Empleados más felices, autónomos y confiados

Muchos años llevábamos dando vueltas a la solución del teletrabajo en modo beta, pero la realidad del coronavirus ha forzado a saltar muchos pasos e improvisar prácticas que, desde el punto de vista del trabajador resultan muy positivas, basta echar un vistazo a algunos datos: 

• La mayoría pide mantener la práctica del teletrabajo una vez superada la crisis de COVID-19. 
• El trabajo a distancia, curiosamente, ha cohesionado los equipos, acelerado la toma de decisiones y estrechado el contacto con el cliente
• El 40% de los empleados se han sentido más empoderados, autónomos y confiados en la toma de decisiones
• El 75% de los encuestados han podido conciliar en mayor medida gracias a la flexibilidad horaria
• Casi la mitad de los trabajadores sienten que el teletrabajo les ha unido como grupo 
• Las videoconferencias han sustituido con éxito las reuniones presenciales con clientes y resultan más ágiles y efectivas

Los gobiernos toman medidas, las empresas reaccionan, los servicios sanitarios y de protección se vuelcan en cuidarnos y nace un sentimiento solidario que se extiende entre la población más rápido que el propio virus que causa la pandemia. En cuestión de días (pocos) los centros de trabajo se vacían y los empleados van reapareciendo conectados digitalmente desde sus hogares. Nos recluimos en casa y nos traemos la “oficina” a casa.

Muchas veces hemos leído que la tecnología está cambiando las características del trabajo, que tendría incluso un impacto en las relaciones laborales con trabajos más atomizados, aislados y precarios; pues bien, esta vez es la situación la que ha forzado el aislamiento y la aceleración de la digitalización del puesto de trabajo hasta sus niveles máximos. En cuestión de días, empresas grandes y pequeñas, capacitadas o no, reconfiguran el espacio físico, procedimental y tecnológico de sus empleados. Incluso para aquellos que, por las características de su trabajo, han de seguir trabajando “en campo”, el espacio físico de la empresa, tal y como lo conocíamos, ha desaparecido.

¿Cómo nos afecta a nivel individual?

Somos más autónomos, incluso nos concentramos mejor (a pesar de las circunstancias), tomamos decisiones del día a día y hemos ganado en flexibilidad. Todas estas mejoras eran esperadas, la investigación científica respalda estos indicadores. El conocimiento académico también nos avisa de los peligros de una situación de teletrabajo intensiva y continuada (como la que vivimos ahora muchos trabajadores): pérdida de conocimiento tácito y descuido del desarrollo profesional, entre otras. En este caso, el presente estudio ha querido reflejar estos riesgos a través del impacto en el feedback y en el autoliderazgo de nuestra carrera profesional.

¿Existen diferencias a nivel de género?

En un filtrado de las respuestas por género se observan algunas diferencias de adaptación, grado de confianza y expectativa de futuro. Las mujeres se sienten relativamente más productiva y autónomas trabajando en remoto, aunque son los hombres los que manifiestan concentrarse mejor desde casa. A la hora de sostener la cohesión de los equipos, las mujeres perciben una mayor unión y reconocen haber incorporado nuevas dinámicas positivas.

¿Se puede mantener una relación profesional con clientes a distancia?

¡Se puede! Un 70% de los encuestados/as afirma mantener relaciones con cliente de sus respectivas empresas. Este alto porcentaje es favorable de cara a analizar cómo se están sucediendo las relaciones comerciales y de entrega de servicio/ producto.

Un 63% de los encuestados/as se siente capaz de generar una relación profesional virtual de confianza, cercana, a la par que informal, con sus clientes. El uso de las videollamadas resulta ser un instrumento habitual en las relaciones con clientes, sólo un 7% manifiesta no utilizarlo habitualmente. Un 54% de los encuestados/as anticipa un mayor uso de mecanismos de relación virtual con sus clientes en un futuro.

A la luz de los resultados obtenidos se puede corroborar que la práctica de teletrabajo intensivo y masivo puede influencia de manera positiva la participación y nivel de compromiso de los empleados, a través de:

• La mejora de la productividad y capacidad de concentración en las tareas

• Una mayor toma de decisiones por parte de los empleados

• Una mayor cohesión de equipos a través de nuevas dinámicas de trabajo y de relación

• Un mayor empoderamiento del empleado

• La efectividad y agilidad en las relaciones con cliente final

• La flexibilidad de horario y capacidad de conciliación de la vida personal

• El orgullo de pertenencia e imagen de marca

A pesar de los buenos resultados obtenidos, cabe mencionar algunas áreas deficientes identificadas. Entre las que cabe destacar el papel fundamental que tienen las áreas de Recursos Humanos y líneas de mando para desarrollar:

• Mayor y mejor retroalimentación hacia los empleados

• Mejorar la percepción del nivel de confianza depositada en los empleados

• Generar optimismo hacia la sostenibilidad de las mejoras alcanzadas durante el confinamiento

• Generar optimismo hacia nuevas formas de trabajar donde la libertad de horario y ubicación de trabajo es un derecho al alcance de cualquier trabajador

El sostenimiento de esta situación de confinamiento masivo, así como la vuelta a un escenario rutinario de presencialismo pueden poner en peligro el avance logrado en este corto periodo de tiempo. La medición de impacto en estos escenarios futuros, la investigación sobre modelos de cambio cultural y nuevos estilos de liderazgo son algunas de las líneas de trabajo que pueden complementar el presente estudio.