Cómo afrontar tu primer día de trabajo

El primer día de trabajo tengas la edad o la experiencia que tengas, marcará tu impronta en la nueva empresa. Entrar con buen pie es el mejor augurio para asegurar que esta nueva etapa será productiva y gratificante. Bien seas un directivo, un mando intermedio o un recién licenciado. Aquí van algunas claves, más allá del momento vital:

Primer trabajo. Eres un recién licenciado o estás haciendo tus pinitos en el mundo de la empresa, por tanto lo tienes todo por demostrar. Conviene evitar la arrogancia y también la excesiva modestia, lo ideal es situarse en un punto equidistante de ambos. Utiliza tu determinación y afán por aprender para ser como una esponja, observa cómo se mueven las cosas y adáptate, aprende tu oficio y sé flexible, empieza a contribuir y dalo todo.

Mandos intermedios. En una posición de responsabilidad, el equipo del que formas parte y tus colaboradores directos son claves para tener una inmersión exitosa. Ellos tienen más expectativas sobre ti de las que tú mismo tienes. Estudia a las personas y las relaciones existentes, busca aliados, prepárate para confrontar a los posibles adversarios. Perdónate la comparación con trabajos anteriores porque la nostalgia será un freno. Identifica y resuelve a tiempo los cortocircuitos. Pregunta lo que no sabes. Avanza rápido en tu curva de aprendizaje, prepara un plan y asegúrate de ser certero en las primeras decisiones.

Directivos. Ya has llegado o alcanzarás pronto el cénit de tu carrera y recurren a ti por tu experiencia, consistencia y madurez profesional. Desde el minuto uno, presta atención personal e individualizada a todos los interlocutores, analiza y valora bien la contribución de cada uno, su alineación con los objetivos del negocio y el talento necesario para definir la mejor organización posible que garantice el rendimiento y los resultados, porque pronto te pedirán cuenta de ello. Define tu aportación estratégica y apóyate también por la intuición.

Emprendedor de vuelta al mundo corporativo. Sé consciente del juego de intereses que rodea a la empresa con grandes colectivos porque los entornos son más políticos que cuando trabajas por tu cuenta. Todo te parecerá más burocrático que en la actividad emprendedora, en efecto los procesos están más definidos y hay muchos intereses que satisfacer. No pases por alto que es necesario consensuar continuamente así como contemporizar.

Siempre es buen momento para hacerlo bien. Y nunca mejor que en el arranque de una nueva responsabilidad, porque aquí no hay cabida para el despiste.

Saborea el entusiasmo del primer día, tienes todo por descubrir en este nuevo universo que te ofrece un empleador. Pronto habrás superado la fase de asombro y te meterás en la vorágine.

Así que mantén el interés y demuestra tu ilusión. Y recuerda disfrutar con las personas que estás conociendo y que te acompañarán en este viaje.

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