar directamente en este punto es un error fatal para nuestra profesión, aquí debemos actuar siguiendo los principios de la actividad preventiva, independientemente de si estamos ante un riesgo laboral. Y lo voy a resumir en tres partes, ya que el riesgo es una pandemia y no se puede evitar, tras los distintos análisis y evaluaciones que existen por el Ministerio de Sanidad, entiendo que hay que actuar de la siguiente manera:
1º Planificar la prevención: esta es la medida más eficaz, de aquí tiene que salir el grueso de nuestras medidas para el centro de trabajo. Implementar medidas organizativas para mitigar el contagio. Entre el Ministerio de Sanidad y las distintas Comunidades Autónomas, se han elaborado una enorme cantidad de publicaciones en las que se indican posibles medidas organizativas. Pero me quedo especialmente con las siguientes, la primera por su efectividad para evitar el contagio, la realización de teletrabajo. La siguiente, por ser la que más limita el contagio, las distancias de seguridad. Y terminaría con la higiene, tanto personal como de las instalaciones. Como se puede observar, incluso dentro de las medidas organizativas, que deben estar en lo más alto de nuestro escalafón técnico, existen unas medidas más efectivas que otras. A esto es a lo que debe entrar un técnico de prevención.
Otras de las ideas que he escuchado bastante estas últimas semanas, es si los técnicos de prevención debemos aprovechar para liderar esta situación en nuestras empresas. Es un gran reto, pero si conseguimos aplicar estas medidas, habremos dado un gran paso para tener una buena consideración dentro de nuestra organización. Porque siendo realistas, son medidas de muy complicado cumplimiento por el impacto que tienen sobre el rendimiento de una empresa, ya que le afecta directamente en su ciclo productivo.
2º Siguiendo con el resumen de categorías del art. 15 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, intentaríamos implantar medidas para una protección colectiva. Las que más se están viendo son mamparas de separación en bastantes centros. Pero será la propia organización junto con su servicio de prevención las que determinen la posibilidad de disponer algún tipo de protección colectiva.
3º Y por último, cuando las medidas organizativas y las protecciones colectivas no son suficiente, llegaríamos al uso de los EPI.
El propio Ministerio de Sanidad ha establecido criterios de uso, por lo tanto me remito a ellos. Aquí sí puede haber mucha controversia en si es un riesgo de salud pública o de salud laboral, porque entra la diferencia entre usar EPI, que tiene la finalidad de protección efectiva del trabajador, u otro tipo de productos, incluidos los sanitarios.
Pero no podemos perder la idiosincrasia de lo que estamos padeciendo, entre ello, la falta de suministro de equipos, precisamente eficaces. Sabemos lo que es realmente útil, pero debemos trabajar con lo que disponemos. Aunque tengamos siempre una referencia a las responsabilidades, no es nuestra función determinarlas, así que, cada "prevencionista" debe valorar según su centro de trabajo bajo estas condiciones la mejor forma de trabajar, y adaptarse lo mejor posible a lo que dispone, pero siempre dando un razonamiento técnico. Y sin olvidar que llegamos a la necesidad de uso de equipos individuales tras una larga lista de otras medidas más eficaces que han tenido que evitar o limitar el contagio.
En resumen, soy personal técnico de la prevención, por lo tanto mi labor en la empresa es la de dar una respuesta clara sobre cómo enfrentarnos ante este enemigo con los medios que dispongo, y como mi labor técnica, debo establecer una planificación con distintos niveles de eficiencia en los que los de mayor eficacia deben prevalecer sobre los demás.
Responsable RRHH & PRL en Darégal Ibérica // Voluntario ONG Tetoca Actuar
4 añosInformación clara y concisa...Bravo!!!