Breve historia de los teletrabajos forzados
2020 iba a ser el año del teletrabajo en España. Las nueva conciencia sobre el medio ambiente, cristalizada en la Cumbre del Clima de diciembre, había puesto sobre la mesa la necesidad de apostar por el teletrabajo para reducir la huella de carbono de nuestras empresas y estas se habían sumado con promocionado entusiasmo a impulsarlo. Un reto para el que apenas el 4,3% de los trabajadores españoles venía preparado.
Pero la crisis del coronavirus ha dinamitado este escenario: apenas se habla de cambio climático y el teletrabajo ha pasado de ser una recomendación a una imposición, la única opción para las empresas, sobre todo pymes, que intentan salvar su actividad estos días.
El teletrabajo está regulado en España por el artículo 13 del Estatuto de los Trabajadores. Su última actualización deriva de la Reforma Laboral de 2012, que definió con mayor claridad los derechos de los trabajadores y las obligaciones empresariales para implantar esta modalidad.
Así, se define trabajo a distancia se define como aquel en que la prestación de la actividad laboral se realice de manera preponderante en el domicilio del trabajador o en el lugar libremente elegido por este. Es decir, desde la primera línea la Ley establece su carácter voluntario, que debe ser pactado entre empresa y trabajador y además formalizado con todas sus condiciones por escrito.
Con la declaración del estado de alarma y el endurecimiento del confinamiento, muchas empresas se encuentran sin tiempo para negociar y acordar esas condiciones en las que debe desempeñarse el teletrabajo. Esto es un problema cuando en muchos casos no saben qué equipamiento y gastos deben correr a cuenta de ellas y cuáles a cuenta del trabajador.
Porque la primera barrera de entrada con la que se ha encontrado el teletrabajo es su coste. Muchas empresas, que ya pagan pagan alquiler, luz, equipos, líneas telefónicas e internet para su sede, no ven la utilidad de multiplicar esos gastos para cada empleado, a no ser que sea algo estrictamente necesario o que mejore la productividad.
La segunda es la eficiencia. El problema aquí no es el tanto rendimiento de la plantilla, como el de los procesos. Adaptarse al uso de software, el desempeño de las nuevas rutinas y flujos de trabajo para optimizar e incluso mejorar los resultados frente al trabajo presencial lleva tiempo.
Y la tercera barrera, y no menos importante, es, por supuesto, la seguridad. Las funciones administrativas y financieras y la protección de los datos son el punto débil del trabajo en un entorno digital y no conviene olvidarlo.
Con todos esto en mente, parece que la urgencia con la que la pandemia nos ha traído a este punto no ayuda a una implementación real, sostenible, del teletrabajo. Lo que hasta hace unos días se contemplaba como “gran experimento”, con el endurecimiento de las medidas de confinamiento y restricción de movilidad se convierte en la prueba de fuego real par la supervivencia de miles de empresas de servicios no esenciales.
El 17 de marzo, en su primer paquete de medidas económicas tras el decreto de alarma, el Gobierno incluyó una nueva línea de créditos ICO por 200 millones para fomentar la implementación del teletrabajo entre las pymes. Este Plan Acelera PYME contaba con la colaboración de multitud de empresas y entidades públicas y privadas. Sin embargo, no se antoja una medida que pueda resolver acorto plazo el ‘gap’ entre empresas capaces de teletrabajar o no.
Que el teletrabajo no ha sido posible para muchas empresas lo demuestra el hecho de que el Gobierno ha tenido que limitar aún más la actividad en sectores no esenciales. A esta alturas seguimos sin tener claro cuáles son dichos sectores, porque además del anexo de 25 puntos que recoge la norma para establecerlos, el Gobierno se reserva la potestad de elevar la lista según evoluciones la situación.
Consciente del problema que se presenta para muchas empresas no ya para pagar ese pemiso, sino para su propia existencia por la incapacidad para trabajar, el Ejecutivo ha incluido una prevención que permite a las empresas mantener un retén de plantilla mínimo, equivalente al de un fin de semana o día festivo.
La pregunta que cabe hacerse ahora es la de qué nos traerá el día después. En un escenario de incertidumbre sin precedentes, se hacen muchas cábalas y previsiones sobre los cambios de hábitos profesionales que vendrán. Sin tener en cuenta la crudeza del escenario económico y social que puede afrontar España y la Unión Europea no tiene mucho sentido hacer especulaciones basadas en lo ocurrido en otros entornos geográficos que han afrontado de manera muy distinta (y desde muy diversas posiciones de salida) la situación. Mucho menos a la hora de hablar de teletrabajo.
