America Latina: Noticias del Futuro

America Latina: Noticias del Futuro

La pandemia está pasando del mundo desarrollado al mundo en desarrollo, lo que debería preocupar a mucha más gente de lo que lo hace actualmente. Esta semana, América Latina superó tanto a Estados Unidos como a Europa en nuevos casos diarios de coronavirus, lo que ha dado al continente Americano la dudosa distinción de convertirse en el nuevo epicentro del mundo de la pandemia global, según la Organización Mundial de la Salud.

Por qué es importante:

América Latina se benefició de una ventaja competitiva temporal al estar unos meses detrás del brote inicial, dándole tiempo para entender el desafío monumental que se avecinaba y prepararse consecuentemente. Por lo visto, algunos países  se tomaron la amenaza más en serio que otros, lo que se puede inferir por las tasas de mortalidad hasta la fecha ... pero esa no es toda la historia.

Si bien prácticamente todos los países de la región han instituido medidas de distanciamiento social para combatir la crisis sanitaria y cierto grado de estímulo gubernamental para combatir la crisis económica que lo acompaña, la efectividad de ambos depende en última instancia no solo del tamaño y la calidad de estas medidas de emergencia tomadas, sino que los contextos propios de cada país, como el político, sanitario, social y económico entran también en crisis. Nadie debería sorprenderse de que Argentina esté planteando medidas económicas radicales dada su precaria posición financiera incluso antes de la pandemia, o que Perú esté intentando salvar la atención médica después de décadas de baja inversión en infraestructura de salud (a pesar de ser la respuesta más proactiva de la región ante el Covid-19).

Esta pandemia expone y acelera muchas de las debilidades políticas existentes en la región. La nueva clase media de América Latina, creada en gran parte por las últimas dos décadas de crecimiento impulsado por la globalización, ya estaba harta de desigualdad endémica y corrupción, ya que durante años se le prometieron buenos servicios públicos que nunca se materializaron.

En la primera fase de esta crisis en estos países, se ha dado prioridad a las consideraciones de salud; pero a medida que aumentan los impactos económicos, las consideraciones económicas comienzan a ganar peso. En los países en desarrollo los bloqueos se vuelven más difíciles de mantener y de restablecer, lo que genera un problema no solo para América Latina sino también para muchos países en desarrollo donde el distanciamiento social simplemente no se puede implementar dadas las densidades de población y las condiciones de vida en las zonas más pobres.

Ello obligará a la región una lucha prolongada contra la pandemia, con graves consecuencias en la capacidad de atención médica de dichos países y sus economías. Los mismos criterios que se tienen actualmente sobre la desescalada intentando compaginar la protección de vidas y los medios de vida como en España dominarán la política latinoamericana durante las próximas semanas y meses.

Lo que vendrá después:

Comencemos con la parte fácil: las finanzas ya se están viendo afectadas, tanto por la disminución de los ingresos tributarios asociados con los bloqueos como por los recursos extraídos para para mantener a flote las economías. Los bancos centrales y las tesorerías de los países latinoamericanos simplemente no pueden sostener el tipo de estímulo gubernamental que sus homólogos europeos y norteamericanos pueden. Eso significa más impuestos corporativos y sobre las rentas en el futuro, pero eso podría no ser suficiente para evitar incumplimientos y rebajas en la calificación crediticia soberana. Hemos comenzado a ver esto en Argentina; pero Ecuador, Brasil y México también son países para observar.

Una ola de impagos de los mercados en desarrollo tendrá un impacto real en el estado de la economía global, especialmente cuando esa economía global ya está bajo presión.

También creará un entorno económico más difícil para que los gobiernos aborden las críticas legítimas de corrupción, desigualdad y crecimiento económico anémico que han caracterizado la región durante los últimos años.

Esta va a ser la próxima crisis política inmediata para la región, ya que el continente va a afrontar muchas e importantes elecciones gubernamentales en los próximos años; Si las frustraciones continúan creciendo, es posible que estemos ante otra ola de extremismos. Por otro lado con tantas elecciones en el horizonte, muy pocos gobiernos querrán emprender reformas económicas dolorosas para equilibrar los presupuestos; es más fácil ceder a las demandas para gastar más y resolverlo más adelante.

El debate político actual entre la vida y los medios de vida es especialmente real para los países en desarrollo... ese mismo debate también se puede reformular como tener que elegir entre una crisis a corto plazo frente a una crisis a largo plazo. A medida que el coronavirus continúe propagándose entre los países en desarrollo y emergentes, más gobiernos se enfrentarán ante la elección entre “malo o peor”.

No me atrevo a vaticinar si los organismos financieros multilaterales dañados por la falta de un liderazgo fuerte serán capaces de hacer, ni como reaccionará ante la oportunidad de un nuevo liderazgo disruptivo de China ansiosa de extender su política exterior clientelar a otros continentes además de Africa.

Estas son las noticias del futuro…

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