Buscando un nuevo amor
Siempre fui muy romántico desde niño y adolescente, pero era tímido para el amor. Me enamoraba, escribía poemas y cartas, pero nunca llegaba a declararme. La primera vez que me decidí recibí una negativa y me rendí. A los pocos días la chica se fue a estudiar para la capital y yo me quede soñando su regreso. A mí me llegó el servicio militar. Cada vez que tenía un pase preguntaba por ella. Un día me dieron la noticia de que había regresado pero que además se había escapado con su novio. Esa fue mi primera gran derrota.
A partir de ese momento mi personalidad comenzó a ser más fuerte y me propuse ganar. No lo conseguía, pero si sentía que llegarían tiempos mejores. Para resolver mi situación me convertí en un joven alegre capaz de ser el centro de atracción y fuente de entretenimiento en los grupos de mi edad.
Nadie me echaba a ver que no conquistaba porque yo siempre ponía la nota humorística y los despistaba al punto de que llegaban a creer que lo de estar solo era una simulación y que en realidad yo tenía mis romances en secreto.
Cuando terminé el servicio y comencé a buscar trabajo me propuse la meta de buscar una chica de inmediato. No me fue difícil y me desperté de pronto de aquella timidez que tanto daño me hacía. Surgió la primera novia y compartimos alegremente pero mi mirada estaba en otra chica. Para esta tuve que luchar y medió el tono de aventura. Logré conquistarla y se descubrió todo por lo que llegó el desenlace con la primera novia y algunos de esos problemas y discusiones propios de estos casos.
La primera chica no me perdonó, pero se olvidó bien pronto de mí. El romance que de verdad me llenaba había iniciado con fuerza y hasta comencé a hacerme planes en la mente. Ella vivía en el campo y yo estaba preparándome para ir a visitarle.
Un día nos llegó la separación y esperé que ella me avisara para poder ir a su casa. Pasaron muchos días sin tener noticias. No me daba cuenta que tenía que pagar el mal que había hecho. Del mismo modo que yo abandoné a mí también me abandonaron.
En realidad, muy poco podía hacer, pero lo intenté. Mis amigos de entonces me aconsejaron que cancelara esta relación. Que mirara hacia adelante con optimismo y valentía. Eso fue lo que hice.
Comencé una etapa diferente donde estuve solo por momentos y en otros en que llegué a tener tres amores a la vez. Mantuve relaciones duraderas, pero nunca decidí fundar una familia.
Todas esas historias fueron formando mi persona como poeta romántico que comenzaba a dar sus primeros pasos. Un camino bastante largo que como vez me trajo hasta aquí.
— ¿Y tú primer amor?
— Me escribió una carta.
— ¡Que romántico!
— Una carta de despedida.
— ¿Por eso te inspiras?
— Un toque de nostalgia.
Ahora los tiempos han cambiado mucho para mí y creo que es el tiempo de pensar con más detenimiento lo que quiero para mi vida. Por eso me dije que trabajaría por varios objetivos.
Carmen me ha prestado mucha atención, pero aun no me ha hablado de ella. Ahora se dispone a hacerlo.
Dice Carmen que ella es de Cáceres y que es una ciudad muy bonita de donde nunca se quiere marchar. Vive allí con sus padres y hermanos. ´Desde hace algún tiempo su padre está interesado en encontrar su familia y al menos recuperar recuerdos. Tienen referencias de un hermano de su abuelo con el que se comunicaban por cartas. Con el tiempo esa relación se fue apagando.
La idea de salir a buscar estas familias y dar esa alegría al padre sería además una forma de explorar nuevos horizontes. Sus sueños son en grande y por eso escogió venir a Madrid.
Mientras conversa se sonríe como si estuviera descubriendo algo muy interesante para ella que ni siquiera había imaginado. Su aventura de búsqueda apenas está comenzando.
— Cuando consigas lo tuyo.
— ¿Encontrar editorial?
— Creo que eso es lo que buscas.
— Yo busco algo más.
Recomendado por LinkedIn
— ¿Puedo ayudarte?
— Puedes, pero vamos despacio.
— Me dijiste que…
— Necesito ayuda.
— Para mí sería un gran honor.
— No quiero robar tu tiempo.
— Quiero compartirlo.
— No me vayas a decir que…
— Tal vez, pero espera.
Ayudar a Carmen lo presiento como una gran oportunidad que quiero aprovechar. Finalmente creo que mi novela se va a perfeccionar por acá y yo no tengo apuro. Soy un soñador que ama la realidad, el destino y las extrañas coincidencias.
— Puedo ayudarte en tu búsqueda.
— ¿Y tus gestiones entonces?
— Tu puedes acompañarme.
— Me gusta esa idea.
— Vamos a impactar las editoriales.
— ¿Tú lo crees así?
— El título de mi novela y tus ojos.
— Eres un loco formidable.
— Y tu una princesa.
— Me parece que otra novela.
— Buscando un nuevo amor.
— Vas muy rápido…
— Yo siempre trabajo así.
Por fin vamos a comenzar una nueva etapa concertando acuerdos. No quiero echar a perder las cosas con un romance apresurado. Carmen vale mucho y quiero conquistarle con el precioso arte de un poeta.
Veterinaria en Salud Publica
1 añoFELIZ FOTO DE MIGUEL