¿Cómo determinar el nivel de riesgo adecuado para un portafolio de inversión?
Al momento de estructurar un portafolio, una de las principales variables que determinará su composición tiene relación con la variabilidad que estemos dispuestos a tolerar en el valor de los activos de inversión a lo largo de los ciclos económicos.
Entonces, ¿cuál es el nivel de riesgo adecuado para un portafolio de inversión? Para comenzar la discusión, debemos destacar que el nivel de riesgo final quedará descrito por dos dimensiones principales. La primera tiene relación con la disposición de un inversionista a aceptar variaciones en el valor de sus activos en el tiempo, mientras que la segunda está vinculada a la capacidad del propio portafolio de tolerar dichos cambios sin comprometer los objetivos de inversión para los cuales ha sido diseñado.
Una buena definición inicial considera el nivel de riesgo mínimo descrito entre ambas dimensiones. Es por esta razón que, para responder nuestra pregunta, vale la pena revisar sus determinantes:
- Disposición de un inversionista para asumir riesgos
Esta dimensión es la que comúnmente conocemos como perfil de riesgo de un inversionista. Su determinación es subjetiva y cuenta con un marcado componente emocional. Es por ello que establecerla termina siendo complejo y condicionado por las características únicas de la persona. Sin embargo, existen dos aspectos que podemos considerar:
- Entender de forma previa el desempeño que un portafolio pueda ofrecer a lo largo de los ciclos económicos. El conocimiento y experiencia de enfrentar escenarios de riesgo son los factores más relevantes para calibrar la exposición adecuada a activos de mayor volatilidad. Por tanto, debemos saber qué tan familiarizados nos encontramos con ejercicios en los hayamos comprometido nuestro capital y los resultados potenciales que de esto se derivan.
- Ser conscientes del porcentaje de nuestra riqueza total que formará parte del portafolio de inversión. Si representa una alta proporción de nuestra riqueza total, es adecuado buscar activos que muestren cambios más moderados en su valor en el tiempo. Esto para evitar decisiones basadas en las emociones que genera ver una parte importante del patrimonio mermada por los ciclos naturales del mercado.
- Capacidad de un portafolio para exponerse a activos de riesgo
Es en este momento en donde los objetivos de inversión de un portafolio entran en la ecuación, por cuanto debemos preguntarnos el nivel de riesgo que éste puede tolerar para cumplir con sus objetivos. La perspectiva de esta dimensión debe abarcar no solo la porción de riqueza que conformará el portafolio, sino los activos económicos en su totalidad, es decir, tanto el capital financiero como el humano.
- Recordemos que el capital financiero de una persona comprende los activos financieros y reales que posee. Por esto, es fundamental entender si un inversionista dispone de un capital adicional en caso de registrar variaciones en el valor de los activos del portafolio, y determinar de forma previa si existirá la necesidad de retiros o acceso a activos líquidos y el horizonte de inversión para el cual el portafolio ha sido diseñado.
Los activos de riesgo son capaces de entregar retornos superiores, pero en diversas ocasiones debemos esperar para que esta valorización se materialice. Asimismo, en caso de requerir dichos recursos en diferentes momentos del tiempo, no sería una estrategia adecuada desprenderse de activos en los que su valor sea castigado por presión en los mercados. Requerimientos de liquidez elevada, bajos plazos de inversión o falta de ingresos adicionales nos señalan que un portafolio de menor riesgo podría adecuarse de mejor forma a los objetivos planteados.
- Por otro lado, por capital humano nos referimos a la capacidad de una persona de generar ingresos futuros mediante su trabajo. En este punto, debemos entender cómo nuestro portafolio de inversión se complementa con los activos que poseemos actualmente y de qué forma interactúa con nuestra capacidad de obtener nuevos recursos.
Así, buscar un balance entre el capital humano y capital financiero resulta ser un atributo deseado; este último puede ayudarnos a solventar gastos recurrentes en momentos donde la capacidad del primero se vea deteriorada para generar ingresos.
Entonces, ¿qué debemos considerar al momento de seleccionar el nivel de riesgo de un portafolio?
- Conocer no solo nuestra disposición para exponernos a activos que muestran una mayor variabilidad en su valor a lo largo de los ciclos económicos, sino entender la capacidad con la que nuestro portafolio cuenta para soportar activos de mayor riesgo.
- Comprender de forma previa los resultados potenciales de un portafolio a lo largo del ciclo de la economía, estar familiarizados con acciones que comprometan nuestro capital y ser conscientes de la proporción de nuestra riqueza total que participará del portafolio financiero son factores pueden determinar nuestra disposición a invertir en activos de mayor volatilidad.
- Tener claro que la necesidad de liquidez recurrente, un bajo horizonte de inversión o la disponibilidad de ingresos adicionales limitarán nuestra capacidad para asumir mayores riesgos, al mismo tiempo que debemos ser consciente de la forma en que un portafolio de inversión complementa la totalidad de nuestros activos económicos.
Es cierto que los activos de mayor riesgo son capacidad de ofrecer mayores retornos en el tiempo, pero una exposición superior a la necesaria puede generar perjuicios en el patrimonio de un inversionista que terminen por comprometer parte de su capital financiero.
Ingeniero Comercial con acreditación de conocimientos en inversiones vigente
4 añosBuenísima información. Como siempre un excelente profesional. Saludos Cristóbal.
Director en | Empodera Training Group | Growth Seller | Especialista en | Coaching ejecutivo | Coaching Comercial | Top Sales Prospecting Voice 🏆 | Reclutamiento Sector Asegurador | Conferencista |
4 añosInteresante información Cristobal