Bisexualidad
El pasado 23 de septiembre se celebró el día internacional de la bisexualidad cuyo objetivo es visibilizar y hacer conciencia con respecto a la discriminación que las personas bisexuales viven alrededor de todo el mundo.
La sociedad requiere dejar de reducir el concepto de <<sexualidad>> a la reproducción y a considerar a la heterosexualidad como la única orientación sexual presente en la humanidad, además, deberá considerar siempre, que la atracción hacia otras personas trasciende las dimensiones exclusivamente eróticas.
La bisexualidad es la atracción que tiene una persona para relacionarse con mujeres u hombres de manera indistinta. La atracción no es un proceso necesariamente voluntario de análisis, selección y decisión, y no se reduce a la atracción sexual y erótica exclusivamente. Se refiere al predominio de la atención visual que genera interés en los seres humanos al enfrentarse a un grupo mixto de personas. Se trata de ver cuáles son los cuerpos y los géneros de los sujetos que llaman más la atención de un individuo para desear la cercanía, la concrete o no, pues el hecho de que alguien se acerque a alguien más y/o haya tenido o no experiencias eróticas con esa persona, no cambia hacia quien(es) se siente atraído y no excluye en absoluto, la atracción intelectual y/o afectiva. Muchos individuos autoidentificados como bisexuales, señalan que son atraídos por cualidades de personas en lo particular, más que por aspectos del género en sí.
La bisexualidad generalmente es vista como una mezcla de heterosexualidad y homosexualidad, esto, debido a un marco de referencia binario que sólo da lugar a dividir el mundo en dos, a un modelo dicotómico del lenguaje a pesar de que en la vida real, dicha dicotomía no existe. Se habla que las personas bisexuales, a diferencia de las personas homosexuales experimentan un “doble clóset”. En el mundo heterosexual, a quien manifiesta tener una parte homosexual se lo considera una persona gay reprimida, o se piensa que sus sentimientos heterosexuales no son genuinos sino resultado de una confusión. La persona bisexual es sometida a diversos rechazos y cuestionamientos, no sólo en el mundo heterosexual. Si en un ambiente gay alguien se dice bisexual, es común que se le acuse de ser una persona gay que no se acepta, que quiere huir de sí misma y/o que cede a los dictados sociales contra los que hace tanto tiempo se lucha. Así, se tiene la expectativa de que la personas bisexuales se decanten por una orientación sexual u otra, sin embargo, a la bisexualidad no hay que negarla, hay que aceptarla como otra posibilidad que abre las puertas a una experiencia individual. Además, existe una clara diferencia entre la homosexualidad egoistónica y la bisexualidad. La bisexualidad no es un trampolín, tampoco un periodo de transición es la atracción erótico-afectiva-intelectual-física hacia personas de ambos géneros. Una persona bisexual es aquella que ha sentido genuinamente ganas, deseos, atracción o amor hacia un hombre y una mujer alguna vez cuando menos. La bisexualidad de transición no existe, habrá que descartar la no aceptación de la preferencia genérica homosexual y/u homofobia internalizada.
Te invito a pensar que se puede vivir la bisexualidad como un proceso, hay personas que descubren su preferencia sexo-genérica u orientación sexual con el tiempo. Los seres humanos estamos en proceso de autodescubrimiento toda la vida y la sexualidad no es estática. Rinna Riesenfeld nos invita a imaginar que si eres diestro y te inmovilizan la mano derecha, o si eres zurdo y te inmovilizan la mano izquierda, te verás obligado a usar la otra mano. De poder, seguro puedes. La pregunta es si te sientes cómodo, si las cosas te salen bien, si te resulta fácil, y es que si eres ambidiestro puedes sentirte cómodo, las cosas salirte bien y resultarte fácil.
Una idea común como equivocada es que la persona bisexual está confundida. La persona bisexual tiene claros sus sentimientos de atracción, cuando puede sentir confusión, es al tratar de encajar en algún extremo que le es ajeno. ¿Te has dado cuenta que la emoción más condicionada es el amor? Es muy importante que sea la propia persona quien por su cuenta salga de dudas sobre cómo se siente y con quién se siente mejor por el momento, no que alguien más como el terapeuta, familiar, amigo o cualquier otra persona significativa o no, le defina.
Cuenta una leyenda que un fiel se acerca a un sabio sacerdote para decirle:
“Maestro de maestros, estoy desesperado: lo que yo vivo no lo encuentro en ninguna de las escrituras, ni en los libros sagrados que rigen nuestra sociedad”.
Y el sabio le contesta: “Hijo ¿estás seguro?”
“Sí, maestro, no lo encuentro por ningún lado”.
“Si tu experiencia no está en ninguna parte, escríbela”, le sugirió el maestro.
Mayra A. Pérez Ambriz Médica Sexóloga Clínica sexología.si@gmail.com Tel CDMX 5591308643
Referencias.
Álvarez-Gayou, J.L. (1997) Homosexualidad: derrumbe de mitos y falacias. México: Ducere-Imesex
Anaya, N. (2006) Cuerpos deseos e identidades. Disidencia sexual e identidades sexuales y genéricas. México, CONAPRED. pp. 119-123
Izazola, J.A. (S.F) La bisexualidad. Antología de la Sexualidad Humana Tomo I
Riesenfeld, R. (2006) Bisexualidades entre la homosexualidad y la heterosexualidad. Editorial Paidós. México