Apertura a la experiencia
Por Dr. Juan Manuel Santisteban Negroe
También conocida como curiosidad o mente de principiante, en el contexto de mindfulness implica observar los acontecimientos como si se estuvieran experimentando por primera vez, quitando el velo de las propias ideas, prejuicios, impresiones, creencias, etc. Como si ningún momento fuera igual a otro, o ninguna experiencia fuera igual a otra (Kabat‐Zinn, 1990).
Esta característica del mindfulness refleja una actitud de apertura ante las sensaciones, percepciones, estados de ánimo, emociones y pensamientos, ya sean positivos o negativos. Esto incluye una curiosidad por identificar y observar los estados mentales, incluso cuando son desagradables o aversivos. La psicología budista sostiene que esta forma no evaluativa de experimentar estados mentales negativos y positivos es esencial para el desarrollo personal, el autoconocimiento y la inteligencia emocional (Buchheld, Grossman, & Walach, 2001).
Aquí, todos los pensamientos, sentimientos y sensaciones que surgen, son vistos como relevantes y, por lo tanto, merecedores de atención (Bishop et al., 2004).
La apertura hacia nuestras experiencias nos permite no sufrir tanto ante circunstancias dolorosas, a través de una curiosidad amable, contemplando experiencias que, hasta ese momento, generaban en nosotros impulsos de huida, rechazo o evitación (Didonna & González, 2016).
Esta apertura a la experiencia es útil para interrumpir círculos viciosos de sentir miedo por tener miedo, sentir enojo por tener enojo y sentir tristeza por tener tristeza, únicamente contemplamos estos sentimientos sin añadir más peso a lo que ya es pesado para nosotros, sin añadir más pensamientos destructivos a una experiencia que de por sí ya es desagradable, sin añadir sufrimiento al dolor, únicamente, observando con curiosidad.
La mente de principiante de la atención plena nos permite percibir las situaciones tal y como ocurren, evitando posibles sesgos de nuestros esquemas cognitivos o formas de pensar habituales (Brown et al., 2007).
Mindfulness, de este modo, se puede conceptualizar como un proceso de investigación y autoconocimiento, que permite obtener una mayor comprensión de nuestros propios pensamientos y sentimientos (Bishop et al., 2004).
Referencias
Bishop, S. R., Lau, M., Shapiro, S., Carlson, L., Anderson, N. D., Carmody, J., Segal, Z., Abbey, S., Speca, M., Velting, D., & Devins, G. (2004). Mindfulness: A proposed operational definition. Clinical Psychology: Science & Practice, 11, 230– 241.
Brown, K. W., Ryan, R. M., & Creswell, J. D. (2007). Mindfulness: Theoretical foundations and evidence for its salutary effects. Psychological inquiry, 18(4), 211-237.
Buchheld, N., Grossman, P., & Walach, H. (2001). Measuring mindfulness in insight meditation (Vipassana) and meditation-based psychotherapy: The development of the Freiburg Mindfulness Inventory (FMI). Journal for Meditation and Meditation Research, 1(1), 11-34.
Didonna, F. & González, Y. R. (2016). Mindfulness y sensación de vacío En D. Fabrizio. (Ed.), Manual Clínico de Mindfulness (pp. 216-256). Bilbao: Editorial Desclée De Brouwer, S.A.
Kabat-Zinn, J. (1990). Full catastrophe living: The program of the stress reduction clinic at the University of Massachusetts Medical Center. New York: Delta