Es más que previsible que la coyuntura económica aumente el ‘gap’ digital entre empresas. Pese a la demanda y la apuesta pública, es difícil esperar que las empresas que han tenido que implantarla sin estar preparadas puedan ver en un entorno de máximo escepticismo, las ventajas de esta inversión adicional.
Pero esto, a su vez, empeorará la diferencia de competitividad en el seno de la Unión Europea.
España, con el 4,3% de teletrabajadores al que me refería en el primer párrafo se sitúa en la franja baja de la media de la Unión Europea (que se anota un 5,2%) y a casi diez puntos porcentuales de Holanda, 5,7 de Austria, 1,8% de Portugal, 1,3 de Francia y 0,7 de Alemania. La forma en la que cada uno afronte la salida de la pandemia y la recuperación, ya que la respuesta de la UE nos hace ser escépticos sobre una respuesta global y coordinada, también definirá el nuevo mapa europeo de la transformación digital.
FABRICA DE PRODUCTOS QUIMICOS INDUSTRIALES (Grupo empresarial con Puryquimica S.A.C.)
4 años¡Excelente artículo!! , práctico y real. Me identifico con su parecer Javier Esteban . Usted está planteando los reales grandes problemas a los que muchas empresas enfrentan.
Financial and business development manager en MONHER
4 añosEstoy de acuerdo contigo. Quizás el lado más oscuro de esto, pasa porque se está hacelerando la implantación de teletrabajo, no porque hayamos conseguido en el tiempo mejorar la forma de gestionar y trabajar en una empresa,!! No.!!! Se está instaurando por culpa de un vicho y a marchas forzadas sin tener mucha seguridad que se este haciendo bien y con un punto muy grande de improvisación. Esto hará sufrir a empresas y por supuesto generará un trabajo precario que hará sufrir a trabajadores. Ojalá y pudieramos retomar donde lo dejamos y volver a intentar desarrollarlo con el único fin de mejorar en el futuro.
Redactor freelance, traductor y bloguero. Escribo para otros porque quiero comprar tiempo para escribir para mí.
4 añosJavier, yo lo que temo es precisamente lo contrario: una especie de “uberización” del trabajo de oficina como consecuencia de la crisis económica que se nos viene encima. Creo que, tras la experiencia del confinamiento, algunas empresas se darán cuenta de que se puede tener a los empleados en casa y seguir funcionando. De ahí a convertir el teletrabajo en una nueva forma de reducir costes, en lugar de un beneficio para el empleado y la empresa, solo hay un paso. ¿Para qué voy a pagar el alquiler, luz, equipos informáticos, Internet, etc. de unas oficinas si puedo tener a todo mi personal administrativo, de marketing, etc. trabajando en casa, gastando su propia luz y conexión a Internet? Todo a cambio de un sueldo ligeramente mayor que antes, pero haciendo que se paguen ellos la cuota de autónomos. ¡Así me ahorro un buen pico en cotizaciones a la Seguridad Social! Espero equivocarme, pero creo que la próxima oleada de precarización del mercado laboral estará dirigida a los trabajadores del conocimiento, que pueden convertirse en los nuevos “riders”.
💼 Analista Técnico en Gestión de Activos | 📊 Optimización de Portafolios & Gestión de Riesgos | 🎯 Objetivo: +20% Anual
4 añosEspaña aún no tiene infraestructura para teletrabajar y os lo digo por experiencia propia. A pesar de que el gobierno quiere llevar la fibra a todas partes no es del todo cierto. Vivo en Cullera y ni tengo fibra ni funciona bien el internet móvil. Tengo un ADSL desfasado donde lloras al ver descargarse algo y además el servicio ya carece de mantenimiento por parte de telefónica. Y esto NO es ninguna aldea, por si alguno no se ubica. Soy autónomo pero a una persona que debido a la situación del coronavirus estuviera así que haces?? la despides porque no puede teletrabajar de manera rentable??
Auditor medio en Cámara de Cuentas Aragón
4 añosJavier Esteban las personas no entienden que se puede teletrabajar y obtener grandes resultados pero estas no son las condiciones adecuadas #nolosetodo