Artículo Cinco Días: El mercado y los comicios en EE UU.
Las perspectivas de un cambio en las políticas monetarias por parte de los bancos centrales captan gran parte de la atención de los inversores, así como las expectativas del próximo ocho de noviembre, fecha en la que los americanos elegirán al presidente número 45, comicios que se presentan como un riesgo para la economía por el elevado nivel de incertidumbre.
La historia nos señala que tradicionalmente después de dos periodos con el mismo presidente o el mismo partido en el poder, es muy difícil que en las siguientes elecciones vuelva a gobernar el mismo partido; de igual manera en el primer periodo presidencial normalmente la ciudadanía le da el control del Congreso al nuevo presidente en turno y a su partido.
Dicho esto, parecería lógico pensar que los republicanos, con Trump a la cabeza, conseguirían el gobierno, pero la historia no siempre se repite y el perfil del candidato republicano puede cambiar esta tendencia, ya que las encuestas de intención de voto le mantienen por debajo de Clinton en estos momentos; lo más probable es que los republicanos mantengan una mayoría en el Congreso aunque pueden perder el Senado.
La economía americana afronta los comicios, en pleno empleo, con una tasa inferior al 5%, donde el consumo y el mercado inmobiliario seguirán siendo los pilares de la expansión económica pero, por otro lado, el incremento moderado pero continuo de la inflación, la más que posible subida de tipos por parte de la Reserva Federal antes de final de año, y la debilidad de los beneficios empresariales pueden limitar el crecimiento, pero todo esto se verá afectado por el resultado del próximo 8 de noviembre como voy a describir.
Los dos candidatos han planteado planes económicos con diferencias muy sustanciales en materia de impuestos, empleo, política monetaria y tratados comerciales.
Donald Trump. Sus reformas fiscales plantean cambios en el IRPF, donde reducirá las 7 tarifas actuales (que van desde 10% al 39,6%) a tres, evitando que aproximadamente 75 millones de hogares tengan que pagar y solicitando como máximo un 25% de las grandes fortunas, pretendiendo que con esta medida aumenten las inversiones domésticas y disminuya el fraude fiscal lo que puede significar un impulso indirecto tanto para el dólar como para los principales índices, y una reducción del impuesto sobre sociedades (del 35% al 15%), que pretende animar a las empresas americanas que están deduciendo beneficios en el extranjero, para que mantengan sus operaciones en el país. Reduciendo sus impuestos puede darles a determinadas empresas un gran impulso y, de esta forma, aumentar el precio de sus acciones.
Pero al recortar los impuestos, y por lo tanto los ingresos, de forma tan drástica, Trump está abriendo un enorme vacío fiscal a corto plazo, con cortes significativos en el presupuesto que se deberán cubrir. Sin embargo, el candidato se ha venido mostrando reacio a reconsiderar gastos como la seguridad social y la salud, que suponen de lejos el mayor peso para el presupuesto. De esta forma, su propuesta de política fiscal haría que la deuda pública se incrementase drásticamente, añadiendo 5,3 Billones de dólares a los 19 Billones ya existentes en los próximos 10 años.
El planteamiento de traer negocio de vuelta a Estados Unidos vía impuesto de Sociedades, también sirve para argumentar la política de empleo, ya que Trump piensa que no se crea más empleo porque las empresas americanas se están yendo al exterior.
Los acuerdos comerciales también pueden ser motivo de preocupación, por el efecto proteccionista que pregona y su intención de tener aranceles comerciales altos, donde casos como México y China (35% y 45% respectivamente) es significativo y no aporta una señal positiva.
La visión del candidato republicano de la política monetaria de la Fed, es que los tipos de interés tan bajos mantenidos hasta la fecha, están creando una burbuja en los mercados financieros.
En cuanto a Hillary Clinton, plantea una tributación de nivel superior y por lo tanto un esfuerzo de apoyar a los menos favorecidos. Las mayores fortunas y empresas serán el punto receptor de un incremento fiscal total de 1,2 Billones de dólares en las próximas décadas; por su parte, aquellos de renta más baja supuestamente estarán protegidos de cualquier subida. Estas medidas pueden provocar nervios en los mercados. Junto a esto, Clinton propone un ambicioso programa de gasto y, ha rechazado reestructurar determinados gastos administrativos. En definitiva, este plan tan entusiasta de gasto puede finalmente suponer que no sea una cuestión de dónde se encuentra su foco político, sino de viabilidad fiscal.
Su política comercial podría ir en detrimento de los mercados, desde que se declaró contraria al Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (defendido por ella misma cuando era Secretaria), que se supone tendría un impacto negativo en la industria manufacturera y en las inversiones interiores.
¿Y cómo afectarán los resultados electorales al mercado?
Una vez analizadas las políticas de cada uno de ellos, y dependiendo del resultado, podemos encontrarnos con distintas reacciones en la renta variable, la renta fija, las materias primas y como se verían afectadas las empresas españolas en USA y LATAM.
Si analizamos la renta variable, los estudios muestran que, entre 1929 y 2011, el mercado estadounidense ha ganado más de la mano de los presidentes demócratas que de la de los republicanos, lo que puede significar que una victoria de Clinton podría representar buenas noticias para el Dow Jones y para el S&P 500.
Desde el punto de vista sectorial, la victoria republicana favorecería las industrias financiera, farmacéutica, defensa y petróleo. Por el contrario, la victoria demócrata favorecería las energías renovables; y en el caso de las infraestructuras, los dos partidos impulsarían el sector por su manifestada intención de incremento de gasto público en esta materia.
La renta fija ofrece niveles de rentabilidad reducidos y la situación de incertidumbre sobre el resultado electoral supone un riesgo; si bien la Reserva Federal es la responsable de política monetaria, y por lo tanto, independientemente de quién gane, será este organismo quién la sigan dirigiendo, es cierto que una victoria de Trump presionaría hacia políticas más monetaristas, y por lo tanto a subidas de tipos de interés que favorecería el tipo de cambio del dólar, y algo más de valor en este tipo de activo. En contraposición esta apreciación del dólar impactaría negativamente en las exportaciones americanas.
Respecto a las materias primas, el precio del petróleo - por encima de 50 dólares - hace rentable el negocio del fracking y habrá que prestar atención a la posición de Estados Unidos en los niveles de extracción cuando la OPEP y Rusia parece que van a limitarla para controlar la oferta.
No nos podemos olvidar de las empresas españolas, principalmente del Ibex 35, que tienen intereses en USA y LATAM; Banco Santander, Grifols, Ferrovial, Viscofan, Iberdrola y Acerinox tienen una parte importante de su negocio en USA, en LATAM, Banco Santander, BBVA y Telefónica. Una victoria republicana no favorecería los intercambios con LATAM por lo que se podría observar un impacto negativo en este sentido.