Algo sobre liderazgo

Sobre la base de una migración permanente y un aprendizaje constante, he sido testigo de una tremenda transformación en las últimas décadas. Las organizaciones productivas de las que he sido parte, han migrado sus liderazgos desde los perfiles más técnicos, provenientes de ingenierías duras, números, cálculos y procesos, hacia un arquetipo de líder tridimensional. Este camino no ha finalizado aún, y confío que permanecerá en un contínuo cambio según se presenten nuevas y variadas necesidades en nuestro mundo y entorno, sin embargo la perspectiva del tiempo me ha permitido ver esta evolución positiva, especialmente en los liderazgos.

Décadas atrás, el líder que conocí era esencialmente un súper jefe que sabía de todo y con alta experiencia en el trabajo a desarrollar - era el mejor de la manada. Su caracteristica principal era saber hacer la tarea, y su desafío era guiar al grupo hacia destinos mejores. El sucesor era seleccionado por el propio líder, según las características más valoradas en esa manada. Se heredaba la forma y el carácter. Este tipo de líder más técnico, fue excelente en su área de especialidad, sin embargo mostraba grandes debilidades al pasar de un cargo de liderazgo técnico, al siguiente peldaño de lidiar con desafíos adaptativos.

Un gerente de procesos exitoso, no necesariamente era un buen gerente general, aún cuando contaba con las formas y el caracter del líder previo.

Tuve la fortuna de trabajar desde jóven en grandes corporaciones, lo cual me llevó a trabajar en un ambiente donde algunos aspectos de equidad que hoy aún se norman y reglamentan, en esas corporaciones eran parte de lo cotidiano, ya que se daba natural y culturalmente. Por ejemplo, mis primeras experiencias profesionales internacionales, fueron lideradas globalmente en los 90s por grandes mujeres. Mientras en mi país, en esa misma época, aun se cuestionaba si la seguridad o la producción era primero. En esa misma época, los líderes que siempre habían nacido de un área técnica, comenzaron a mezclarse con líderes de la administración. Gerentes de Finanzas, Gerentes de Recursos Humanos o Gerentes de Abastecimiento, alcanzaban por primera vez cargos de liderazgo relevantes en compañías eminentemente operativas. En esa década, las características adaptativas empezaban a ser tan importantes y valoradas como el conocimiento técnico y fueron impulsadas también por empresas globales, las que iban un par de metros más adelante que las locales.

Las compañías productivas se transformaron así en un negocio. Sí, en un negocio! . En los 2000s, producir más fue cuestionado y ser más eficiente empezó a ser un objetivo central. Los números del resultado financiero empezaron a gobernar, y se incluyeron KPIs, balance scorecard y mejoramiento contínuo, como modelos de gestión. Así, los líderes migraron forzadamente de ser un líder de la manada o gestionador de recursos, a ser un gestionador de resultados.

Pero ese modelo de líder, aún no era suficiente.

Los resultados financieros y de producción se logran sobre la base de entender y comprender el entorno, y hacerse parte de la comunidad en la que se está inserto, fue un requisito. No bastó con administrar un negocio rentable, o ser un buen vecino, sino se debía ser parte activa de la comunidad en la que se estaba inserto. El ocuparse genuinamente por el cómo se hacen las cosas, por el medio ambiente, por el uso de la energía y el agua, por el manejo de desperdicios, por la inclusión y la integración, fue parte del ADN de los nuevos líderes.

Mirando en perspectiva este último periodo, el modelo donde nos preocupa el entorno, migró hacia un modelo donde nos debemos ocupar del entorno. Ese entorno es un círculo invisible que curiosamente ya no está en torno a nuestras operaciones, sino que ahora está en torno a cualquier actividad que realizamos o incluso, aquellas que no realizamos. Está en torno a nuestros productos, y también en torno a productos de otros que se convierten en nuestros insumos, está en torno a las acciones pero también de nuestras decisiones. Más aún, el modelo al que avanzamos actualmente, es un modelo global que personalmente denomino como el "modelo de Garzweiler", que define límites entre lo posible, lo necesario y lo aceptable para el bienestar de todos. Los líderes actuales, deben descubrir fronteras para alterar sin alterar, y deben descubrir el balance con la forma pero también con el legado, en el sentido más amplio y considerando a todo el entorno. Ese modelo, está aún en gestación, y por ello, los líderes del futuro también debieran estar en gestación.