¡¡¡Atención!!! Que no se nos queme el motor.
Un día normal, inicias con un baño rápido porque no quieres que te coja la tarde, para conectarte a trabajar, abres tu portátil y ya tienes mensajes en Teams, abres tu correo y tienes una notificación que te han enviado, de invitación a reunión encima de otra, la cual inicia en 15 minutos, corres a la cocina para poner a hervir agua para un café, suena el teléfono, y es un compañero de trabajo que necesita aclarar una instrucción, y al mismo tiempo suena el timbre de tu casa con la entrega de un pedido que has realizado, y de repente ¡pum! tu cerebro queda en blanco y tu motor se apaga.
No nos damos cuenta de la velocidad, con la cual manejamos nuestra vida en el día a día, corremos como si algo o alguien nos estuviese persiguiendo, vamos de tarea en tarea, como si fuésemos un pulpo, y en muchos de estos alocados días, no nos tomamos el tiempo para respirar, agradecer y sonreír.
Todos tenemos un propósito que nos mueve, que nos levanta de la cama cada día, y ligado a esto tenemos una estrategia, como un mapa o guía que da dirección hacia donde queremos llegar, sin embargo, nos dejamos llevar en ocasiones por la “cultura”, una cultura familiar, laboral, social, etc. la cual es generadora de referentes o practicas transmitidas de generación en generación que imponen muchas veces desde el hacer y no desde el ser.
Y es aquí, donde cobra una importancia relevante y reveladora, el liderarse a uno mismo, entendiendo que eres mucho más que un cargo, o título en cualquier ámbito de tu vida, llámese (ama de casa, profesional, empleado, jefe, gerente, emprendedor, influencer) y simplemente eres un ser humano, genuino, sencillo, humilde, abierto a escuchar, a hablar y a debatir desde el amor y respeto; entendido esto, sabes que es posible continuar, porque te conoces y te reconoces (vuelves a conocerte las veces que sean necesarias), con el objetivo de ser cada día una mejor persona.
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Ese reconocimiento del ser humano que somos y de la grandiosidad que poseemos, es lo que nos lleva a buscar una vida, donde deseamos estar bien, física, emocional y espiritualmente… logrando de esta forma un equilibrio, donde si YO estoy bien, mi familia, mis amigos, mi comunidad, mi trabajo, y todo a mi alrededor también están bien.
¡Excelente día!
Alexandra Campaña Ortega. Mayo 2022