¿Adivinas cuál es la relación más duradera que vas a tener en la vida?

Con esta relación llegarás a cumplir las bodas de plata y seguramente también las de oro.

El trabajo que hacemos ocupa más de la mitad de nuestra vida, con una media de entre 40 y 50 años. Nadie sabe lo que nos sucederá hasta la jubilación, así que, para disfrutar de la vida, es necesario disfrutar de nuestro trabajo. ¿Cómo vas a cuidar esta relación?

 “9 de cada 10 empleados estarían dispuestos a aceptar un recorte salarial a cambio de un trabajo más significativo” (www.CNBC.com)

Este dato es de extraordinaria importancia porque contradice la creencia que nos hace pensar que: “cuanto más ganas, más vales”.

Tomás es directivo en una empresa de servicios desde hace más de 20 años. Tiene éxito en su trabajo y gana un buen sueldo. Sin embargo, a sus 48 años siente que ya no disfruta del trabajo; “Es estresante, a días monótono y siento cada vez más presión”.

Su día a día no le motiva. Siente que ha dedicado su vida laboral al dinero, sólo a trabajar por tener seguridad y ganar mucho dinero. Y ahora se da cuenta… de que no es feliz.

“Me siento como en un camino sin salida” – me decía. “Es cómo una sensación de que cuanto más tengo, más presión siento y menos libre soy”.

 - “¿Dónde sientes esa presión?”- le pregunté. Y me dijo que en la parte del pecho-. “Noto a días que me falta el aire, que me cuesta respirar y una especie de dolor, como si me aplastaran el pecho”.

 - “¿Qué hace que sientas esa presión?” – pregunté de nuevo.

“Pues… no sé muy bien…” - se queda pensativo y se pone la mano en el pecho mientras respira muy hondo-. “Veo una barrera entre el trabajo y yo. Algo como un rechazo. No me siento ya parte de él. Es cómo si no tuviera sentido hacerlo. A veces… A veces siento que he estado haciendo lo que mi entorno esperaba de mi y no lo que realmente quiero.”

Tomás está desconectado de su trabajo, no le ve ningún sentido a seguir haciéndolo. Ese rechazo del que habla está vinculado a la falta de un propósito vital con nuestro trabajo.

Sentir que estamos aportando algo, que somos útiles a los demás, además de sentirnos conectados a ellos, es encontrar nuestro lugar en la sociedad, es decir, nuestro propósito. Y cuando encontramos nuestro propósito, nos sentimos satisfechos de una manera que no se puede pagar con dinero.

Pero ¿cómo encontramos nuestro propósito?

Pregúntate: “¿qué papel quiero tener en mi vida y en la de los demás?”

Ese papel es el trabajo que has elegido o elegirás. Cuanto más claro lo tengas más satisfecho te sentirás.

Y para tenerlo claro, hay una serie de reflexiones que pueden ayudarte:

1.-Discernir entre lo que se espera de ti y lo que quieres realmente.

La sociedad en la que nos hemos criado y crecido nos ha conducido a un camino y objetivos que realmente no hemos escogido. Lo cierto es que las expectativas que se ponen en nosotros desde pequeños nos influyen de gran manera. Así que, una primera pregunta que podrías hacerte es:

 ¿Qué expectativas ha creado mi entorno sobre mí?

 ¿Esas expectativas coinciden con las mías en este momento de mi vida?

2.-Reflexionar sobre qué quieres realmente

Es más fácil decirlo que hacerlo, y más aún con las presiones económicas, familiares y sociales que tenemos encima. Pero tómate un momento para pensar en qué o quién te inspiró en algún momento de tu vida y por qué; en qué experiencia te hizo sentir pleno; en qué te provoca rechazo; con qué sentimiento te gustaría despertarte cada mañana; qué te desanima profundamente…

3.-Revisar tus valores

Lo que considerabas incuestionable, hace diez o veinte años, puede que ya no lo sea tanto después de la experiencia acumulada.

Realiza este ejercicio con total honestidad porque aquí no hay respuestas correctas o incorrectas. ¿Qué te importa realmente en la vida?; ¿Sentirte seguro económicamente?, ¿sentirte útil?, ¿ser libre?, ¿vivir el presente?, ¿no renunciar a un sueño?, ¿no decepcionarte a ti mismo o a los demás? ¿querer dejar una gran huella en este mundo?

Este ejercicio es muy importante, porque para que el trabajo tenga un gran significado para nosotros, hemos de sentir que lo que hacemos con él es algo que valoramos mucho y por lo que estamos dispuestos a dedicar mucho de nuestro tiempo y energía.

4. Repasar tu trayectoria vital

Reflexiona sobre experiencias pasadas significativas, tanto positivas como negativas, y analiza por qué te hicieron sentir de una u otra forma. Si es necesario, haz un listado de ellas para que veas tu trayectoria vital.  De esta forma, sabrás mejor en qué momento te encuentras en el presente y por qué.

¿Qué pasa cuando encuentras tu propósito?

Pueden pasar dos cosas:

- que nos sintamos plenos

- que no nos haga felices en el momento actual.

Y es que, una vez tienes claro tu propósito, empieza el trabajo de verdad.

Pero, ante todo, mucha calma.

Los cambios importantes en la vida, para que salgan bien, requieren tiempo, constancia y paciencia, así que mejor aplicar el dicho “sin prisa, pero sin pausa” para no perder nunca el norte ni la perspectiva, y poder avanzar en tu propósito disfrutando del camino.