Buscando en las piedras
Por Mario Barron Pérez-Moreno*
La decisión que ha tomado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador a fines del mes pasado, de solicitar un préstamo al Banco Mundial por mil millones de dólares, luce un tanto contradictoria frente a las declaraciones que hizo meses antes, cuando no consideraba conveniente contraer deuda para el país.
De hecho, en una de sus últimas conferencias “mañaneras”, señaló que se trata de “una operación de rutina”; esto como parte de la estrategia para manejar las finanzas, sosteniendo que no se aumentará la deuda y confiando en que la economía “no caiga mucho” durante el segundo trimestre de este año.
No obstante, no puede considerarse de rutina, porque no es normal, no es cotidiano y sí es una deuda real, ya que es una cifra que se esperaba recibir y se analizó bastante el solicitarla; además, como todo crédito, debe especificarse en la carta-solicitud en qué será utilizado el préstamo.
De acuerdo con académicos como Carlos Brown Solá, que en una reciente entrevista señaló que decir “no nos vamos a endeudar, significa que no nos vamos a endeudar más allá de lo aprobado”, por lo que se espera que el gobierno mexicano haga uso de todos los instrumentos macroeconómicos para intentar suavizar la crisis.
¿Esto significa que el gobierno de AMLO se contradice? O más bien, ¿está actuando de acuerdo con las circunstancias y de manera estructurada? Me explico, en gobiernos anteriores, cada año se solicitaban cada vez más préstamos y cada vez más grandes, dando como resultado un aumento considerable en la deuda.
Pero en el actual gobierno, el ritmo del endeudamiento es menor y en concordancia con el techo establecido por la Ley de Ingresos, que asciende a 5,300 millones de dólares para 2020, pero esto de ninguna manera significa que la deuda no crecerá, porque se sigue pidiendo financiamiento, aunque a menor velocidad.
De hecho, desde 2018 se han solicitado préstamos al organismo en comento, por 2 mil 130 millones de dólares, según sus propios reportes, dejando atrás recomendaciones por parte de cúpulas empresariales y políticas para asumir deuda.
Ahora bien, se confirmó ante medios que ese monto se habría otorgado a medida que el impacto de la pandemia por el nuevo coronavirus comenzara a contraer la economía mexicana y al respecto, la Secretaría de Hacienda afirmó que su finalidad no era financiar actividades de respuesta ante la epidemia actual.
Así, la prioridad según este criterio, consiste no en apoyar reestructuraciones de grandes o pequeñas empresas, sino más bien en cubrir las principales necesidades macroeconómicas del país, sin embargo, el reto consistirá en hacer frente a una inminente caída en el PIB y a la fluctuación en el precio del dólar.
Por otra parte, deben considerarse cuidadosamente las condiciones en que han sido otorgados los créditos, toda vez que como bien ha expresado el mismo Joseph Stiglitz, muchos países han quedado sobre endeudados por este motivo; por tanto… ¿Será fundamentado el optimismo de nuestro presidente?
Continuará…
*Analista económico