Adicción a la cocaína: cuando los objetivos se desvanecen y la motivación se distorsiona.

El consumo de cocaína, aunque inicialmente pueda parecer una fuente de energía y potencia, es una trampa que a medio plazo distorsiona la motivación y el sentido de los objetivos vitales. Muchas personas que comienzan a consumirlo lo hacen creyendo que les ayudará a mejorar su rendimiento, su confianza o su capacidad de enfrentar los retos que plantea la vida en el diario vivir, pero con el tiempo, el efecto es el contrario: lo que antes eran metas claras y alcanzables se vuelven borrosas, y la motivación se transforma en un ciclo de búsqueda constante del placer inmediato que la droga promete, pero nunca realmente ofrece.

Desde el punto de vista psicoanalítico, el uso repetido de cocaína altera profundamente los deseos y necesidades que guían nuestra vida. Lo que comienza como una búsqueda por mejorar, se convierte en una distorsión del deseo: en lugar de perseguir proyectos personales o profesionales, el consumo se vuelve el centro de la existencia, dejando de lado relaciones, aspiraciones y cualquier sensación de progreso real.

El problema principal es que la cocaína no solo afecta químicamente al cerebro, sino que, en el ámbito inconsciente, genera una desconexión entre la persona y sus verdaderos deseos,convirtiéndose en muchos casos en un arma de doble filo pues a la vez cumple con la necesidad de auto castigo que una rigurosa exigencia moral y el sentimiento de culpa inconsciente imponen. La motivación para cumplir objetivos a medio y largo plazo desaparece porque la droga promete una satisfacción inmediata, pero esta sensación es fugaz y efímera, creando un vacío emocional que se profundiza con cada uso.

Si te encuentras en esta situación, puede que sientas que, por momentos, todo está bajo control, pero también es probable que percibas cómo los planes que antes te ilusionaban pierden su valor y el consumo de la droga te sume en un autocastigo que lejos de calmar el sentimiento de culpa inconsciente lo acrecienta y lo empeora. El consumo problemático de cocaína destruye progresivamente la capacidad de proyectar el futuro que es lo que el sentimiento de culpa inconsciente reclama puesto que sería incompatible con dejarte progresar y crecer.

Recuperar el control de tu vida no es imposible. Hablar de estos temas puede parecer complicado, pero el psicoanálisis ofrece un espacio para entender lo que sucede en lo más profundo de tu ser y cómo el consumo afecta tu capacidad de desear de manera sana. Si te identificas con esta situación, te invito a que vengas a mi consulta. Juntos podemos trabajar para reconectar con tus verdaderos deseos, aquellos que no necesitan la falsa promesa de una sustancia para sentirse realizados. Soy Virginia Valdominos, psicóloga y psicoanalista del Grupo Cero, y estoy aquí para ayudarte a reencontrarte con tus objetivos y construir el camino hacia tu propio bienestar.

Si quieres contactar conmigo puedes hacerlo en www.virginiavaldominos.com