Ame su trabajo

Ame su trabajo

El oficio de capacitar gente depara sorpresas tanto positivas como negativas. Una de estas últimas es cómo las personas que actualmente poseen empleo no se dan cuenta de “la bendición” de desempeñar una actividad paga –sea cual fuese- o peor aún, despotrican a cuatro vientos contra el mismo. Esta gente, que por diferentes razones vive anestesiada, debería salir urgente de su letargo y empezar a amar su trabajo.

            Usted pensará que soy un workaholic (en inglés: adicto al trabajo), pero aclaro que estoy lejos de serlo. Sin embargo estoy convencido -y lo he comprobado- que todo lo que tuve, tengo y tendré en la vida está estrechamente ligado a mi capacidad de buscar, obtener y mantener empleo, como también a la remuneración periódica que percibo por ejercerlo. A usted le ocurre lo mismo… sólo que no lo ve. Déjeme ayudarle a despertar de esa modorra existencial que lo mantiene peligrosamente impasible. Si me equivoco al juzgarle y es de las pocas personas en este mundo que ama su trabajo, le sugiero que realice varias fotocopias del presente artículo y lo distribuye entre el batallón de zombies (según el género de terror: muertos en vida), que conforman su staff de empleados o contratados.

            Para saber si alguien transita por el camino equivocado o si radica en el “lado oscuro” (subestimar, descuidar, ignorar o quejarse de su empleo), sugiero contestar lo más rápido posible estas dos reflexiones privadas.

            - Escriba las 3 cosas que más le importan en la vida.

            - Escriba las 3 cosas que más desea en su vida.

            Si tuvo que pensar varios minutos qué escribir, lamento informarle que usted vive de sueños y carece de metas. Por eso le cuesta tanto trabajar y al final del año (cuando uno mira hacia atrás y hace un resumen de lo que logró en 365 días), se halla con las manos y los bolsillos vacíos.

            Ahora bien, lea las seis cosas que escribió (más me importan/más deseo). Léalas otra vez, por favor. ¿Acaso no se dio cuenta hasta hoy que su lista va a parar a la basura si carece de empleo? Algunos ejemplos: Si ama a su familia necesita dinero para conseguir un techo donde cobijarlos, para dotar de muebles y otras comodidades a su hogar, para mantenerlos sanos ante las enfermedades, hasta para irse juntos de vacaciones. Si ama a sus hijos necesita dinero para alimentarlos, vestirlos y educarlos en un lugar adecuado. Si ama a sus padres (y “ya están viejitos”, lo digo con el mayor respeto), necesita dinero para cualquier inconveniente de salud que les aqueje, para pasear con ellos después de tantos años de trabajo, para que vivan dignamente su Tercera Edad. Si usted es más frío que nariz de esquimal y ama sus posesiones (casa, automóvil, moto, quinta, televisor plasma gigante, computadora portátil, Iphone, etc.), sin duda alguna en su momento necesitó dinero para adquirirlos y también lo necesita para mantenerlos en buen estado o funcionamiento.

            Salvo que usted viva de rentas, recibido una herencia o haya ganado el millonario Loto de Miami o encontrado un tesoro pirata en el jardín de su casa… el dinero que necesita para que todo funcione SALE DE SU TRABAJO O EMPLEO. Sin los ingresos (dinero) de su actual trabajo todo tambalea en el vacío. Y si está pensando que “con amor y fe todo se soluciona”, le recuerdo que la cuota de la casa ante el banco, la gasolina de su vehículo, los servicios de luz, agua, telefonía y el colegio de los muchachos, no se puede pagar con dos besos, tres abrazos y cuatro Padrenuestros. Dios está ocupado en cosas más importantes. Y además, como dijo el médico escocés Samuel Smiles –quizás el primer motivador de masas- hace casi 150 años: “El bienestar y la felicidad dependen de usted”. Traducción: “Si quiere que las cosas ocurran, muévase”.

            Piense qué impacto nefasto tendría en su vida (y en la de su entorno familiar), uno, dos, tres… cuatro meses sin ingreso alguno. Coincido con muchas personas acerca de que el dinero no hace la felicidad, pero no neguemos que genera una sensación bastante parecida. Ahora, agárrese de la silla: “Según las estadísticas latinoamericanas, quien pierde un empleo tarda un promedio entre 8 a 24 meses en obtener uno nuevo, generalmente, con menor remuneración que el trabajo perdido”. Lo que no dicen las estadísticas es que no es lo mismo buscar trabajo que buscar ingresos (dinero). Explico: Quien busca trabajo trata de emplear su talento en algo que sabe hacer bien, sea porque estudió o posee habilidades innatas que no requieren pasar por una casa de estudios. Quien busca dinero agarra lo que viene. Por eso, después de 8 a 24 meses sin ingresos personales o familiares, nadie busca trabajo sino dinero. Y en base a mi experiencia laboral, la persona que SÓLO BUSCA DINERO (no trabajo), es un peligro, un prostituto laboral, porque “más le pago, más se mueve”.

            Finalmente, ahora que comprende la importancia de su trabajo, protéjalo, blíndelo, respételo, cuídelo, ámelo. No se trata de tener temor de perderlo sino de comprender todo el bienestar que su empleo genera. Si entre las tres cosas que más le importan y desea en la vida no estaba su trabajo, hágale un espacio. El poeta libanés Jalil Gibrán dijo una vez que amar a la vida a través del trabajo es intimar con el secreto más recóndito de la vida. Y le creo, vaya si le creo…

Por PEDRO CABRERA

Alejandro Casir

Gerente de Desarrollo en Axioma 21

3 meses

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