Breve ensayo sobre la libertad
El cine es un reflejo bastante cercano a la psique de las grandes masas, al final todo eso es un negocio y las leyes de la economía no permiten que nadie invierta en un producto para no recuperar (además de ganar cuando menos el doble) la inversión, que en términos del cine siempre es descomunal , fíjense que se considera una película de bajo presupuesto la que apenas cueste cinco millones de dólares, hasta las malas películas deben ganar algo de dinero pues cuestan lo suyo. Esto quiere decir que como en todo negocio hay detrás un cumulo importante de teorías que permiten a los productores predecir el resultado con un numero de aciertos bastante respetables (aunque la historia siempre demuestra que no son infalibles pues ya sabemos la gran cantidad de fracasos de taquilla que ha habido en los últimos cien años nada más), uno de esos preceptos es que los argumentos deben ser lo más alejados posibles de la realidad de quienes van a ser los compradores mayores a menos claro que hablen de la recreación de un hecho, sin embargo hasta en esos casos la “especulación artística” cabe en aras de lo estético o estructura argumental.
Tan cierto es esto que afirmo que no he visto la primera película de horror, esas de exorcismos , demonios vomitones, poseídas que giran la cabeza, muñecas asesinas o espíritus burlones que suceda en ningún país latinoamericano, donde la gente si cree en todo eso y hasta puede que mientras usted lea esto estén sucediéndose eventos similares en varios sitios o cuando menos gente que lo asegure, sin embargo en USA o Europa quien asegure ver fantasmas o demonios o es tachado de loco, drogado, esquizofrénico o fanático religioso , seguramente le sale una temporada a la sombra de una camisa de fuerza, entonces el público es seducido por el susto de lo imposible. Igual sucede con los filmes donde un loco descuartiza a sus víctimas, eso es común en México o Venezuela pero en aquel país de 450 millones de habitantes son una tara demográfica mientras que en Latinoamérica aparecen en los titulares cuando menos tres veces al año si no al mes según el país del que hablemos, donde por cierto si acaso llegan al 10 de los habitantes de USA.
Las más espantosas son las distopias que hablan de regímenes terribles con tiranos malvados que se aprovechan de las masas, los exprimen en nombre de una ideología que grita libertades mientras cercena cabezas e idiotiza cerebros, donde no hay voto o simplemente son los militares quienes tienen todas las prerrogativas mientras un héroe salva a todos, esas son éxitos (vean las tres de “Las guerras del hambre” o la serie de “The Handmaid's Tale” solo por nombrar dos exitosas) en los países del primer mundo donde a excepción de los rusos no creo que ninguno piense en la más remota posibilidad de que vuelva a suceder en sus tierras que ya con la segunda guerra mundial tuvieron bastante, lo que más me espanta es que estos tres géneros producidos para dar ganancias en sitios donde a la mayoría les parecen imposibles, sean éxitos en estos países del sur donde son moneda corriente desde las creencias religiosas extremas (por cierto que esos demonios deben ser masoquistas pero será en otra ocasión que les cuente la razón de este pensamiento), los destripamientos masivos e impunes, las tiranías donde los militares hacen gala de toda su estupidez y toca respetarlos por decreto so pena de suicidio asistido por plomos calibre nueve milímetros.
Según la teoría cinematográfica en Venezuela –por ejemplo- deberíamos ver puras comedias de amor, boberas adolescentes o pornografía de la dura que al final siempre es feliz por muy grotesca y repetitiva que nos parezca, es que no creo que exista cosa más feliz que el acto sexual consensuado y disfrutado, lo que sería perfecto en un país donde la felicidad ya es un asunto exótico además de que la desesperanza ya es moneda de cambio.
Creo que el problema de fondo es la poca costumbre que tenemos en el caribe por ser un poco más cerebrales y saber definir exactamente las cosas, conformándonos siempre con darlas por sentado gracias a lo que nos indican desde el poder o quienes lo desean. Acá en mi país (Venezuela) es complicado encontrar quienes te puedan definir exactamente que es la Libertad, cada vez que puedo pregunto a la gente que consideran que es la libertad y a pesar de que siempre les doy la razón en muy contadas ocasiones me he topado con personas que la definan tan como creo que es, las mayorías resuelven la respuesta usando eslogans o pensamientos de terceros, hablan pajas de la guerra de independencia, los presos políticos, la escasa libertad de prensa, los peligros de tener opiniones propias y hasta la indefensión que tenemos los ciudadanos ante cualquier animal con placa oficial , lo que no está mal y forma parte del problema pero no es la respuesta global.
Cuando la definición es un asunto bastante simple, si tu sueldo te da para comer, ahorrar, comprar lo que necesitas y alguno que otro modesto lujo, comprar casa, vehículo, salud en un sitio digno (por eso no aplica la salud publica en los antros que les dicen hospitales en este país), escoger dónde y cómo van a estudiar tus hijos, acceso a créditos para lo que quieras, espacios para denunciar y exigir justicia ante los atropellos de los funcionarios públicos, declaración del uso de tus impuestos por parte de esas autoridades, militares en sus cuarteles y un prospecto de vejez digno, entonces eres libre si alguno de estos ítems faltan entonces no lo eres, así de simple, no importa cuántos eslogans, afiches, propagandas, videos o discursos quieran mentirme, si no tengo todo eso pues me consideraré libre de otra pues me siento inmerso en una Distopía que bien deberia ganarse estatus de un nuevo genero cinematografico que ayunte horror con sátira política.
Imagino que ningun cineasta criollo se da a la tarea de hacer una radiografia de la libertad sin meter la pata con ridiculeces políticas pues la felicidad total no da taquilla y en latinoamérica menos pues el sufrimiento (real o imaginario) mientras más retorcido tanto mejor tal como lo demuestran tantos años de telenovelas a cuan más truculenta que la anterior pero dentro del mismo esquema, el cine que como sabemos es mucho más caro y de retorno más pronto debe ser más complicado para que pueda tener publico, al final ser libre no es la gran cosa, el cine y su ficción la verdad se quedan cortos ante la realidad, lo curioso es que aun existan quienes ignoren la realidad tan “alegremente” y dediquen tiempo de su vida para ver como “sufren” en inglés sin darse cuenta que en cualquier momento ellos lo pueden sufrir tambien solo que en español y sin posibilidad de escape.
José Ramón Briceño 2018
@jbdiwancomeback