ALEJANDRO Y SU TOC POR COVID.

ALEJANDRO Y SU TOC POR COVID. Carmen Pastor

Alejandro mantenía sus puños apretados para no tocar nada, se lavaba tanto y tan exageradamente que la piel la tenía llena de pequeñas heridas, no podía darle al interruptor para encender la luz o abrir una puerta, ya no se acostaba con su peluche Paquito, y no se sentaba en el sofá ni apoyaba las manos abiertas sobre las sábanas. Alejandro tenía mucho miedo a contagiarse con el COVID.

Lo conocimos hace tres semanas y nos impactó su historia. 

Sus padres estaban muy angustiados y habían intentado razonar con él, explicarle muy bien qué era el virus y cómo combatirlo. Pero de nada servía. Alejandro lloraba y sufría tanto que al final cedían y le permitían sus múltiples rituales 

En el cole Alejandro era el modelo a seguir. Sus profes le animaban a protegerse del virus malvado. Él enseñaba a sus amigos a actuar contra el peligro. Era el protagonista de esta historia.

Sólo hubo que cambiar de cuento. Volver a ser el protagonista. Pero esta vez tenía que realizar una serie de misiones para vencer al miedo. No era fácil, no. Pero en cada misión había un final muy interesante para él. ¡Podía conseguir un cochecito de Hotwheel!!! ¡O ir en patinete al cole con su papi, o decidir un desayuno especial! 

La primera semana consiguió encender las luces, abrir las puertas, lavarse con una “nuez” de jabón, abrazar las sábanas y la almohada, comerse la fruta con las manos, abrocharse el cinturón en el coche y, sobre todo, dejó de apretar los puños. 

Alejandro está disparado. Entró corriendo al despacho con cara de felicidad tras su mascarilla, moviendo las manos y parloteando feliz porque sabía que había sido muy valiente. 

Me prometió que la próxima sesión traería a Paquito, su peluche abandonado, para que lo conociéramos. Y esta semana puede conseguir estrellas mágicas, que dan regalos directos, si se sienta en el sofá y no se lava cuando se ponga las zapatillas. 

Lo va a conseguir. Esta versión de la historia es mejor. Le gusta más y le convierte en un niño fuerte y valiente.

Este cuento se llama Exposición y Refuerzo Positivo.

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