Aprender a leer con y para OTRA MENTALIDAD
Tuve el honor de formarme con Fernando Flores, a quien se le atribuye ser el creador del paradigma de la ontología del lenguaje, con quien aprendí a “leer con otra mentalidad”. Este texto está basado en lo aprendido en su formación “Beyond Coaching” que brinda junto a Elena Espinal, una de las pioneras del Coaching en Sudamérica y el mundo. Un proceso que recomiendo pueda realizar cualquiera que tenga acceso.
Les compartiré entonces mi mirada sobre uno de los asuntos que más me han interesado, uno de mis aprendizajes, el cual ha cambiado rotundamente mi vida con respecto al disfrute y a la profundidad al leer:
Nuestra educación, la cual juzgo también como un lujo teniendo en cuenta que es un derecho para todos hace muy poco, nos enseña a leer desde temprana edad. Esta posibilidad es muy poderosa, sin ella nos perderíamos de grandes creaciones artísticas, y de descubrimientos incesables. Peeeero… leer es una acción vacía sin un diseño personal adecuado. Sin ciertas técnicas que, si bien son aplicables al leer, poco tienen que ver con la acción de leer.
La transformación de letras en palabras, le llamamos leer. Reconocer las palabras que forman oraciones, y las oraciones que forman párrafos no son garantía de que la asimilación sea eficiente. Leer rápido y con tonalidad amenas, no alcanza
El “arte del leer-posibilitador” poco tiene que ver con lo aprendido en la educación tradicional, a menos que cuentes con la suerte de cruzarte a un docente (que sí existen) o alguien cercano a ti, que te haya enseñado el “leer-posibilitador”.
Creemos que leemos para incorporar información. Pero esto es un error. Cuando te sumerges en el paradigma del “leer-posibilitador”, comprendes que leer es conversar con alguien a través de lo que pudo plasmar por escrito. Leemos entonces para generar nuevas conversaciones con otros y con nosotros mismos sobre lo que otro ha escrito. Cuando conversas con un texto, así como esas conversaciones que tuviste con alguien que te han generado valor, ya no estás “solamente” incorporando información sino que estás abierto al aprendizaje para incorporar nuevas perspectivas sobre sobre datos, distinciones, propuestas e información que se encuentra expuesta en los textos y que se transforman en un medio para potenciar tu matriz interpretativa. Incorporar UN SABER en particular no es un fin en sí mismo.
Quien escribe y quien lee lo hace desde la propia perspectiva, es imposible escribir o leer por fuera de nuestro marco de referencia o modelo mental. El texto del otro nos invita a reflexionar sobre nuestros postulados, paradigmas y creencias desde sus palabras. Es entonces, un disparador o motivador de revisión de nuestras referencias, para fundar o infundar nuestros propios juicios emitidos o sostenidos históricamente.
Desde el paradigma del leer-posibilitador, la información no es lo que debemos incorporar, sino que es el medio para generar nuevas conversaciones internas, o pensamientos, para lograr potenciar nuestro marco de referencia o consciencia al decidir y actuar.
Cada modelo mental -que tiene cada persona es particular (irrepetible) incluso cuando comparten profesiones o grupos de pertenencia- es el que genera las inquietudes o focos de interés de cada individuo. Por ende, es normal que cada persona sienta un relativo interés por ciertos contenidos o formatos de información de un mismo texto o párrafo. Algunos preferirán datos, otros reflexiones, e incluso algunos son atraídos por soportes visuales o experienciales vivenciales para que los disparadores (información) sean creadores de nuevas conversaciones, pensamientos y estados de ánimo, que a su vez crean nuevas posibilidades, formas de actuar y perspectivas.
El modelo Leer-Posibilitador, propone una serie de diseños personales para lograr eficiencia al leer, incluso cuando algo de lo que lees no coincide con tu modelo mental, tus valores, creencias, intereses del presente, ni a tus estándares o expectativas generadas al momento de lanzarte leer (a conversar con otro a través de su texto).
Veamos entonces la propuesta para leer con, y para, otra mentalidad:
I) ANTES DE COMENZAR A LEER:
Se trata de responder más allá de un simple: “lo hago porque me gusta leer”, sino de indagar con mayor profundidad sobre qué hay detrás de la elección específica. Puedes leer una novela o sobre ciencia entre infinitas posibilidades, pero por alguna razón has elegido este texto que estás por iniciar, y no la opción “Z” u otro rubro. Es la respuesta a la pregunta:
¿Qué interés tengo en X, que supera al menos ínfimamente a mi interés por Z?
Por un lado, quién es al autor, de donde surge, su historia, cuáles son sus intereses personales, qué ideologías apoya o cuáles son sus visiones en la vida. Debes saber con quién conversas, para poder hacer más poderosa la conversación que vas a tener.
La otra cara de este punto, es que comprendas “desde donde escribe el autor”, de qué inquietud en el mundo (siempre momentáneas) se está haciendo cargo al redactar o exponer sus palabras. Es posible que ese mundo de inquietudes ya no exista, pero debes diseñarte en colocarte en ese contexto de inquietudes personales.
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Primero haz un repaso de la estructura en que fue escrito: los capítulos y títulos de cada una de las partes; también leer algunos párrafos al azar. Esto te entregará una noción de los temas a tratar y de la forma en que serán tratados.
II) MIENTRAS TE ENCUENTRAS LEYENDO:
Se trata de hacer esto cada vez que lees un párrafo o sección del texto. Es mientras lees, o en cada momento que detengas la vista, y no solamente al finalizar el total del texto.
Es normal que tu mente te lleve a asuntos que no están íntimamente relacionados con el dominio del texto. Por ejemplo, puedes estar leyendo sobre técnicas de trekking en montaña, y que devenga la posibilidad de emprender un negocio.
Es posible que haya partes del texto que no comprendas por una simple razón: no usan el mismo lenguaje, por ende, no comparten las mismas distinciones del lenguaje.
Es importante que le dediques tiempo a comprender las distinciones transversales del texto de tu interés. Si en el texto no llegas a comprenderlas, busca otros medios como videos tutoriales o blogs. Leer un texto donde hay palabras centrales que no comprendes, es comparable con conversar con un extranjero en un idioma distinto.
II) AL FINALIZAR DE LEER:
Haz un listado para generar conciencia explícita sobre los insumos que te ha entregado esta conversación (lectura).
Aquí pueden variar según el texto con el que has conversado:
Hasta aquí mis aprendizajes sobre la propuesta aprendida, la cual me ha sido de gran valor desde la perspectiva de mi relación con la lectura, y desde las nuevas formas de relacionarme con las personas y textos. Con lo cual me he llevado nuevas conversaciones ampliadas, desde el momento en que me sumergido en el paradigma del “leer-posibilitador”.