Cómo la Comunicación Efectiva Transformó Mis Relaciones Personales y Profesionales

Cómo la Comunicación Efectiva Transformó Mis Relaciones Personales y Profesionales

Hola, amigos,

Espero que se encuentren muy bien. Ha pasado un mes desde la última vez que pude escribirles, debido a la carga de trabajo (¡gracias a Dios!), y me alegra poder estar de nuevo con ustedes en este pequeño espacio de auto-mejora en marketing.

En los últimos años, he reflexionado mucho sobre lo que significa ser un ser humano integral. ¿A qué me refiero con esto? A la importancia de mantener un equilibrio personal para poder dar lo mejor de nosotros mismos.

Uno de los aspectos clave en las relaciones humanas es la comunicación efectiva. Es esencial tener un lenguaje fluido y evitar generar reacciones negativas, especialmente en situaciones como reuniones o cierres de ventas. Personalmente, me sucedía a menudo que, al estar cerca de cerrar un trato, me ponía nervioso, me sudaban las manos y tartamudeaba. Para superar esto, decidí tomar un curso de Programación Neurolingüística (PNL), donde aprendí diversas técnicas para mejorar la comunicación.

Es importante saber que existen diferentes tipos de personas: visuales, kinestésicas y auditivas. Por ejemplo, si alguien dice "Oigo muy bien lo que me estás diciendo" mientras te escribe un mensaje, es crucial prestar atención a esta discrepancia. Esto puede indicar que esa persona da prioridad al sistema auditivo en la comunicación, lo cual sugiere que una llamada telefónica o un mensaje de voz podría ser más efectivo para establecer una conexión empática.

En el ámbito laboral, esta técnica me ha ayudado significativamente. Por ejemplo, la tasa de éxito en nuestros cierres de ventas, también conocida como High Rate, aumentó de un 30% a un 53% después de implementar lo aprendido en el curso impartido por Ana Gisela. Esto demuestra que nuestros receptores nos dan señales constantemente, y es nuestra responsabilidad ser lo suficientemente perceptivos para mejorar la comunicación con ellos.

Este mismo enfoque lo he aplicado en mis relaciones personales, y he notado una gran mejora. La resiliencia, por ejemplo, también es muy importante cuando se trata de saber cuándo callar y permitir que otros expresen sus ideas. A menudo, me ocurría que, en un intento de complementar la idea del emisor, interrumpía la conversación. Sin embargo, me di cuenta de que esto, en lugar de mejorar y enriquecer la comunicación con diferentes puntos de vista, podía ser percibido como un rechazo y no lograba el objetivo deseado. Cuanta más atención presto, más escucho y comprendo lo que me dicen, lo que ha allanado el camino para mejorar las relaciones en mi vida personal y laboral.

En mi vida familiar, esta técnica me ha sido de gran ayuda para dar tiempo y espacio en las conversaciones con mi madre y otros seres queridos. Cuanta más atención presto, más comprendo, y las conversaciones se vuelven más fructíferas y profundas. Incluso me he dado cuenta de cuándo no es el momento adecuado para hablar, y prefiero callar en lugar de continuar una conversación que no es bien recibida. Esto me ha permitido dedicar mi tiempo libre a interactuar con personas que realmente desean hablar conmigo y profundizar en las conversaciones.

Muchas gracias a ustedes, mis queridos lectores. Aunque la comunicación es esporádica, saben que los llevo en mi cora. Seguiremos enviando más newsletters para compartir lo que voy aprendiendo. Si con esto logro ayudar a una sola persona, este pequeño experimento ya habrá cumplido su propósito.

Con cariño, Jorge

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