ASTRID, UN DÍA SE DIÓ CUENTA QUE YA ERA OTRA MUJER

ASTRID, UN DÍA SE DIÓ CUENTA QUE YA ERA OTRA MUJER

Nunca se hubiera imaginado que un vestido le haría tomar consciencia de la nueva etapa vital que le asomaba. De golpe, lo que le pasó en los últimos meses: conocer a Jack, enamorarse, las mariposas en el estómago, el descubrimiento de nuevas sensaciones, el querer más, te quiero, te quiero,Astrid ¿quieres casarte conmigo?, mamá, papá Jack quiere pedirme en matrimonio, Enhorabuenaaa, hija, que felicidad, nos iremos a vivir a la ciudad, fiesta de prometidos, boda, cambio de casa, de ciudad, ya no va a ser más chica de campo, muchos cambios, muy precipitados, mucha ilusión, miedo, abismo, alegría, pena


¡Por fin ya está acabado el vestido!


Sola en la habitación, llegó ese momento solemne, de intimidad, en el que abre la caja, el placer del papel de seda protegiendo aquella prenda tan delicada, que contrasta con sus manos rudas, con ampollas y arañazos de trabajar en el campo. ¡Es precioso!!! Y es su vestido!! Ni se lo puede creer, nunca se hubiera imaginado que algo tan delicado fuera de su propiedad.

Al girarse y mirarse en el espejo, afloró otra mujer en ella. Momento revelador y de vértigo, en el que de golpe se dio cuenta de lo que estaba pasando. El vestido le hizo darse cuenta de que una Astrid se estaba muriendo, desvaneciendo porque otra versión de ella misma estaba naciendo.


Quédate con esta historia y dime ¿Te gustaría verte transformada en otra mujer? ¿Algo que ni te imaginas que puedes ser?

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