¿Al conversar, cuál es tu HIPÓTESIS X?
Usted me dice algo, con una intención.
Entonces, a partir de lo que usted me dice, yo intento averiguar, con el mínimo coste de procesamiento, qué me quiere decir, al decirme eso de esa manera, y sobre esa interpretación, realizada a través de un proceso de inferencias, basadas en mi conocimiento previo sobre usted, sobre sus valores, sobre la situación, sobre el mundo, sobre el código y la variedad que utiliza, y en los indicios contextualizadores que me proporcionan sus palabras, partiendo de las formas verbales y no verbales que ha elegido para comunicarse conmigo, sabiendo – o creyendo saber- lo que usted sabe sobre mí, sobre mis valores, sobre la situación, sobre el mundo, sobre los códigos y la variedad que utilizo, sobre lo que, tal vez, yo he dicho antes etc., etc.
Establezco una hipótesis: ME HA QUERIDO DECIR X.
Y, sobre esa hipótesis, elaboro mi respuesta que será sometida por usted a un proceso similar de interpretación.
Al leer esta paráfrasis descriptiva de Tusón y Unamuno (1999,) ¿cómo valoras, ahora, la conversación más allá del intercambio de información?
Puede ser analizada como un proceso continuo de interpretación de intenciones, en el que palabra tras palabra, emitida y recibida, tomamos decisiones. ¿Qué me dices? ¿Con qué intención? ¿Implícitamente qué me quieres decir y cómo lo interpreto con el menor coste posible? ¿Por qué lo haces de una manera y con palabras específicas, más no con otras tantas posibles? ¿Qué sabes sobre mí y hasta qué punto conoces lo que yo sé de ti? ¿Cómo esto se complementa con nuestro entorno físico, espacio social y cultural? ¿Qué elementos se configuran en la escena psicosocial?
Ante tantos supuestos, es sencillo suponer por qué se generan tantos malos entendidos en las conversaciones diarias. Si como sujetos capaces de comunicarnos, no ponemos en práctica nuestros conocimientos, aplicables en cada conversación, probablemente formaremos parte de un encuentro dialogado cuyas hipótesis para la formulación de respuestas serán erróneas y hasta inapropiadas.
La comunicación, vista como una transacción de información, debe ser analizada como un proceso continuo y variable, no fijo. En ese ir y venir, son diversos los elementos a tomar en cuenta a propósito de comprender dicho proceso interactivo.
Es necesario entender que el significado gramatical no es equivalente al significado discursivo o pragmático (el sentido). Mientras que el primero atiende a un conjunto de reglas que le entregan un valor semántico a signos fónicos o gráficos, sin estimar factores extralingüísticos, el segundo va de la mano del mundo de quien emite el enunciado y de quien lo interpreta, además, resulta de una interdependencia de factores contextuales y formas lingüísticas.
Aquello que se comunica se cocrea entre quienes participan en el proceso interactivo de la conversación, un proceso en el que, como seres sociales con capacidad y competencias comunicativas, debemos poner en práctica todos nuestros conocimientos para alcanzar los objetivos e intereses propuestos.
¿Y tú, cuando comunicas, cuál es tu HIPÓTESIS X?
Ninguno en ninguna1
4 añosNunca se me ocurrió hacerme tantas preguntas, con lo que me quiso decir el otro. Si no es bien claro y nítido su mensaje, lo dejo pasar y no lo tomo en cuenta..